Cómo despertarte más fácil por las mañanas
Y cómo enseñar a tu cuerpo a despertarse todos los días a una hora determinada.
A la mayoría de la gente le cuesta levantarse por las mañanas. Tal vez seas de esa clase de las personas que se despiertan antes de que suene el despertador, o quizás de los que posponen la alarma varias veces hasta que se despiertan de verdad.
Sin embargo, posponer la alarma puede tener un impacto negativo a lo largo del día. “Con 5 o 10 minutos, el cuerpo solo tiene tiempo de entrar en la fase de ‘sueño ligero’ antes de llegar a la fase de sueño profundo, también conocida como REM”, explica el experto en sueño Martin Seeley.
“Por lo tanto, el cuerpo se pone en modo de lucha o huida, lo que aumenta la tensión sanguínea y el ritmo cardíaco al despertar. Esto hace que te sientas estresado nada más empezar tu día”.
Catherine Wilde, fundadora de Soul Care Mom y profesora de yoga y meditación, afirma que el mejor momento para despertarse suele ser cuando el ritmo circadiano está en fase de “alerta”.
“La fase de alerta suele producirse a primera hora de la mañana, por lo que despertarse a esta hora debería ser lo más beneficioso para el cuerpo. Sin embargo, el ritmo circadiano de cada persona es diferente, por lo que es importante averiguar qué hora te funciona mejor a ti”, dice Wilde.
“Hay varias formas de hacerlo, como utilizar un diario de sueño o hacer un cuestionario en Internet”.
“No hay una respuesta definitiva a esta pregunta. Algunos investigadores creen que despertarse más temprano aumenta los niveles de productividad porque después hay más tiempo para hacer las cosas”, explica Wilde.
“Otros sostienen que las primeras horas de la mañana no son productivas para todo el mundo, y que cada persona debería despertarse a la hora que mejor le vaya”.
“Es importante experimentar con diferentes horas para ver cuál te funciona mejor y asegurarte de que duermes lo suficiente para ser productivo durante el día”.
“Hay muchos factores que pueden influir en nuestra capacidad para despertarnos a una hora específica cada día, incluyendo, entre otros, la hora a la que que nos acostamos, la duración y la calidad del sueño y el ritmo circadiano natural de nuestro cuerpo”, expone Wilde.
“Sin embargo, hay algunas técnicas para enseñar a nuestro cuerpo a que se despierte a una hora determinada. Un método consiste en aumentar gradualmente la cantidad de tiempo que pasamos despiertos en las horas previas a la hora deseada para despertarnos.
“Otra forma es fijar un horario de sueño estricto y cumplirlo. Esto implica acostarse y levantarse a la misma hora cada día, incluidos los fines de semana. Otra forma es utilizar un despertador, pero sal de la cama en cuanto suene, sin remolonear, y empieza el día”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.