Cómo fijar un presupuesto (y ceñirse a él) para empezar a ahorrar si eres estudiante

Cómo fijar un presupuesto (y ceñirse a él) para empezar a ahorrar si eres estudiante

Pagar la universidad provoca verdaderos quebraderos de cabeza a las familias.

Hay un motivo por el que aún perdura el tópico de que los estudiantes siempre comen pasta o arroz: a muchos no les queda más opción que apretarse el cinturón (además, cocer pasta o arroz no requiere demasiadas dotes culinarias).

Los gastos asociados a ir a la universidad provocan verdaderos quebraderos de cabeza a algunas familias, sobre todo si no reciben ninguna beca o si se retrasa el cobro de esta. Aparte de la matrícula, si el estudiante tiene que irse a otra ciudad, hay que sumar el alquiler y el transporte, lo que deja a muchas familias en números rojos.

Para ayudarte a evitar una larga temporada comiendo macarrones con tomate, la edición británica del HuffPost se ha puesto en contacto con expertos en finanzas para conocer sus consejos.

  5b8919781900003e0b50317aJeff Titcomb via Getty Images

1. Analiza con honestidad dónde te gastas el dinero

Es hora de acabar con otro cliché: la creencia de que los jóvenes van siempre justos de presupuesto porque compran demasiados aguacates y otros caprichos. Dejando eso a un lado, analizar el origen de los gastos semanales es una forma excelente de mantenerse a flote, especialmente a la hora de hacer la compra semanal de comida.

La empresa británica Money Supermarket estima que muchos estudiantes tienen que exceder con frecuencia su presupuesto para comprarse comida. En una encuesta en la que participaron 700 estudiantes británicos, la alimentación resultó ser el segundo mayor gasto mensual, solo por detrás de los gastos relativos al alojamiento.

Las noches de fiesta, los materiales de estudio y el transporte para volver a casa fueron otros de los gastos importantes que señalaron los estudiantes, seguidos por la ropa, el gimnasio, la colada y el alcohol. Las facturas ocupaban el undécimo lugar en la clasificación. Otra encuesta independiente de la asociación de consumidores Which? mostró que los estudiantes tienen otros gastos muy diversos: libros, fotocopias o portátiles.

2. Ten más creatividad en la cocina

A la hora de recortar en gastos, no hay mucho que se pueda hacer con el alquiler, pero sí puedes ahorrar en alimentación si le pones un poco de imaginación. Comprar con el estómago lleno y cocinar en casa puede ser de ayuda en vez de derrochar en comida para llevar.

"Ten más creatividad con lo que haya en el frigorífico y en los armarios y busca por Internet recetas que seas capaz de hacer con lo que ya tengas en vez de ir a comprar lo que falta. Te sorprendería descubrir lo que puedes hacer con un poco de atún, puerros y una patata", comenta Clare Francis, directora de ahorros e inversiones de Barclays.

3. Elabora un presupuesto y cíñete a él

"Una simple hoja de cálculo en la que clasifiques tus gastos mensuales y tu presupuesto (en forma de cobros del trabajo o las ayudas de tus padres) te mostrarán por dónde debes ir", asegura Sophie Phillipson, fundadora de la organización de apoyo a estudiantes HelloGrads.

Por aburrido que suene lo de hacer una hoja de cálculo, puede ayudarte a detectar por dónde te sales del presupuesto para que puedas poner remedio a los gastos que no puedes permitirte.

Una vez identificados los puntos débiles, merece la pena preguntarte si de verdad necesitas esas nuevas deportivas, ese móvil nuevo o la pizza que acabas de pedir a domicilio. Si sigues sin tenerlo claro, puedes utilizar el "desmotivador" de gastos Money Saving Expert (en inglés y en libras) para calcular de forma sencilla lo que te suponen anualmente tus gastos innecesarios y ver si te desenganchas.

Si no quieres utilizar Excel, puedes usar aplicaciones como Wally o Money Dashboard, que te permiten ver por cuánto te estás pasando del presupuesto.

Sé realista cuando elabores un presupuesto, recuerda Sophie Phillipson: "Fija unos gastos generosos, incluye una partida decente para comida, para libros, para socializar y un pequeño colchón para gastos previsibles, como regalos de cumpleaños y viajes".

4. Busca una forma simple de repartir los gastos con tus compañeros de piso

Si compartes piso con otras personas, querrás asegurarte de que todo el mundo paga su parte de las facturas del agua, del gas o de la electricidad.

Es importante pagar a tiempo y no quedarse en números rojos para no perjudicar al titular de la cuenta. Splitwise es una aplicación que te permite crear distintos grupos.

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Si creas el grupo "Compañeros de piso", por ejemplo, puedes añadir los nombres y correos electrónicos de todos ellos. Si has pagado tú una factura, te calcula quién te debe qué y le envía un recordatorio. Esa persona puede pagarte mediante PayPal y la aplicación actualiza las cuentas automáticamente.

5. No te hagas el sueco si las cosas no salen como deberían

Todo el mundo se sale del buen camino de vez en cuando, pero si ves que has fallado, no sigas en la dirección equivocada. Money Saving Expert aconseja a los estudiantes que nunca se pasen de su límite y que no sucumban a la tentación de gastar de más con las tarjetas de crédito. "Que no te tienten. Solo porque el banco te lo permita no significa que debas recurrir a ello", avisa.

En vez de ser una solución rápida, las tarjetas de crédito pueden hacerte caer en graves deudas que te costará pagar siendo estudiante.

"Si ves que tienes problemas financieros durante tus estudios, no los ignores; habla con tu banco. Quizás te concedan una prórroga o un límite mayor para que vuelvas al buen camino", añade Sophie Phillipson.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.