El nuevo hospital de Ayuso, un “milagro” sucio y sin agua caliente
Dos mujeres ingresadas en el Enfermera Isabel Zendal por covid-19 denuncian suciedad y malas condiciones para los enfermos.
Cuando se culmina la construcción de un “milagro” de la ingeniería anunciado a bombo y platillo, es normal que después haya mil ojos en busca de cualquier fallo.
El Hospital Enfermera Isabel Zendal se está enfrentando estos días a radiografías diarias por parte de pacientes que, móvil en mano, denuncian la suciedad y las malas condiciones que rodean su estancia en un centro cuestionado por profesionales y con un coste (alrededor de 100 millones de euros) que ha duplicado lo planteado en un principio en los despachos del Gobierno autonómico. El Ejecutivo regional, no obstante, explica a El HuffPost que no es sobrecoste, sino un cambio de planes sobre la marcha que ha supuesto un desembolso mayor.
Dos enfermas, Carolina Redondo y Carmen Jiménez, cuyo testimonio ha recogido la Cadena Ser, han lamentado la suciedad del hospital, los problemas con el agua caliente y las dificultades para asearse. La respuesta de Díaz Ayuso, madre de la nueva criatura hospitalaria de Madrid, no se ha hecho esperar: un vídeo de un paciente en el Zendal mostrando baños limpios y condiciones inmejorables, porque el centro está sufriendo, según la presidenta, una “campaña de desprestigio contra un hospital público”.
Una de las pacientes ingresadas explica que el centro estuvo este miércoles seis horas sin electricidad y sin agua.La otra lamenta que no le dieran más opción que ingresar en el Zendal a pesar de que su centro de referencia, en Getafe, estaba más cerca y tenía capacidad: “Me dijeron que era sí o sí Zendal, porque [los médicos] estaban obligados a mandarnos allí”.
El estado de los aseos, cubículos compartidos con varias camas de las unidades de hospitalización, es lo que más preocupa a estas dos pacientes. Se quejan de que están “anegados”. “No nos hemos podido lavar ni los dientes, ni las manos”, lamenta Jiménez.
En el vídeo que ha grabado una de ellas se ve un cartel colgado que dice “no usar el agua caliente”. “Me intenté duchar con agua fría como pude”, explica Jiménez. “Yo, con el agua a medias, me duché el sábado”, añade su compañera Redondo.
Ambas consideran que detrás de la “nula limpieza” está la escasez de personal que afecta al centro. “Doblan y triplican turnos y no tienen medios para nada”, apunta Carolina Redondo, que explica que son los propios sanitarios que mantienen con vida al Zendal quienes invitan a los pacientes a presentar quejas para que quede constancia de la situación del centro.
La falta de trabajadores, critican, también afecta al servicio de comidas: “Ayer nos dieron de cenar a las ocho y media y no nos han dado el desayuno hasta trece horas después”. No obstante, la limpieza, la cocina, la lavandería y la recogida de residuos está externalizado a empresas privadas.
La dirección del Hospital Enfermera Isabel Zendal reconoce a la Cadena Ser “problemas puntuales”, en palabras del coordinador general, Fernando Prados Roa, quien asegura que hubo un incidente con un desayuno, “que se retrasó mucho” por un problema de personal que ya está a punto de solucionarse.
El centro también reconoce el problema con el agua caliente que afectó a trabajadores y pacientes solo “unas horas” porque el termo de uno de los móduclos se desconectó y tardó en volver a funcionar. Prados Roa achaca el fallo eléctrico en ese mismo módulo a unos trabajos para ampliar el área de cuidados intermedios.
El centro también afirma que hay problemas con la limpieza, que el responsable del hospital relaciona directamente a los efectos del temporal Filomena: “Es posible que hubiera algunos problemas de organización en una situación que no era la habitual”, explica. Eso sí, para tranquilidad de pacientes y familiares, Prados Roa insiste en que están todas las incidencias ya están solucionadas y no deben ser motivo de preocupación.
El esfuerzo de la Comunidad en hacer brillar el hospital
Desde que la presidenta regional inauguró el Zendal, a principios de diciembre, la Comunidad de Madrid se ha esforzado en hacerlo funcionar a pesar de que la infraestructura no estaba lista. No solo había operarios rematando aún el centro el día que se cortó la cinta, sino que ni siquiera contaba con personal específico para empezar a atender pacientes.
Sanitarios que desempeñan en el Zendal denunciaron a este diario que se vieron forzados de la noche a la mañana a empezar a trabajar allí sin alternativa. Y que, en caso de que se negaran, se verían perjudicados profesionalmente.
Los esfuerzos del Gobierno regional por mantener operativo el centro han llevado a mantener en funcionamiento la línea de bus de la EMT que conecta el hospital con Ifema durante lo peor de la nevada que dejó a la capital sin buses, salvo el del Zendal.