¿Cómo se obtiene el lúpulo de la cerveza que bebes?
Para la elaboración de esta bebida solo se utilizan las flores femeninas de esta planta trepadora.
Mucha gente bebe cerveza, pero algunas personas no saben qué es el lúpulo. Pues bien, el lúpulo es la planta que confiere amargor, aroma y sabor a la cerveza. En su origen es un condimento que se utiliza por sus propiedades conservantes para evitar que la cerveza se eche a perder. Para la elaboración de cerveza solo se utilizan las flores femeninas de esta planta trepadora.
Estas flores se agrupan en conos que encierran unas glándulas llenas de resina amarilla llamada lupulina. La lupulina posee ácidos que dan amargor a la cerveza. Además contiene aceites esenciales que aportan aroma y sabor. Se han identificado más de 250 aceites diferentes.
Los babilonios ya cultivaban esta planta hace 6.000 años para preparar una bebida llamada “sikar”. En la antigüedad, el lúpulo también se empleaba en medicina para tratar distintas dolencias y enfermedades gracias a su acción antibacteriana, antiinflamatoria y sedante. Plinio el Viejo se refería al lúpulo como un buen remedio para los problemas de riñón.
Sin embargo, el primer documento que relaciona el lúpulo con la elaboración de cerveza lo encontramos en el año 868 en una abadía de Bélgica. En España, la producción de lúpulo en la Edad Media queda atestiguada en la catedral de León. Se puede admirar un friso del siglo XV con flores de lúpulo, lo que demuestra las relaciones con Flandes. En la actualidad, la ribera del Órbigo es la mayor zona de cultivo en España.
A día de hoy, España es el noveno productor de lúpulo en el mundo y el sexto a nivel europeo. En 2018, se cosecharon en España 900 toneladas de lúpulo en las más de 500 hectáreas cultivadas. La producción se concentra en Castilla y León con el 99% de la cosecha nacional.
Desde 2015, Hopsteiner es la empresa responsable de procesar la mayor parte del cultivo de lúpulo de León. Una vez cosechado, la flor del lúpulo se separa del resto de materia, e inmediatamente se seca con una corriente de aire caliente para reducir la humedad. Cuando la cosecha llega a las instalaciones de Hopsteiner, el lúpulo ha de superar los controles de calidad. Al final se transforma en “pellets” y se envasa en una atmósfera inerte para optimizar su conservación.
A su vez las variedades de lúpulo se clasifican en amargas y aromáticas. En España se cultivan sobre todo variedades de amargor (Nugget en su mayoría). Sin embargo, Hopsteiner inició en 2016 un ensayo con diez variedades experimentales para valorar su adaptación al clima español. De este ensayo, tres variedades de amargor (Eureka, Apollo y Bravo) y una de aroma (Lemondrop) son las que han demostrado mejores resultados. Se espera por tanto expandir su cultivo en los próximos años.
De cara a 2019, el sector nacional espera un cosecha de 930 toneladas de lúpulo. De estas, 870 corresponden a la variedad Nugget, 40 a la variedad Columbus y 20 al resto de nuevas variedades que los microcerveceros demandan para proveer de aroma al zumo de malta.