Cómo gestionar el exceso de sudor en verano
Mantener una imagen limpia y aseada a veces es incompatible con las altas temperaturas.
Quien suda mucho sabe lo complicado que es gestionar los incómodos regueros de agua que emanan de cada poro de la piel y cuánto puede dificultar el día a día. Especialmente cuando el termómetro se dispara y aprieta el calor.
Sudar es un mecanismo natural que regula la temperatura corporal y es inevitable que, con las altas temperaturas, el organismo evapore el agua del cuerpo a través de la transpiración.
A todos nos ha pasado. Nos levantamos, nos duchamos, nos acicalamos y salimos de casa aseados y oliendo a limpio. Sin embargo, ponemos un pie en la calle y empezamos a sudar. Y si no es en ese momento, ocurrirá tarde o temprano a lo largo del día.
Ahora bien, ¿se puede hacer algo para sudar menos? ¿Cómo lidiar con esta situación? Hemos preguntado a los expertos y esto es lo que nos han dicho.
El sudor se puede controlar, según afirma el dermatólogo Javier del Boz, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV): “Aunque las posibles opciones terapéuticas dependen de factores como la edad, los antecedentes personales, el tratamiento habitual u otros tratamientos previos. Y sobre todo, de qué parte del cuerpo sude”.
Si el sudor se produce en zonas localizadas, el dermatólogo aconseja, por lo general, intentar controlarlo con antitranspirables tópicos (lociones o cremas), fabricados, sobre todo, a base de sales de aluminio con diferentes concentraciones.
“Desde la farmacia podemos ofrecer soluciones muy innovadoras, eficaces y útiles para los problemas de transpiración excesiva que se agudizan en verano”, confirma Rosalía Gozalo, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM).
“Estos productos están diseñados bajo control dermatológico y cuentan con una eficacia y seguridad avalada por estudios clínicos y, además, con máxima tolerancia”, afirma.
Existen todo tipo de opciones y en diferentes formatos, como cremas, geles, esprays, toallitas, roll on... Son fáciles de utilizar, se secan rápidamente y permiten vestirse sin machar la ropa. “Son productos prácticos y accesibles a todo el mundo. Se pueden usar en cara, manos y pies y tienen un efecto de 48 horas”, asegura Gozalo.
Por ejemplo, la farmacéutica aconseja la línea Isdin Deo Germisdin, que controla la sudoración excesiva y el mal olor desde la primera aplicación en axilas. O Dryses loción, del laboratorio, de Sesderma controla la sudoración excesiva en axilas, palma de las manos, planta de los pies, cara, tórax, espalda... “Esta es muy útil para deportistas”, señala Gozalo. Por último, Hidrosis Control del laboratorio Ducray en crema para manos y pies y en roll on para las axilas.
“Estos productos permiten dar la mano sin reparo, conducir sin sensación de humedad en las manos, teclear nuestras pantallas táctiles sin molestias... Si se aplican en los pies controlan además el mal olor”, explica.
En el caso de exceso de sudoración facial, la farmacéutica aconseja no usar cremas ni lociones con aceites: “En verano, es mejor sustituirlas por cremas hidratantes a base de agua e ingredientes naturales, especialmente por la noche”.
Si el problema va más allá y el sudor es un verdadero quebradero de cabeza para ti, el dermatólogo aconseja consultar al médico las distintas opciones que ofrece la medicina.
Por ejemplo, en la cara, Del Boz no aconseja usar cremas antitranspirantes porque pueden irritar la piel: “Solemos usar anticolinérgicos tópicos u orales.
También recomendamos anticolinérgicos orales (un fármaco que sirve para reducir o bloquear los efectos producidos por la acetilcolina en el sistema nervioso) para casos de hiperhidrosis (exceso de sudor) generalizada o multifocal (que afecta a diferentes áreas corporales)”.
Estos medicamentos deben ser siempre prescritos por el médico y necesitan receta, por lo que hay que pasar primero por la consulta antes de usarlos.
Los expertos se refieren al mal olor como bromhidrosis. Para eliminarlo, el dermatólogo aconseja recurrir a sustancias antibióticas o antisépticas asociadas: “Existen desodorantes y geles de ducha que las incorporan. Estas sustancias neutralizan la proliferación bacteriana cuyos productos de degradación generan dicho olor”.
Estos productos también se pueden adquirir en la farmacia y sin receta ni prescripción médica. “Contienen activos con acción antibacteriana y antifúngica, pero no son antibióticos”, explica la farmacéutica.
El tema del olor producido por el sudor lo explicó perfectamente la semana pasada Boticaria García en Zapeando (laSexta).
Para afrontar el calor, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social aconseja hacer “comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.)”.
Sin embargo, seguir estas pautas no garantiza que se sude menos. Emilia Cancer, médico especialista en Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), asegura que no hay ningún alimento o bebida que reduzca la cantidad de sudor.
“La tasa de sudoración está condicionada por varios factores, como la actividad física, el clima, el estrés o nerviosismo, los cambios hormonales y algunas enfermedades metabólicas”, añade Raquel Fernández de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de La Rioja (ADDLAR), perteneciente al Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
Aun así, Cancer insiste en la importancia de “mantener unos hábitos de alimentación saludables, tomando como referencia la dieta mediterránea”.
La especialista en Endocrinología también recuerda que si se suda mucho “es conveniente mantener un adecuado estado de hidratación y, para ello, se debe incrementar la ingesta de líquidos, preferiblemente de agua, y el consumo de frutas y hortalizas que podremos tomar en forma de gazpacho o sopas frías”.
“Las frutas y verduras no harán que la tasa de sudoración aumente, al
contrario, podemos ayudarnos de ellas para aprovechar la cantidad de agua
que tienen para mantenernos hidratados y recuperar el líquido perdido”, apunta la nutricionista: “Y no solo de agua, también de los minerales que se han perdido junto a ella, fundamentalmente potasio y sodio”.
Igual que no hay ningún alimento que ayude a sudar menos, tampoco habrá ninguno que nos haga per se, hacerlo más. “Eso sí, si evitamos comidas calientes y picantes, que hacen aumentar la temperatura corporal, evitaremos contribuir a ese desequilibrio térmico que aumenta la transpiración y, por tanto, la sudoración”.
Aparte de todo esto, y aunque parezca obvio, los expertos recomiendan evitar, en la medida de lo posible, aquellos elementos que puedan desencadenar la sudoración, como el calor, el estrés, la ingesta de alcohol y las comidas hipercalóricas, especiadas o picantes.
Si todo lo anterior falla y sigues sudando de forma excesiva (hasta el punto de que se ha convertido en un auténtico problema para ti), no hay que angustiarse. La cirugía tiene una solución para ti.
Normalmente, asociamos el botox al tratamiento de las arrugas, pero la toxina botulínica “es un paralizador de la actividad motora que también bloquea la actividad de las glándulas sudoríparas y con ello desaparece la clínica de la hiperhidrosis (exceso de sudoración)”, según explica Carmen Iglesias, jefa de la sección de Cirugía Plástica en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario La Paz y vocal de comunicación de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
El tratamiento consiste en inyectar la toxina en el subcutáneo de la región a paralizar. “Se deben realizar pequeñas pero múltiples inyecciones seriadas en la zona donde se produce la sudoración”, explica.
La cirujana afirma que por lo general, estos tratamientos, se suelen hacer en las axilas y en las manos: “Las inyecciones en las axilas no suelen ser demasiado molestas, pero en las manos sí se hace un bloqueo de los nervios sensitivos de las mismas para evitar el dolor”.
La ventaja es que, con las dosis y sesiones adecuadas, la sudoración termina desapareciendo. Sin embargo, el tratamiento es temporal y habría que repetir las inyecciones de forma periódica, cada seis u ocho meses. “Si se hace así, la mejoría es definitiva”, afirma.
Aquellos pacientes que suden de una forma excesiva y les sea muy molesto, pueden recurrir a este tratamiento, pero tanto la cirujana como el SECPRE recomiendan que siempre se consulte primero con el médico y que recurran a profesionales cualificados y centros que cuenten con los permisos necesarios: “Solo así se pueden garantizar los resultados”.
El dermatólogo Javier del Boz, de la AEDV, confirma los beneficios del botox en casos de sudoración excesiva a nivel axilar: “En estos casos, el resultado suele ser muy bueno. Por lo general, es un técnica muy bien tolerada, muy segura y que rara vez se asocia con efectos adversos”.
“También se ha utilizado en otras zonas corporales con excesiva sudoración, como las palmas de las manos, plantas de los pies o en la frente”, señala el dermatólogo. El mayor problema de estas zonas es el dolor asociado a las infiltraciones: “Suelen requerir anestesia, precisan de una cantidad mayor de sustancia, que aumenta el precio, y el tiempo de duración suele ser algo más corto”.