Comprueba aquí la inmunidad al covid-19 que hay en tu provincia
Algunas rozan el 15% y otras no llegan al 2%.
La prevalencia estimada de anticuerpos IgG frente al SARS-Cov2 en la población española es de un 5,21%, según los datos preliminares de la segunda ronda del estudio ENE-Covid19, impulsado por el Ministerio de Sanidad, apoyado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Esta tasa es muy similar a la que arrojó la primera oleada del estudio que se situaba en un 5 %. Esta segunda oleada se ha realizado entre el 18 de mayo y el 1 de junio.
De este modo, más del 5% de la población española ha desarrollado inmunidad frente al virus que provoca la COVID-19, una tasa ligeramente inferior en hombres (5,01%) que en mujeres (5,40%). En relación con la edad, la presencia del anticuerpo IgG es menor en bebés, niños y jóvenes y existen moderadas diferencias entre el resto de grupos poblacionales de más edad.
Este es el mapa por provincias:
Según informa el ministerio, aunque la media nacional es de un 5,21%, el estudio arroja una marcada variabilidad geográfica, también muy similar a la observada en la primera ronda, con prevalencias iguales o próximas al 10% tanto en Madrid como en las provincias situadas en su entorno. En relación al tamaño de los municipios, existe un leve incremento de esta tasa de inmunidad respecto a la primera oleada en las grandes ciudades (más de 100.000 habitantes) que han pasado de un 6,4% a un 6,8%.
El 80,5% de los participantes en el estudio que declaran haber dado positivo por coronavirus en un diagnóstico por PCR hace más de dos semanas presentan anticuerpos IgG. En los casos sospechosos, la prevalencia de este anticuerpo aumenta con el número de síntomas y es particularmente alta en las personas que han sufrido pérdida de olfato (40%). En el caso de los participantes asintomáticos, a un 2,8% se les detectó anticuerpos IgG.
Además, un 0,8% de participantes negativos en anticuerpos en la primera ronda han seroconvertido en esta segunda, es decir, se les ha detectado la presencia de IgG de la que antes carecían. “Este dato es bastante interesante porque es el análisis de las mismas personas longitudinal a lo largo del tiempo”, ha argumentado en rueda de prensa la directora del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), Marina Pollán. Destacan los casos de Ávila, Valladolid y Palencia, con valores cercanos al 2%, y los de Madrid, Soria y Segovia con un 1,5%.
Finalmente, el mapa de posibles casos con síntomas de COVID-19 en las últimas dos semanas muestra, en general, prevalencias inferiores a las de la primera ronda. Solo las provincias de Santa Cruz de Tenerife, Granada, Madrid, Toledo y Las Palmas están en torno al 1%. Los posibles casos con síntomas de COVID-19 se refiere a personas con tres o más síntomas o con pérdida súbita de olfato.
La directora del ISCIII, Raquel Yotti, ha explicado que la tasa de participación se ha situado en el 76%, superior a la de la primera ronda: 74,9%. “Esta mejora refleja la alta adherencia al estudio. Hasta el 95% de todos los participantes en la primera ronda han continuado, pero además se han incorporado 5.847 más”, ha celebrado.
Además, el 87,9% ha accedido a donar una muestra de sangre. La tasa de participación entre los individuos elegibles también ha mejorado a la de la primera ronda con un 66,5 frente al 63,7% del periodo anterior. Si se considera solo a las personas que han podido ser contactadas, la cifra de participación alcanza el 76,1%, dos puntos más que en la ronda anterior.
Yotti ha detallado que en la primera ola se disponía de datos de apenas el 30% de los análisis de laboratorio de los participantes, mientras que ahora se ha podido evaluar “la práctica totalidad” de las muestras.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha resaltado que estos datos de seroprevalencia “corroboran lo observado en la evolución de la epidemia” en las últimas semanas. “Los datos de transmisibilidad tampoco han cambiado de manera sustancial”, ha comentado, reconociendo que quizá se produjo una mayor entrada del virus en España que los detectados por el sistema sanitario.