Cómo desinfectar los alimentos y la cocina para prevenir el coronavirus
Ahora que toda la vida se concentra en las casas, conviene limpiarla más de una vez al día.
Comer en familia refuerza la cercanía y el bienestar entre los miembros, algo que quizás nunca ha sido tan importante como ahora en pleno confinamiento por el estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus.
Consciente de que la gente vive momentos muy estresantes, la experta en epidemiología de la Universidad de Michigan Aubree Gordon recomienda a las familias seguir comiendo unidas a no ser que haya alguien infectado. Para preparar esta comida es fundamental una cocina libre de gérmenes.
Tener a todos sus miembros en casa todo el día implica cocinar más y limpiar más, y eso sin contar con los picoteos ocasionales a lo largo del día.
A continuación puedes leer los consejos de los expertos para mantener la cocina limpia y segura durante estos días.
Importante: estos consejos solo son válidos si todos los miembros del hogar están sanos y libres de coronavirus.
Limpia la cocina más de una vez al día
“Ahora que está todo el mundo trabajando y estudiando desde casa, habrá que limpiar la cocina un par de veces al día. Lo bueno es que una limpieza inteligente y bien enfocada funciona”, asegura Brian Sansoni, vicepresidente de comunicaciones del Instituto Estadounidense de Limpieza.
Existen pruebas en simulaciones experimentales de que el coronavirus puede permanecer durante horas o días en según qué superficies y es posible que alguien, sin darse cuenta, lo traiga a casa.
Este coronavirus, cuyo nombre científico es SARS-CoV-2, es más estable en el plástico y el acero inoxidable, donde sobrevive hasta 72 horas, que en el cobre o el cartón.
La regla más importante es limpiar antes de nada. Según el químico William F. Carroll Jr., de la Universidad de Indiana, “lavar elimina el polvo y los organismos que se alojan ahí”. Limpia todas las superficies que uses habitualmente: la encimera, la mesa, el tirador del frigorífico, los pomos y tiradores de los armarios y puertas... Haz un listado de lugares que deberías limpiar con frecuencia y guárdalo a la vista, por ejemplo, con un imán en el frigorífico. Con agua y jabón es suficiente. Para lavar la esponja al final del día, Carroll sugiere algo tan simple como meterla en el lavavajillas con el resto de los platos y cubiertos.
El siguiente paso es desinfectar. Carroll es “fan de la lejía en superficies que lo permiten. Simplemente hay que asegurarse de que la habitación esté bien ventilada”. Primero, recuerda que la lejía caduca, así que comprueba la fecha de caducidad. Según los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), la lejía diluida, el agua oxigenada y el alcohol sirven para matar el coronavirus de las superficies. Puedes utilizar papel de cocina o toallitas desinfectantes si no te gusta pulverizar esos productos. Los CDC recomiendan meclar 4 cucharaditas de lejía por cada litro de agua y dejar que haga efecto durante un minuto antes de secar la superficie.
La buena noticia es que el coronavirus es vulnerable a los desinfectantes y al jabón. El coronavirus tiene una membrana grasa alrededor que se disuelve fácilmente con agua y jabón y con muchos desinfectantes. La parte positiva es que “solo” sobrevive durante días en las superficies, como mucho, y no durante semanas, como el norovirus, el virus que causa gastroenteritis.
El vinagre tiene muchas propiedades, pero no es un buen desinfectante. Sirve para limpiar, pero no para desinfectar. El vinagre no sirve de nada contra la mayoría de las bacterias y virus, incluido el coronavirus. El vodka, que solo tiene un 40% de alcohol, tampoco sirve.
Las toallitas y los desinfectantes en spray son igual de efectivos, comenta Carroll, pero en los supermercados las toallitas se agotan enseguida, así que no viene mal tener otros productos preparados por si acaso te quedas sin ellas.
Ten en cuenta cuánto tiempo tienes que dejar que se seque al aire libre cada desinfectante, ya que varía de un producto a otro. Por eso es importante leer las instrucciones de cada uno, donde se especifican estos detalles. Algunos productos solo requieren 30 segundos para secarse y otros necesitan varios minutos.
Si tienes guantes, genial. Si no, lávate bien las manos.
Pon el lavavajillas en la configuración de desinfectar si la tienes. Algunos lavavajillas alcanzan una temperatura de 70 grados centígrados, que es mortal para el virus.
Limpia los recipientes no porosos. Como señalan los estudios anteriores, siempre existe la posibilidad de que un recipiente no poroso (de cristal o de metal) tenga virus de una persona que haya estado en contacto con estos, y eso incluye a los reponedores del supermercado. Puedes usar toallitas o desinfectante para limpiar las latas, las botellas y los vasos.
Cambia de recipiente algunos alimentos. A veces conviene pasar algunos alimentos, como los cereales integrales, las legumbres y la pasta, a recipientes limpios. Así no tendrás que preocuparte por la pequeña probabilidad de que haya virus en el envase original.
También puedes dejar las cajas y envases de cartón en una esquina de la cocina si no tienes tiempo de desinfectar, aprovechando que el cartón no es el lugar idóneo para la supervivencia del coronavirus. “Sabemos que la concentración del virus en el cartón se reduce relativamente rápido”, sostiene Gordon.
Lava los alimentos igual que siempre. “No hace falta que laves la comida con ningún desinfectante”, asegura Gordon. No se conoce ningún caso de contagio a través de la comida, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Los virus respiratorios no suelen reproducirse a través del tracto digestivo, señala este estudio.
Lávate bien las manos. Cuando hayas terminado de cocinar o de recoger la compra, lávate las manos con agua y jabón durante 20 segundos sin dejarte ninguna zona de la mano.
Sécate las manos en una toalla limpia. No te seques las manos limpias en una toalla sucia “y recuerda no limpiarte las manos sucias en una toalla limpia, añade Carroll. “Asegúrate de que los demás hacen lo mismo”. Si tus hijos o tu pareja se olvidan de esa norma, guárdate tus propias toallas para usarlas tú después de limpiar la cocina.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.