Contra la dictadura de Mr. Wonderful
Ser feliz no consiste en sonreír siempre y pensar positivo.
Los científicos se refieren a la felicidad en dos aspectos, uno es el lado emocional de la felicidad, es decir sentir emociones positivas con más frecuencia que emociones negativas y el otro lado es el cognitivo, que tiene que ver en cuán satisfecho te sientes en tu vida y si consideras que vives bien y tienes el mayor bienestar posible. Para mejorar tu bienestar y tener mayor felicidad hay que mejorar ambos aspectos, las emociones positivas y lo cognitivo en base a la satisfacción con tu vida.
La felicidad nos interesa desde hace mucho tiempo, Aristóteles hablaba de la felicidad y de lo que podemos hacer para obtenerla, la ciencia nos indica que aunque todos buscamos la felicidad no siempre lo hacemos bien, es decir, que trabajamos mucho sin obtener nada.
Cinco comportamientos que aumentan la felicidad
Hay cosas simples que puedes hacer para mejorar tu bienestar, a partir de reunir información de personas que son más felices y cuánto tiempo invierten en cada una de las actividades que realizan. Al copiar los comportamientos de estas personas que siente mayor bienestar se aumenta tu felicidad.
Mi colega Laurie Santos como profesora de la Universidad de Yale imparte un curso que está teniendo muy buena acogida desde enero 2018, “logy and the Good Life”. En esta actividad formativa nos presenta, según los estudios de dos décadas de la psicología, cinco comportamientos que nos hacen sentir bien.
- Socializar: es dedicar tiempo a relacionarte con los demás, las personas felices pasan mucho tiempo con otros y con personas que les importan.
- Ayudar: es pensar en los demás y actuar por los demás. La gente con mayor felicidad pasa más tiempo preocupándose y tratando de ayudar a los demás con buenas acciones, donaciones, regalos, etc. Hacer algo bueno por otra persona eleva bienestar.
- Agradecer: otro punto importante es dedicar tiempo a agradecer lo que uno tiene. A menudo pensamos que la felicidad llega a partir de obtener algo, pero los estudios revelan que viene a partir de apreciar lo que se tiene. La gente feliz piensa en lo que les va bien o escribe diariamente entre tres y cinco cosas a la cuáles estar agradecido.
- Deporte y dormir: Otro aspecto que mejora la felicidad es cuidar los hábitos saludables de ejercicio y sueño. Al estar estresados dormimos menos, y el deporte se eliminan. Las investigaciones demuestran que 30 minutos de ejercicios cardiovasculares diarios son tan eficientes como un antidepresivo, la actividad física es buena para el cuerpo y para la salud mental al igual que el sueño.
- Mindfulness: Por último, ser conscientes forma parte de las herramientas para ser feliz, estar en el aquí y en el ahora, la atención plena. Pasamos la mayoría del tiempo pensando en cosas que no pertenecen al presente, como: que vamos a comer mañana, o una conversación que tuviste con tu compañero de trabajo ayer, etc. Eso disminuye la felicidad, es importante centrarse en el ahora, y se puede lograr dedicando tiempo a meditar, 5 minutos diarios concentrado en la respiración mediante las técnicas del mindfullness.
La felicidad en general está relacionada con muchas cosas importantes, por ejemplo: los estudios han demostrado que la gente más feliz tiene menor probabilidad de enfermar.
Qué malas son las comparaciones
Muchos somos infelices la mayor parte del tiempo, hay partes de nuestra mente que nos hacen sentir muy mal. Una de ellas es compararnos con los demás, por ejemplo: no se piensa de forma objetiva, sino que se tiende a comparar con los demás, en vez de pensar “he ganado más dinero que el año pasado” se piensa “he ganado más dinero que mi compañero del trabajo” y así con todas las áreas de la vida. Y en muchas ocasiones los puntos de referencia de comparación son bastante elevados, por lo que a menudo nos hacen sentir mal, como comparar nuestra economía con un millonario o nuestra físico con un deportista profesional.
No podemos evitar comparar, pero es posible encontrar puntos de referencia que nos hagan sentir mejor, por ejemplo: la próxima vez que te preocupe tu trabajo piensa en personas que no tienen fuente de ingreso o están en situación de calle.
Para aumentar la felicidad hay que trabajar un poco más, normalmente pensamos en los aspectos que nos hacen sentir mal, pero podemos encontrar otros que nos hagan sentir bien. Poner el foco de atención en lo que tienes, y no en lo que te falta. También, tendemos a maximizar las situaciones buenas que les ocurren a los demás, siendo esto un contexto irreal de comparación.
Reconocer lo que tienes
Nuestras circunstancias son lo suficientemente buenas, y nuestra felicidad vendrá al cambiar nuestros comportamientos. La gente cree que por centrarse en sí mismo y en querer ser feliz debe ignorar las cosas malas del mundo, y los estudios demuestran que si te sientes agradecido y resiliente vas a centrarte más en los demás. Vas a tener la capacidad y los medios para no sentirte abrumado, podrás centrarse en los problemas del mundo y encontrar ideas de cómo solucionarlos. Y si no tienen solución saber aceptarlos, aunque no te guste.
Aceptar el malestar
El bienestar continuado no existe y quien te lo quiera vender miente. Preocuparse por la felicidad propia no implica que nunca te sientas mal, o que las circunstancias negativas nunca te desborden. Para saber apreciar nuestra felicidad, en ocasiones hay que transitar por la falta de felicidad. Esto es lo natural, esto es la realidad y te diría esto es lo más sano.
Aceptar que en tu vida tendrás periodos de malestar te hará más feliz.