Cómo la calidad del aire en La Palma pasó de "excelente" a "extremadamente desfavorable"
El Gobierno de Canarias ha avisado a los ciudadanos para que tomen medidas de precaución.
La calidad del aire que se respira en el Valle de Aridane, en La Palma, era habitualmente “excelente”, pero desde que entró en erupción el volcán en Cumbre Vieja, el pasado 19 de septiembre, ha ido empeorando hasta llegar a ser, en muchas ocasiones, “extremadamente desfavorable”.
Varios son los motivos de este cambio: el dióxido de azufre (SO2), las partículas de menos de 10 micras (PM10), las partículas ultrafinas y el hollín que salen del volcán, elevan de forma considerable la concentración de esas sustancias contaminantes en la atmósfera y, de ese modo, la calidad del aire empeora.
En el caso del dióxido de azufre, la calidad del aire se considera que es buena si la concentración de este gas no supera los 100 microgramos por metro cúbico de aire; razonablemente buena si está entre 101 y 200, regular entre 201 y 350, desfavorable entre 351 y 500, muy desfavorable entre 501 y 750, y extremadamente desfavorable entre 751 y 1.250.
Concentración de dióxido de azufre, por encima del umbral
La concentración de dióxido de azufre en el municipio de Los Llanos de Aridane ha superado en al menos en tres ocasiones el umbral a partir del cual hay que declarar la alerta por la presencia de este gas en la atmósfera (500 microgramos de SO2 por metro cúbico durante tres horas consecutivas).
Expertos consultados por Efe explican que el dióxido de azufre causante de ese empeoramiento de la calidad del aire en La Palma es el que se desprende de las coladas de lava, ya que la inmensa mayoría del que sale del volcán se va por encima del mar de nubes, a 3.000 o 4.000 metros de altitud.
Cada vez que hay un derrumbe en el cono volcánico y sale colada nueva, surgen fumarolas cuando se enfría, lo que da lugar a concentraciones altas de dióxido de azufre en niveles bajos, que coinciden con la altitud a la respira la población.
En cuanto a las partículas de menos de 10 micras, se considera que la calidad del aire es buena si la concentración de estas se sitúa entre 1 y 20 microgramos por metro cúbico de aire; razonablemente buena si está entre 21 y 20; regular entre 41 y 50; desfavorable entre 51 y 100; muy desfavorable entre 101 y 150, y extremadamente desfavorable entre 151 y 1.200.
Medidas de precaución
Desde que entró en erupción el volcán, la concentración de partículas PM10 ha superado los 151 en muchas ocasiones, lo que ha llevado al Gobierno de Canarias a avisar a los ciudadanos para que tomen medidas de precaución.
Los expertos explican que el dióxido de azufre es un gas que en el aire se convierte en aerosoles o partículas nanométricas de ácido sulfúrico, y en sulfato, lo que hace que haya partículas PM2,5 y PM10, así como ultrafinas.
Cuando semanas atrás la colada incandescente quemaba fincas, plataneras e industrias, se produjo mucho hollín, lo que también perjudica a la salud, como lo es también la ceniza, que aunque la mayor parte del tiempo es muy gruesa y no se respira, ha habido ocasiones en las que ha llegado a tener menos de 10 micras.
La ceniza que se deposita en el suelo reduce su grosor al pisarla o pasar sobre ella con vehículos y se puede llegar a respirar cuando se dispersa de nuevo al aire.
La contaminación atmosférica no afecta por igual a toda la población. Son más sensibles a ella los niños, las personas mayores de 65 años y las que tienen afecciones respiratorias, cardiovasculares o están en grupos de riesgo por padecer asma o epoc, entre otras.