¿Cómo funciona el efecto Placebo?
Irving Kirsch desarrolló la llamada expectativa de la respuesta, que viene a decir que cómo nos sentimos depende en gran medida de cómo anticipamos que nos sentiremos, o lo que es lo mismo: si crees que te va a doler, dolerá, y si crees que algo va a calmarte, te calmará.
Es precisamente este principio el que explica el funcionamiento del efecto placebo.
La palabra placebo tiene su origen en el latín y significa "yo complazco".
Es muy probable que su origen se remonte a la intención de "complacer" a quien solicitaba con insistencia un medicamento, viendo con sorpresa que al prescribirle un falso medicamento, con frecuencia el sujeto mejoraba sus síntomas, a pesar de tratarse de substancias totalmente inocuas para el organismo.
Sin embargo, el placebo no se reduce a dar algo con forma de medicamento. Está demostrado que aquellos que acuden a profesionales de la salud que tienen conductas propias de una persona atenta y afectuosa mejoran más que quienes acuden a profesionales fríos y que no dan muestras de empatía. Éste es también uno de los aspectos a tener en cuenta en el llamado efecto placebo.
Para que un placebo sea efectivo es necesario que se genere un vínculo de confianza entre el profesional y el paciente y que conozcamos previamente los supuestos beneficios de esa medicina o intervención.
Se han realizado investigaciones que han demostrado que la morfina pierde la mitad de su efectividad si es administrada sin informar al paciente, precisamente porque el sujeto no produce estas endorfinas, tal y como lo haría en caso de saber que le estaban administrando un potente opiáceo.
Por lo tanto, el placebo no cura. Puede generar bienestar, pero no tendrá una influencia determinante en aquellas enfermedades que requieren de intervenciones o tratamientos. Sólo puede producir un cambio en nuestro organismo cuando éste responde generando endorfinas que son similares a los opiáceos como la heroína y la morfina.
Para contrarrestar el efecto placebo, cuando se evalúa la eficacia de un fármaco, se hacen dos grupos: uno de ellos tomará el medicamento que se considera que tiene un efecto positivo para el tratamiento de la enfermedad; y por otro lado, se creará un grupo control, que tomara una pastilla sin ningún efecto.
De este modo podemos confirmar que la diferencia en los resultados de las personas que toman el medicamento y las que han formado parte del grupo control es debida a la composición del medicamento.
Es muy frecuente que cuando ponemos en duda determinadas intervenciones por parte de pseudo-profesionales, éstos afirmen una mejora por parte de su cliente. En realidad, esto dice más de su capacidad de seducción que de la eficacia del "tratamiento" que dan.
Porque sólo comparando un tratamiento con un grupo control podemos conocer la eficacia de una intervención.