Cómo pretende Pedro Sánchez recuperar votantes

Cómo pretende Pedro Sánchez recuperar votantes

El secretario general del PSOE tiene una obsesión: conquistar a los jóvenes

Pedro SánchezEFE

Una victoria aplastante en las primarias. Un nuevo rumbo para el PSOE. Pedro Sánchez se siente ya con las manos libres para poder moldear el partido. Marcar su impronta. Pero tras este subidón, llegará el momento de la verdad: cómo recuperar votantes después de haber sido la cara de los dos peores resultados del PSOE en la historia democrática.

Sus rivales durante las primarias siempre le acusaron de perder en las dos contiendas, de haber roto el suelo electoral del PSOE, de no conectar con los ciudadanos. Y dos cifras siempre se citaban, los 90 diputados de las elecciones del 20 de diciembre de 2015 y los 85 de las de junio de 2016. Los antisanchistas repetían en público y en privado el mantra de que haber ido a terceras elecciones hubiera supuesto una mayor caída, con el peligro del sorpasso de Podemos. En cambio, esta teoría es refutada por los seguidores de Sánchez, que creen que en esos hipotéticos comicios se hubieran reforzado los dos grandes partidos y Pablo Iglesias ya no podría decir por segunda vez no a Sánchez.

EL RETO DE "GESTIONAR LA ILUSIÓN"

¿Y ahora? ¿Puede recuperar votos Sánchez? ¿Cómo? El círculo del nuevo secretario general, según fuentes consultadas por El HuffPost, entiende que el principal reto en estos primeros meses es "gestionar la ilusión" que se ha creado, pero sostiene que la "percepción" que hay sobre el líder socialista es diferente a la de las anteriores citas electorales, que la imagen de Unidos Podemos también ha cambiado -por su 'no' a Sánchez y su giro en Vistalegre II- y que las circunstancias políticas no son las mismas.

Los primeros indicios están sentando bien al 'sanchismo'. Una encuesta publicada este pasado domingo por El País asegura que un 10% de los votantes de Podemos se decantaría hoy por el PSOE en una elecciones generales y que los socialistas se consolidan en segunda posición con un PP cayendo (con una distancia de tres puntos).

Los 'sanchistas' quieren que en la ponencia del congreso del PSOE, donde contarán con la mayoría de los delegados, se fije que la caída del PSOE comenzó en las elecciones de noviembre de 2011, donde el PSOE perdió 4,5 millones de votos y 58 escaños. En una de las enmienda que llevarán al cónclave de los días 16, 17 y 18 de junio, se dice: "La espectacular difusión de los movimientos del 15-M, la aparición de Podemos y Ciudadanos y la intensa campaña mediática diseñada por la derecha económica y política para hacer un sándwich al PSOE y forzar el sorpasso por Podemos, no ha logrado el objetivo de relegar al PSOE".

Y agrega: "Aunque en las elecciones de 2015, con 90 diputados, hayamos perdido 1,5 millones de votos respecto a las elecciones de 2011, pero que ese resultado supone la recuperación de 2 millones respecto a las anteriores elecciones al Parlamento Europeo de 2014. En la repetición de las elecciones generales en junio de 2016, con una menor participación y la pérdida de 120.000 votos se produjo una ligera remontada de 0,6 % en porcentaje de voto". Es decir, la caída del PSOE no es culpa de Sánchez.

Esta es la postura oficial del sanchismo sobre el declive electoral. Una persona de confianza del secretario general hace esta radiografía: "Pedro heredó una marca muy desgastada, que había desconectado con toda una generación completa, arrastraba la pérdida de credibilidad de los últimos tiempos del Gobierno de Zapatero, costaba reconectar y, sobre todo, ser creíbles".

Consideran que precisamente este escollo es el que han conseguido saltar con las primarias. "Si alguna virtud ha tenido este proceso, es que el relato no se ha contado solo a los militantes, sino a toda la sociedad, que estaba pendiente de lo que ocurría en el PSOE", señala esta fuente, que remata: "Y la conclusión mayoritaria, en el espectro progresista donde tiene que pelear el PSOE, es que ha pasado algo en el partido, ha habido una catarsis absoluta, un cambio de época". Este mensaje, a su juicio, está llegando hondo a los electores.

El relato no solo se ha contado a los militantes, también a la sociedad durante las primarias

Una de las cosas de las que más se acusaba al sanchismo era de "podemizar" el PSOE, de alejarlo de los votantes del centro-izquierda, de olvidar el hipotético espacio donde se ganan las elecciones. De hecho, el economista José Carlos Díez ha renunciado a defender la ponencia encargada de la gestora por estas posturas de Sánchez. Pero los 'sanchistas' animan a hacer memoria: "Felipe y Zapatero que ganaron sus primeras elecciones tenían unas propuesta muy de izquierdas, situadas muy nítidamente en la izquierda, tanto es así que a algunos les daban hasta miedo. A Zapatero se le acusó de poner en peligro la estabilidad territorial".

El equipo de Sánchez cree que tiene también la misión de recuperar esa imagen de izquierdas del PSOE, algo que antes parecía obvio, pero que la abstención difuminó completamente. Los cercanos a Sánchez sostienen que fue "tremendo" ese momento porque se dio un mensaje de confusión a los ciudadanos, que no sabían "exactamente lo que va a hacer el PSOE si uno le vota". El propio Sánchez verbalizó ese mensaje la semana pasada buscando a los que se fueron con los morados: "Me siento muy próximo a los votantes de Podemos".

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Una persona que perteneció a su Ejecutiva y que le ha apoyado durante estos meses lo analiza así: "Del devenir histórico del PSOE se extrae la conclusión de que un PSOE que no sea percibido nítidamente en la izquierda no gana las elecciones. Todas las encuestas y análisis nos dicen que el principal problema que hay es que aproximadamente tres millones de votos se fueron a Podemos. Por lo tanto, si el problema lo tenemos por la izquierda, las respuestas hay que darlas por la izquierda. Más allá de que tenemos que ser conscientes de que somos un partido sensato, centrado, realista". "La marca PSOE también es que no vamos a hacer aventuras raras, pero vamos a apostar por una radicalidad en los postulados socialdemócratas", concreta.

Si el problema lo tenemos por la izquierda, las respuestas hay que darlas por la izquierda

Una cosa obsesiona a Pedro Sánchez en este intento de remontar electoralmente: la juventud. Sabe que tiene que ir a las generaciones de menos de 40 años, decepcionadas con el final del zapaterismo, muy tocadas por la crisis económica, seducidas por jóvenes líderes como Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Albert Rivera y que fueron los que gritaron lo de "PP y PSOE, la misma mierda es". Sánchez y los suyos quieren acabar también con esa frase que ha calado en los últimos años: "Los padres votan al PSOE y los hijos a Podemos".

OBJETIVO JUVENTUD

Por eso, ya se preparan para esa operación para captar a jóvenes votantes y diseñan de cara a los próximos meses propuestas "viables y creíbles, pero muy ambiciosas para la juventud", según fuentes 'sanchistas'. Y que, además, los vean como la "verdadera alternativa" al Partido Popular. La imagen de Sánchez, confiesan los suyos, se ajusta más que la de Díaz para conectar con la capas jóvenes de las grandes ciudades -atraídas principalmente por las 'mareas' y confluencias-. Habla idiomas, habitual runner y asiduo a los conciertos de música indie.

Una aspecto que ven fundamental para el electorado es que Sánchez ha demostrado durante estos meses "que tiene palabra". En opinión de los 'sanchistas', los españoles valoran que ha sido capaz de dar un paso atrás y renunciar a su escaño para ser consecuente. Y especialmente creen que es muy importante la sensación de que "ha luchado contra todos los poderes establecidos, después de que le acusaran desde su llegada en 2014 de ser una parte útil para el sistema y la casta". Este es otro punto que puede atraer a los votantes de Podemos.

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Todo ello anima sus expectativas electorales, en un tiempo también en el que el "país está en continua tensión por la corrupción del PP y la situación de desigualdad entre las capas sociales", agregan las fuentes. No obstante, pese a la posibilidad de convocar elecciones generales, en el entorno de Sánchez creen que Rajoy no va a pulsar todavía ese botón, que intentará aguantar todo lo que pueda y que sus movimientos dependerán mucho de su futuro judicial (con la vista puesta en su comparecencia en la Audiencia). Lo que opinan fuentes 'sanchistas' es que enfrentarse a un candidato designado por Rajoy beneficiará al socialista al dar la imagen de un PP "continuista".

Los 'sanchistas' creen que el nuevo líder ha demostrado que tiene palabra y que ha luchado contra todos los poderes, que no es casta

Otra de las cosas que los 'sanchistas' esperan superar durante estos meses es la imagen ante los votantes de un partido cainita. "Esa imagen de guerra es matadora electoralmente", sostiene una persona cercana a Sánchez. En eso, también se hace autocrítica y creen que ahora habrá que tener más "mano izquierda". "Sin duda, una de nuestras debilidades fue la gestión interna", agrega. Y es que, como dice un diputado, el PSOE parecía en los últimos meses una emisión de Gran Hermano.

Sánchez ahora tiene que jugar en un campo político, como explica el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Gotemburgo Víctor Lapuente, en el que se mueven los ejes derecha-izquierda y rural-urbano. Y ahí, comenta, puede conseguir primero recuperar a votantes de Podemos y luego moverse un poco más hacia el centro con políticas pragmáticas. "Lo puede hacer con convicción, con credibilidad, lo han elegido porque parece creíble", apostilla.

El líder ha ganado esta contienda frente a Susana Díaz, presidenta de la Junta. No hay que olvidar que Andalucía es el principal caladero de votos y la única federación en la que no ganó Sánchez. ¿Puede haber descontentos con el resultado que den la espalda al madrileño en las urnas? Los 'sanchistas' dicen que tienen encuestas en las que se ve que el grado de aceptación del líder es similar al resto de España. No les preocupa un hipotético rechazo en el sur.

¿A la tercera va la vencida?