¿Cómo se crean los vestidos de las princesas Disney?
Un paseo por los talleres de confección de trajes de Disneyland Paris.
PARÍS.- Disneyland Paris es ese lugar en el que todo es magia. Lo relacionado con el mundo real, con lo que pueda pasar más allá de los muros de su parque y su castillo, deja de existir una vez se traspasan las fronteras de este mundo de fantasía. Aquí no hay atascos, ni coches, ni hay que esperar ascensores o correr para ir a trabajar. Aquí todo es eso: magia.
De ahí que resulte extraño, casi inédito, que Disney muestre sus entrañas, lo que hay más allá de la sonrisa perenne y la música edulcorada que repite la megafonía. Porque para que haya luz tiene que haber algo de oscuridad. Para que todo esté limpio tiene que haber barrenderos, para que no haya problemas tiene que haber seguridad, controles, cámaras. Para que se disfrute del primer destino turístico de Europa, que en sus 25 años de vida ha recibido a más de 320 millones de personas, deben trabajar más de 15.000 personas. Y para que haya docenas de personajes perfectamente caracterizados, vestidos y arreglados tiene que haber quien los vista, peine y maquille cada día.
Para conocer los entresijos que hay detrás de todos ellos, El Huffington Post ha entrado al taller en el que se realizan los vestidos de las princesas, así como donde se crean algunos trajes para diversos personajes o en el que se cosen los que luego salen en el desfile de media tarde. En este caso, es en este edificio, casi un barracón a las afueras del parque, donde se han preparado los 500 vestidos necesarios para la cabalgata que desfiló el sábado 25 de marzo y que celebra los 25 años que cumple el parque en Francia.
Desde hace cinco años y medio, Suzan Surrel es la responsable de creación de estos talleres. Supervisa todo lo que sale de ellos porque, afirma, tiene un jefe muy exigente: Mickey Mouse. Ella coordina a unas 45 costureras (el taller es eminentemente femenino) que, bajo la supervisión de tres jefes de producto, dan vida a los vestidos que luego llevarán Bella, Cenicienta, Elsa (Frozen) o los distintos personajes y bailarines que aparecen en la cabalgata.
"Desde que se hace el primer boceto, aquí ya se crea el primer prototipo, luego se valida y el material pasa por dos o tres manos distintas. Todo está hecho a mano", explica Surrel, levantando una tras otras las múltiples capas de tela del vestido de Bella. Para esta artesana "no hay uno más fácil o más difícil de hacer de otro: depende de cómo sea el cuerpo, la falda..." Lo cierto es que el nivel de cuidado de los vestidos es altísimo, sus telas son de calidad y sus acabados van más allá del mero disfraz y se acercan al de un vestido de fiesta.
Los diseños de las princesas clásicas se adaptan al cuerpo de cada una de ellas, aunque la talla media es una 34. También se piensa siempre en la comodidad y se modifican o adaptan según las distintas situaciones."Si el personaje ha de cantar o bailar, si va en la cabalgata, si está expuesto a la lluvia...", explica la jefa del taller. Para que no haya problemas y para todas las situaciones suelen hacerse unas "nueve copias de cada uno".
La manufactura y el mantenimiento de los vestidos es laborioso. Se tardan al menos tres semanas en dar vida a uno de ellos, aunque el tiempo de creación puede ser de hasta tres meses. Así, se realizan al menos dos o tres ejemplares de cada vestido, y el taller da salida a "unos 10 o 12 cada año", cuenta Surrel, que explica que "las piezas especiales como los sombreros se crean en otro lugar específico".
"Los vestidos se comprueban cada día, se mira que no tengan desperfectos y si los tienen se reparan. Si sufren un daño irreparable se hace uno nuevo", relata esta mujer que, físicamente, podría hacerse pasar por el hada madrina de cualquier princesa. "Ciertas manchas concretas se limpian aquí, pero la mayoría de los trajes se mandan a limpiar fuera, a un lugar específico de alta calidad".
Una cabalgata con 100 artistas y ocho carrozas de entre 4 y 22 toneladas es la cara más visible y especial de este aniversario que se celebra por todo lo alto. De ahí que para la misma, en la que aparecen más de 100 artistas, se hayan creado cerca de 500 vestidos en este mismo taller. "Aunque las carrozas se creen fuera del parque, la ropa que la acompaña se confecciona en el taller", explica Surrel.
Por primera vez y para este aniversario, una empresa española ha creado una carroza para una cabalgata del parque. Tras un complejo proceso de selección, el encargo ha ido a parar a la empresa Rocas Design, cuyo presidente afirma que en el proyecto han trabajado 25 personas de las 280 que tiene la compañía. "Hay mucha implicación en el trabajo con el parque. Nos aporta un caché importante", cuenta Javier Ramón-Murcia, su presidente, que cree que algo así ayuda "a hacer 'marca España". Su carroza, cuyo leitmotiv es la amistad, está basada en los protagonistas de Toy Story. La ropa que llevan los personajes de la misma también se ha confeccionado en este lugar.
"En preparar los trajes para el nuevo desfile se ha tardado un año y medio, hay que pensar que todo tiene que estar validado. Estéticamente, tiene toques futuristas: se ha puesto el acento en los tejidos en oro y plata", explica Surrel, que comenta que buscan que las telas sean europeas, pero que a menudo las traen "de todas partes del mundo".
"Cada vez que hacemos esto pensamos en la comodidad y en la coreografía. Por ejemplo, hay que pensar en los trajes de la carroza de Nemo, en quienes llevan marionetas", relata. "Pasamos nueve meses trabajando en ellos. Pensamos en los mecanismos, en el peso que tienen que tener para la manipulación de todos los elementos... y en que todo sea de la más alta calidad, para que no se rompa".
Resulta curioso como Surrel (como tantos otros trabajadores del parque) habla sobre Mickey Mouse como uno más. "Se hicieron hasta siete prototipos para su sombrero. Nuestro jefe siempre quiere que sea todo muy elegante".
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