Cómo ralentizar o acelerar la eyaculación
Hay formas de dominar el orgasmo.
Pongamos que hace varios días (quizá incluso varias semanas) que tu pareja se fue de viaje, y por fin ha llegado el momento del reencuentro. Un primer beso. Un segundo. Luego un tercero. De repente las cosas se embalan y al momento la ropa está en el suelo y vosotros, debajo del edredón. La excitación se palpa y queréis mantenerla. Pero entre tanto frenesí, es difícil no terminar demasiado rápido.
Para evitar una eyaculación precoz, algunos hombres piensan en cosas tristes. Otros aprietan la base de su verga. Pero a veces estas técnicas son ineficaces, o incluso dolorosas, según Frédéric Saldmann. Este cardiólogo y nutricionista francés acaba de publicar Vital!, una obra donde divulga un buen número de consejos y de ejercicios para mejorar la calidad de vida.
Entre ellos hay varias técnicas para dominar mejor la eyaculación. Y especialmente para frenar el saque. "Si sientes que la excitación sube rápidamente, separa al máximo los muslos inspirando con calma y profundamente", recomienda el profesional de la salud. "Mantén la separación y la respiración hasta retomar el control".
Como detalla el doctor, esta posición debería disminuir de forma natural la presión. "Una vez se retrase el riesgo de eyaculación precoz, la relación puede continuar normalmente y podrás reproducir a voluntad este sistema de control", afirma el autor antes de añadir que también es posible llevar a cabo el proceso a la inversa.
Para acelerar la eyaculación, basta con reproducir el ejercicio en el otro sentido. El lugar de abrir los muslos, ciérralos. "Después de varios ir y venir, eyacularás con más facilidad", explica Frédéric Saldmann. Para meter un turbo adicional, también puedes aumentar la presión abdominal inspirando a fondo y bloqueando varios segundos la respiración.
Saldmann concluye: "Es cuestión de mecánica, como si presionaras un tubo de dentífrico para sacar la pasta". Está bien saberlo, pero no sabemos si será de mucha ayuda tener esa imagen en mente llegado el momento...
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano