Cómo será la vida en las grandes ciudades en 2025
La innovación y la tecnología continuarán transformando la vida de las urbes europeas.
La mayoría de grandes ciudades europeas —ciudades como Londres, Berlín, Roma y Madrid— siempre han sido puntos de cambio e innovación. Por su tamaño. su compleja estructura y su red de conexiones y relaciones, las ideas y tecnologías generan un mayor impacto. Y son sus ciudadanos los que se encuentran en la primera línea de esta transformación, mientras Europa avanza hacia una revolución ecologista liderada por la tecnología.
Cambiando nuestro estilo de vida para abrazar la sostenibilidad —tanto en términos de contaminación acústica conduciendo un coche eléctrico, como utilizando el sol para abastecer energéticamente nuestras casas— nosotros, como individuos, somos el catalizador.
Junto a los gobiernos, las grandes empresas y las start-up tecnológicas, ¿cómo serán estas ciudades en 2025?
"La reducción de emisiones de óxido de nitrógeno traerá mejoras en la salud de las personas", dice Gareth Dunsmore, director de vehículos eléctricos de Nissan Europa, citando el predominio de coches eléctricos en nuestras ciudades. Estas reducciones llegan gracias a la legislación, ya en marcha, para eliminar de las ciudades los vehículos de diésel y gasolina de las ciudades, reemplazándolos con vehículos eléctricos y otros modos de transporte urbano.
Paris ya ha prohibido los vehículos de diésel más viejos e insiste en que en 2030 no se permitirán ni coches de diésel y ni de petróleo en la ciudad. Madrid quiere prohibirlos en 2025 y ha visto como aumentaban las ventas de vehículos eléctricos en un 90% en tan solo un año.
Roma, por su parte, está incentivando el uso de eléctricos e híbridos gracias a la introducción de eco-Sundays, ya que solo se permiten este tipo de vehículos en la ciudad esos días. Mientras, Berlín opera un sistema de pegatinas para los coches de colores verde, amarillo y rojo, indicando el nivel de emisiones de cada vehículo (siendo rojo es el peor) y restringiendo o multando de forma acorde.
Al mismo tiempo, Londres se concentra en convertir su flota de autobuses en una red completamente eléctrica e introduciendo la iniciativa para crear zonas de bajas emisiones (ULEZ).
Un aire más limpio en las ciudades es solo el comienzo de las transformaciones que veremos gracias a la expansión del uso del vehículo eléctrico, y también serán el eje central de lo que se conoce como tecnología vehículo a red (V2G).
Gracias a esto se puede redistribuir la energía de tu coche eléctrico a la red nacional, y utilizarla para abastecer energéticamente tu hogar, la oficina o la propia infraestructura de la ciudad, convirtiendo tu coche en una estación de energía portátil en un ecosistema concreto.
Si nos fijamos en el futuro próximo Gareth Dunsmore ve la conducción autónoma como una parte integral para este desarrollo. "La tecnología de movilidad inteligente y Pro Pilot de Nissan permitirá la gente conectarse al ambiente que les rodea de forma automática, permitiendo un acceso más sencillo a aparcamiento electrificado y la habilidad de compartir su energía cuando no la necesiten".
Esta transmisión de energía podría pasar incluso mientras duermes, ya que los coches serán capaces de trasladarse a espacios de carga y luego volver a aparcarse. Es más, mientras sofisticados algoritmos monitorizan y organizan rutas para vehículos autónomos, conducir alrededor de la ciudad debería ser más eficiente y menos congestionado.
En cualquier caso, se predice que habrá menos coches en las ciudades en 2025, ya se que se utilizarán otro tipo de opciones de movilidad. "Tendremos sistemas de transporte múltiples lo que hará más fácil moverse y cambiar entre un coche propio, compartido, autobuses, bicicletas, trenes y de vuelta al coche", explica Dunsmore.
La V2G es uno de los aspectos clave a la hora de moverse hacia la ciudad inteligente del futuro, y representará un ambiente caracterizado por una mejor conexión y un enfoque más verde a la estructura física de la ciudad, principalmente sus edificios y su infraestructura.
Tal y como destaca Francisco Carranza Sierra, director de los servicios de energía de Nissan: "Casa casa y cada edificio tendrán sus propios paneles solares y su propia solución de almacenamiento. Esta nueva configuración dará más poder de decisión a las personas, en contraposición con un modelo en el que nuestros consumidores son solo consumidores pasivos".
"La digitalización y la descentralización de tendencias creará nuevos modelos de negocio en los que la interacción entre personas, casas y su compañía de energía o movilidad será mucho mayor. Las ciudades tendrán la capacidad de convertirse en 100% sostenibles y 100% digitales".
Los edificios ya se están tiñendo de verde, tal y como vemos en la arquitectura del Bosco Verticale (Vertical Forest) en Milan, un rascacielos cuyo exterior desprende vida, sus balcones alojan 730 árboles, 11.000 plantas y 5.000 arbustos.
Esta idea de tener edificios vivos está despegando en otros lugares de Europa, como la escuela de música que se traga la contaminación en Cracovia (Polonia), con un tejado que consiste en un musgo cultivado especialmente para absorber contaminantes como óxido nitroso y ozono. Los nuevos edificios también pueden utilizar un hormigón que contiene lo que se llama un fotocatalizador y que reacciona ante la luz solar para neutralizar contaminantes atmosféricos, rompiéndolos para convertirlos en oxígeno y agua.
Para que las tecnologías como la V2G sean efectivas, los sistemas de almacenamiento de energía en las casas y oficinas serán más comunes en 2025, e incluso en estructuras más grandes como estadios. Ya podemos ver ejemplos en iniciativas como la del Amsterdam Arena, hogar del Ajax, que utiliza antiguas baterías del Nissan LEAF.
Eventualmente, estas baterías reemplazarán los generadores de diésel de los estadios y, como consecuencia, permitirán al estadio abastecer al barrio colindante. Esta es precisamente la interacción energética de la que habla Francisco, y que preparará a las ciudades para ser 100% sostenibles.
"Vemos los componentes clave para este proceso como el coche, los paneles solares, el almacenamiento de energía y el software que permitirá una gestión más eficiente de todos estos elementos", explica. "Nissan está desarrollando esos servicios y tecnologías, evolucionando en una compañía preparada para el futuro, con soluciones de energía y movilidad, sostenibles y económicas para nuestros clientes".
La posibilidad de energía también puede venir de fuentes inesperadas. Por ejemplo, la compañía británica Pavegen pretende convertir nuestras pisadas en energía. Cada vez que una persona pise sobre una baldosa especialmente construida para eso, la presión crea un movimiento rotatorio en un generador integrado para crear electricidad que después se almacena fuera de la red.
Cada baldosa está equipada con tecnología que proporciona datos en tiempo real, así que el flujo de pasos de puede analizar y las rutas ser más eficientes de la misma forma que el tráfico de vehículos. Pero hay otra ventaja: si estás caminando sobre las baldosas, y por lo tanto proporcionando energía, serás capaz de conectarte a través de un aplicación telefónica y ganar dinero digital, que se puede utilizar para rebajar tus costes energéticos.
Al final, será a través de una combinación de esfuerzos políticos, comerciales y personales lo que hará que la ciudad de 2025 coja forma. Francisco cree que se centrará en una "generación con acceso a energía solar fiable y económica, soluciones de almacenamiento de energía en casa y software energético que optimiza todos los canales y permite la integración en la economía colaborativa".
En otras palabras, una vez más, nosotros como personas concretas estamos en el centro del cambio. Si decidimos tener un impacto positivo en el medioambiente, incluso en un pequeño nivel, este empoderamiento se extiende rápidamente y la ciudad al completo se une a la iniciativa.