Cómo 'Twin Peaks' cambió la historia de la televisión
25 años después, David Lynch estrena la tercera temporada.
El 8 de abril de 1990 a los estadounidenses les explotó la cabeza. La cadena ABC emitió por primera vez Twin Peaks, una serie creada por Mark Frost y por David Lynch, el mismo tipo que ya había dejado sin palabras a crítica y público con Cabeza Borradora (1977) y El Hombre Elefante (1980).
La primera temporada contó con ocho episodios y la segunda, con 22. Es decir, fueron 30 pequeñas píldoras que semana a semana calaron en el imaginario de una sociedad que nunca había visto algo así. La ficción acostumbró a los espectadores a ver el mundo cotidiano como si fuese una alucinación.
25 años después del final de Twin Peaks, cuyo último episodio se emitió el 10 de junio de 1991, Lynch y Frost vuelven con una tercera temporada de la serie. Este regreso, del que muy poco ha trascendido hasta ahora, se produce este domingo 21 de mayo en Estados Unidos. Movistar Plus es la encargada de que la producción, que promete ser uno de los eventos seriéfilos más importantes del año y probablemente de lo que va de siglo, llegue a España.
El Telecinco de las Mama Chicho fue la encargada de emitir las dos primeras temporadas: Twin Peaks llegó a nuestras vidas el 25 de noviembre de 1990 y fue un éxito rotundo. "Era la serie que tenías que ver, la que estaba en boca de todos. Fue un fenómeno parecido al que sucedió no hace mucho con Perdidos", cuenta el periodista Toni de la Torre a ElHuffPost.
A simple vista la premisa de la serie parecía sencilla: un pueblo de Estados Unidos, un aserradero, un cadáver envuelto en un plástico transparente, múltiples sospechosos, la música de Angelo Badalamenti, mucho café, tartas de cereza y una pregunta: ¿Quién mató a Laura Palmer?
UN LUGAR EN EL QUE TODO ERA POSIBLE
Lynch transformó un caso policial en un culebrón costumbrista que mezclaba la vida de los habitantes del pueblo con la resolución del caso.
El encargado de resolver ese asesinato era el agente Cooper, interpretado por Kyle MacLachlan. Este personaje amante del café y los donuts, que siempre iba acompañado de su grabadora en la que dejaba mensajes para Diane, cambió el rol de los policías de la época en las series de televisión. Era un hombre amable, con una sonrisa en la boca y que siempre estaba dispuesto a ayudar al prójimo, muy lejos de esos hombres atormentados y malhumorados que tenían que demostrar su hombría en cada línea de diálogo.
Tal fue el revuelo que creó la muerte de Laura Palmer que la cadena ABC obligó a Lynch a desvelar quién era el asesino a principios de la segunda temporada, cuando él no quería hacerlo. Un encontronazo con la cadena que le supuso que abandonase la serie durante un tiempo. A pesar de que el sello de Lynch está en el conjunto de la trama, de la primera temporada sólo el piloto y el tercer episodio fueron dirigidos por Lynch, mientras que el resto lo hicieron directores invitados.
De la segunda temporada, Lynch se haría cargo de algunos episodios sueltos y del capítulo final. En un principio, Sheryl Lee, actriz que interpreta a Laura Palmer, iba a tener un papel testimonial. Sin embargo, el director se quedó prendado de ella y creó el papel de Maddy Ferguson, que era igual que Palmer pero en morena.
Además, en 1992 decidió darle todo el protagonismo a Lee y creó y dirigió Fuego, camina conmigo, una película que narra cómo fue la última semana en la vida de la joven Palmer y que no gustó tanto como la serie.
TWIN PEAKS MARCÓ EL CAMINO
La creación de Lynch ha sido vital para entender cómo son las series actuales. 1990 fue el año cero de una nueva narrativa serial: Twin Peaks lo cambió todo. Antes de esta ficción existían historias autoconclusivas —episodios que tienen un principio y un final— como las que protagonizaba la señorita Fletcher en Se ha escrito un crimen o Michael Knight en El Coche Fantástico: Había una trama, un personaje, se resolvía el caso y todos tan contentos.
"Fue una serie artísticamente más cercana al cine que a lo que en aquel momento se hacía en televisión, que por entonces tenía un complejo de inferioridad respeto a la pantalla grande", asegura De la Torre.
Twin Peaks fue uno de los primeros fenómenos adictivos del época. "Fue la primera serie a la que se engancharon como si fuera una droga", continúa De la Torre, que resalta que fue capaz de llegar a un "público muy transversal".
Sin embargo, Lynch nunca lo tuvo tan claro. "Es difícil hablar de qué hizo que Twin Peaks se convirtiese en Twin Peaks. No creo que ni nosotros mismos lo supiéramos", asegura en una entrevista recogida dentro del libro Regreso a Twin Peaks(Errata Naturae).
La obra de Lynch ha influido en muchos directores de cine, Nacho Vigalondo narra su experiencia con Twin Peaks en un capítulo de esa publicación y trata de arrojar luz a por qué es un fenómeno de culto. Para el director de Los Cronocrímenes, la dupla Frost-Lynch es la clave: "El éxito radica en la unión de dos personas que jamás se irían de cañas y que tienen que trabajar juntas durante ocho horas al día".
Para Lynch el pueblo era un personaje más e imaginó toda una caterva de personas que convivían en ese recóndito lugar de Estados Unidos. "Cuando empiezas a poblar ese lugar, una cosa te lleva a la siguiente y en algún momento del proceso te das cuenta de que tienes una comunidad", asegura Lynch en Regreso a Twin Peaks.
LA HABITACIÓN ROJA
Los espectadores que hayan visto la serie recordarán este lugar que aparecía en los sueños del agente Cooper. Un pequeño decorado de color rojo, con el suelo de madera de varias tonalidades en el que hay unos sillones y en el que un enano con la capacidad de hablar al revés —Michael J. Anderson trabajó como técnico de la NASA y era capaz de hablar así de verdad— instruía al agente del FBI.
¿Cómo tuvo Lynch esta idea? Fue, según su libro de meditación trascendental Atrapa el pez dorado (Reservoir Books), apoyando las manos en el techo de un coche que estaba muy caliente. "Así es como empieza. La idea te dice que construyas la Habitación Roja. De manera que reflexionas y dices 'las paredes son rojas pero no sólidas, luego piensas un poco más. Son cortinas. Y no son opacas sino translúcidas...", cuenta Lynch en esta especie de autobiografía.
LA LOCURA LYNCHIANA
Gigantes, enanos, Lady Leño... Twin Peaks era un lugar donde las cosas más locas podían ocurrir.
El personaje que interpreta a Killer Bob era el decorador de la serie. Frank Silva, que así se llama este hombre de ojos grandes y mirada profunda, estaba arrastrando unos muebles dentro de la habitación de los Palmer cuando alguien dijo: "Frank, no te encierres en la habitación". Y a Lynch se le encendió la bombilla. "¿Frank, eres actor?", le pregunto. Él dijo: "Sí". Y ya está, así se crea uno de los personajes más perturbadores e importantes de la serie.
Pero aún hay más, durante el rodaje de una de las escenas en la casa de los Palmer un técnico apareció reflejado por error en el espejo de la habitación. ¿Qué hubiese hecho un director cualquiera? Repetir la escena sin el técnico. ¿Qué hizo Lynch? Pues dejó el fragmento tal y como estaba porque creyó que eso no había ocurrido por casualidad.
TERCERA TEMPORADA
Lynch sorprendió a todos con el anuncio de una tercera temporada, de la que sólo se sabe que tendrá 18 episodios y que todos estarán dirigidos por el propio Lynch. ¿Habrán pasado 25 años y la serie se desarrollará en el presente? ¿Habrá ocurrido todo un día después del último episodio? ¿Qué pasará con los personajes que han fallecido durante estos años?
Entre los fichajes para esta continuación se encuentran Naomi Watts, Monica Bellucci, Laura Dern, Michael Cera, Ashley Judd, Jim Belushi, Ana de la Reguera, Amanda Seyfried, Eddie Vedder (cantante de Pearl Jam) y Harry Dean Stanton.
Los fans de la serie recordarán cómo fue ese el último episodio en la Habitación Roja. El agente Cooper se vuelve a encontrar con Laura Palmer y con el enano que habla al revés y ella le dice: "Dentro de 25 años volveremos a vernos". Y así será.