Cómo se fabrica a 'La momia' del siglo XXI
La actriz Sofia Boutella tuvo que entrar en maquillaje a las tres de la mañana para ser Ahmanet.
La Momia es una de las películas más esperadas del año. La cinta protagonizada por Tom Cruise y Sofia Boutella llega para convertirse en la primera del nuevo universo de monstruos de Universal.
Lejos quedan aquellas películas en las que el Rey Escorpión estaba hecho por ordenador de dudosa forma. La producción dirigida por Alex Kurtzman no tiene nada que ver. De hecho, el equipo de maquillaje y peluquería, con Lizzie Georgiou a la cabeza, comenzó a trabajar en la cinta cinco meses antes del primer día de rodaje. Su objetivo era alejarse de otros títulos con referencias egipcias y centrase en "algo más moderno y atrevido".
La película transcurre en la época actual pero hay algunos flashbacks al pasado de la princesa Ahmanet —Sofia Boutella— en el Antiguo Egipto. Para hacer esta transición, lo primero que diseñó el equipo de maquillaje fue la paleta de colores. "Nos inspiramos, entre otras cosas, en vídeos musicales de artistas como FKA twigs", afirma la diseñadora, quien reconoce que el director fue su gran aliado.
ETERNAS JORNADAS DE MAQUILLAJE
La clave de esos flashbacks de Ahmanet estuvo, en gran medida, en el maquillaje y en los peinados. "Buceamos en el pasado de Ahmanet, en qué parte de Egipto vivió; buscamos qué símbolos eran más adecuados para ella", añade.
A medida que Ahmanet se deja llevar por su aspecto más oscuro, las palabras mágicas escritas en su cuerpo se multiplican. Todos los tatuajes se diseñaron a mano en la cara de Sofia Boutella y los corporales eran calcomanías que se sustituían a diario. El proceso fue sumamente lento, pero el resultado resulta extraordinario. Sólo habría que mirar de cerca los dibujos faciales para descubrir que sobresalen de la piel como si hubieran crecido, empujados por una dolorosa y tortuosa existencia.
Este efecto es el fruto de horas de trabajo en maquillaje y peluquería. Las sesiones para crear a la princesa duraban entre tres y cinco horas. El equipo de Universal cuenta que hubo días que la actriz y el equipo de maquillaje tuvieron que llegar a las tres de la mañana para tener todo listo cuando las cámaras empezasen a rodar.
No sólo el maquillaje constituyó un elemento clave en la caracterización de Sofia Boutella, el pelo también cumple su función. Lizzie Georgiou y su equipo eran conscientes de que Ahmanet debía tener un aspecto moderno y le dedicaron mucho tiempo a las pelucas para aportarles un toque actual.
Además de la princesa, el departamento de maquillaje se encargó del ejército de no muertos de Ahmanet. Ahí entró en escena el departamento de efectos especiales, que hizo que los zombis aparentaran extrema delgadez y estar demacrados. "Decidimos que habría varios tipos de no muertos", explica la diseñadora.
"Todos viven debajo de Londres y salen en ese momento. Fue la parte más divertida porque no había límites ni fronteras. Estas criaturas se unen a Ahmanet, que ha regresado del mundo de los muertos y tiene el poder de sacarlas de las tumbas para que la ayuden".
Tan protagonista como Sofia Boutella es Annabelle Wallis. La actriz interpreta a la arqueóloga Jenny Halsey, en cuya imagen también trabajaron Lizzie Georgiou y su equipo. "Jenny es inteligente, pero también muy guapa", cuenta. "Nos pareció importante que fuera lo más natural posible".
Todos los personajes de la cinta pasaron por el departamento de Georgiou, pero sin duda fue Boutella quien más tiempo pasó con ella. "Lo fantástico de Lizzie y de su equipo es que consiguen transmitir una sensación de distancia y de tiempo a través de sutiles detalles", afirma Sofia Boutella. "Pueden llevarnos al Antiguo Egipto en un abrir y cerrar de ojos, y además hacerlo de una forma novedosa en el mundo del cine".
UNA LEJANA INSPIRACIÓN
La misma regla que se siguió en los peinados de Ahmanet se aplicó también a su vestuario: en ningún caso debía parecerse a lo que estamos acostumbrados a ver en películas sobre el Antiguo Egipto. Así, la diseñadora Penny Rose se esforzó en alejarse de los estereotipos habituales en la gran pantalla, que siempre le habían parecido "muy poco naturales".
Para conseguir esa ansiada naturalidad, Rose trabajó como se hace en los grandes desfiles de modelos. "El diseño se repite unas veinte veces antes de que se apruebe para el pase. Al principio, el vestuario de Ahmanet era enorme; al final, optamos pon cinco modelos para toda la película", aclara.
Penny Rose cuenta que diseñó el vestuario de la princesa sobre papel, pero también preparó diminutos vestidos a escala, lo que le fue de gran ayuda a la hora de experimentar en 3D con los colores y las formas. Todos los modelos a escala fueron realizados exactamente con las mismas telas que se usarían para el modelo final. El objetivo era que la diseñadora pudiese ver el resultado real.
"Dado el tono de piel de Sofia, decidimos inclinarnos por los tonos crema", explica. "Tuvimos mucho cuidado de que no se parecieran a los típicos vestidos de los Oscar, que no tienen nada de egipcios. Descubrimos un truco para que fuera más cómodo moverse con vestidos de cola; reconozco que tenían un aspecto fabuloso en medio de las dunas de Namibia".
El diseño de las joyas inspiradas en el Antiguo Egipto fue también trabajo del equipo de Penny Rose. Armados con imágenes y referencias que la diseñadora recopiló durante la preparación de la película, consiguieron dar la impresión de que pesaban mucho, cuando en realidad no era así.
EL RETO DE CREAR A LA MOMIA
Sin embargo, lo más complicado para este departamento fue crear la ropa de la momia. Penny Rose supo desde el principio que elaborar un traje de tela no era lo ideal para un rodaje largo y que tampoco sería muy cómodo. Finalmente, fueron David White, experto diseñador de prótesis, y su equipo de efectos especiales de maquillaje (SMUFX) quienes diseñaron el traje de la momia.
Se les ocurrió que Ahmanet podía haber sido momificada vestida, ya que el proceso tuvo lugar cuando estaba viva. ¡Y eso se nota en la película! Hay que fijarse un poco para descubrir el vestido desintegrándose bajo las vendas de momificación.
Unos meses antes de iniciar el rodaje, el departamento de efectos especiales empezó a estudiar las distintas posibilidades. Diseñaron un traje de momia de dos piezas unido por una cremallera en diagonal recubierto de vendas de tela pegadas con silicona, que se hicieron una a una mano para que parecieran diferentes. Además, el tono del traje debía ser perfecto. "El color no podía ser ni muy verde ni muy gris. Era otro problema que tuvimos que solucionar", cuenta White.
Su departamento se encargó también de fabricar las manos, los pies y las uñas oscuras de la momia que mostrarían los diversos niveles de transformación de Ahmanet. Además, se dedicaron a reparar el traje de la momia y a crear prótesis de pies y manos, no solo para Sofia Boutella, también para sus dobles. El traje de la momia debía estar perfecto y los retoques eran constantes. Se hicieron más de treinta trajes para la película.
"Insistí en que no la vistiéramos con un modelo glamuroso. Estamos en un entorno que no lo es, por eso lleva un chaleco, botas para andar en la arena y todo lo demás", cuenta Rose sobre el vestuario de la arqueóloga a la que interpreta Annabelle Wallis. "La idea del cinturón de tela fue de Annabelle y no lleva casi ningún otro complemento".
Jenny tampoco tenía demasiadas oportunidades de cambiarse de ropa, ya que la historia transcurre en una semana. Sin embargo, el departamento de vestuario se las ingenió para añadir un abrigo hacia la mitad de la película y que perdiese el chaleco. Es en el momento en elque Wallis revela la verdadera razón que motiva a su personaje.
El vestuario de Nick (Tom Cruise) y Vail (Jake Johnson) tampoco es casual. Aunque ambos trabajan para el ejército estadounidense, en realidad son ladrones. "Aparecen y roban piezas antiguas", explica la diseñadora. "No están muy bien vistos, pero son tremendamente valientes y capaces de llegar a cualquier sitio. Por eso no les vestimos con los típicos trajes del ejército de EE.UU, sino con una mezcla de prendas de otros ejércitos. Cosas que les gustaron en un momento dado".
Por otra parte, Russell Crowe, el culto, manipulador y malvado Henry Jekyll, cuyo personaje tiene visos de ser muy importante en este nuevo universo de monstruos del estudio, luce trajes a medida de la casa Savile Row y siempre está impecable de pies a cabeza. Los miembros del ejército de Jekyll, formado por ochenta técnicos de Prodigium, una especie de iniciativa Vengadores, también debían ir tan impecables como su jefe. Para ello, Penny Rose se inclinó por confeccionarles trajes en tonos grises, marengos y negros sin el menor toque de color.
"Ahora bien, no nos equivoquemos, son asesinos", aclara la diseñadora. "Van impecablemente vestidos, pero son máquinas de matar y trabajan en un superlaboratorio. Decidimos vestirles con tonos helados según su puesto en el laboratorio".