La confesión de un extrabajador de McDonald's que está destapando otras prácticas secretas
Su tuit roza los 900.000 'me gusta' en menos de dos días.
Cody Bondarchuk, un exempleado de McDonald’s de Edmonton, en Alberta (Canadá), ha revolucionado Twitter con la confesión que ha hecho de sus tiempos trabajando para la cadena de comida rápida.
“Trabajé en McDonald’s durante dos años y medio y puse 11 nuggets en cada pedido de 10 que hice”.
En dos días sus palabras están a punto de alcanzar los 900.000 me gusta y ya supera los 14.000 comentarios. La mayoría de ellos son de personas que aplauden el gesto del Robin Hood de los nuggets, como se llama él mismo en su bio de Twitter.
Otros, en cambio, el acusan de haber hecho perder dinero a la empresa con esa práctica. “Lo he calculado y debería a Ronald unos 1.600 dólares”, reconoce este “héroe sin capa”, como le califican.
Su confesión ha animado a empleados de otros establecimientos de comida rápida y de otros sectores a contar sus prácticas secretas en beneficio de los clientes:
Cuando trabajé allí había un sintecho que venía a menudo. Mis jefes no le daban comida gratis. La primera vez que lo vi, le pagué la comida. Después de eso, compraba un almuerzo extra cada día para que él pudiera ahorrarse su dinero. Él era la razón por la que trabajé allí tanto tiempo. Necesitaba asegurarme de que comía.
En los tres años que trabajé en un parque temático puse a la gente montañas de helado en sus conos, rellené a tope los sándwiches de cerdo deshilachado y puse todas las patatas que podían caber en las barquitas de nachos. Dad algo de reconocimiento a los trabajadores que sirven comida porque os quieren, animales inmundos.
Trabajé como teleoperador un verano. En mi último día añadí todos los números a los que había telefoneado a la lista de ‘No llamar’.
Me despidieron de una tienda de donuts por hacer siempre los rollitos de canela demasiado pesados. Teníamos que pesar cada uno (precocinados) y cortarlos según un cierto peso. Ignoraba esa norma. Mis bollos eran ENORMES.
Trabajé en Subway durante 7 meses cuando tenía 18 años y nunca conté ninguna de las opciones que había. Sólo montaba el sándwich hasta que me parecía que estaba bien. Mi jefe siempre se quejaba sobre el inventario y el coste de la comida y sin embargo robaba de la caja todas las semanas. Que les den.
Cuando trabajé en Burger King nos decían que pusiéramos patatas fritas en el envase pero no atiborrarlo. Cuando mi jefe no estaba por allí los rellenaba hasta que rebosaban. Prefería eso a tener que tirarlas cuando se enfriaran o servir a la gente patatas frías.
Cuando trabajé en la caja de un supermercado decidí que si algo no pitaba la primera vez que lo escaneaba... era gratis. Una pequeña señora mayor se llevó una pata de cordero una vez... ella lo sabía... yo lo sabía... sonreímos y no dijimos nada.