Cómo vestirse para ir al juzgado, según Cristiano Ronaldo
Antes muerto que sencillo.
Como si se tratara de una fiesta más que de un juicio en la Audiencia Provincial de Madrid. Eso parecía decir la ropa que Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez se han puesto para acudir esta mañana a los juzgados madrileños, donde el futbolista de la Juventus ha sido condenado a 23 meses de cárcel y una multa de 18,8 millones de euros por eludir pagos a Hacienda. Sonrientes y arropados por una multitud que no había acudido precisamente a gritarle ladrón, Ronaldo terminó firmando unos cuantos autógrafos.
Su look para volver a Madrid tampoco ha pasado desapercibido. Si los despachos de abogados recomiendan vestirse de forma discreta, Cristiano Ronaldo, previsiblemente y pese a vestirse de negro, ha hecho todo lo contrario.
El despacho Pelaez Ruiz abogados apunta en su web que es mejor optar por prendas que no sean excesivamente apretadas. ¿Puede ir más apretado Ronaldo? No, y para muestra la imagen de abajo. El jersey, el pantalón y la americana de doble botonadura eran como una segunda piel para el futbolista, así que suponemos que por eso no ha necesitado abrigo a pesar de que la temperatura en la capital no llegaba a los cinco grados.
Georgina Rodríguez tampoco se queda atrás con un estilismo que rescata los grandes éxitos de las Kardashian de hace cinco años, con taconazo incluido.
¿Y las gafas de sol? Lo más recomendable es dejarlas en casa, y más si la mañana amanece nublada. Pero para él, como apuntaba a los periodistas y fotógrafos agolpados en la entrada de la Audiencia, está "todo perfecto". Lo que lleva puesto lo dice todo y remata su característica actitud chulesca. "Aquí estoy yo después de llevarme unos cuantos millones", debió pensar el futbolista si nos atenemos a sus gestos.
Según la abogada Patricia Glaser, lo mejor es ser discreto y dejar las grandes joyas ostentosas en casa. ¿Discreto? ¿Cristiano Ronaldo? No. Pendientes de diamantes y un reloj valorado en más de un millón de euros que podría haber dejado ciego a cualquiera de un destello. Por no hablar del ribete dorado de sus deportivas.
En resumen, un espectáculo.