Mascarillas para hacer deporte: cómo elegirlas y cuándo son necesarias
No se puede pretender correr 10 kilómetros el día que la pones por primera vez.
El horario para el alivio del confinamiento de mayores de 14 años, ya sea paseando con un conviviente o haciendo deporte individual, sigue siendo el mismo para la fase 0 y la fase 1. Hay dos únicas opciones: o bien por la mañana, de 6:00 a 10:00 horas, o bien por la tarde, de 20:00 a 23:00 horas.
Al final es inevitable que se aglomere la gente, incluso aunque se peatonalicen calles como el paseo de la Castellana en Madrid. No hay más que ver las fotos tomadas este domingo 10 de mayo a las 21:00 horas. Imposible mantener la distancia de seguridad recomendada para evitar contagios por coronavirus.
Quienes salen a caminar lo tienen más fácil, el uso de mascarilla no tiene por qué dificultar demasiado el paseo. Otro asunto es salir a correr.
“Es muy difícil realizar cualquier práctica deportiva que suponga un incremento de esfuerzo con mascarilla”, asegura el doctor Jesús Cabrillana, miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene.
La sensación de ahogo cuando se va con las mascarillas habituales —quirúrgicas o higiénicas— resulta inevitable y por eso el especialista insiste en que la mejor medida de protección frente a la Covid-19 al practicar deporte es la distancia de seguridad. Sin olvidar de que en estos casos debe ser mayor a lo habitual, ya que la cantidad de litros de aire movilizados por minuto aumenta al realizar esfuerzos.
“Teniendo en cuenta que el virus se contagia con un contacto mantenido de al menos 15 minutos, lo normal es que si nos cruzamos a alguien y vamos sin mascarilla, no haya mucho riesgo”, asegura el especialista, que recuerda que al aire libre a transmisión es muy baja salvo en grandes multitudes.
Cómo elegir mascarillas para hacer deporte
Hay mucha gente sin embargo que ante las imágenes anteriores prefiere salir protegido y busca sistemas válidos que sean compatibles con la práctica deportiva. “En ese caso hay que descartar las mascarillas higiénicas o quirúrgicas. Con la exhalación y el sudor se acaban reblandeciendo, se pegan a la cara y eso produce sensación de ahogo”, explica Raquel Blasco, doctora en Medicina Interna, profesora de Ciencias de la Salud y experta en salud deportiva.
Al pegarse a la cara, la acabamos tocando más de la cuenta y eso conlleva otro riesgo, ya que es más fácil que se pueda propagar el virus en caso de que la mascarilla se haya infectado.
Ante esta nueva necesidad marcas de ropa deportiva como La Sportiva, Solorunners o Windflpa han empezado a comercializar mascarillas para estar protegidos al salir a correr. Conviven en tiendas físicas y online con otras anticontaminación, que ya estaban a la venta y que no son efectivas contra la Covid-19.
Hay que saber distinguir unas de otras, y para ello la doctora Blasco apunta cinco características:
- FPP2 sin válvula, para protegerte ante contagios y evitar que contagies a los demás
- Homologada por el Ministerio de Sanidad
- Flexible para que se ajusten bien a la cara
- Reutilizables
- De tejido sin estructura de trama
“Las mascarillas FPP2 sólo dejan pasar un 5% de las partículas, así que el riesgo es muy bajo”, apunta la doctora. “Lo importante es que sea sin válvula porque si la lleva, te protege a ti pero exhalas el aire y pondrías en riesgo a los demás en caso de estar enfermo y no saberlo”, explica la especialista.
Para Blasco, estas mascarillas que compramos habitualmente en farmacias presentan un problema a la hora de realizar prácticas deportivas. “Suelen ser rígidas y eso puede producir rozaduras, que pueden provocar picores y que nos toquemos más la cara o directamente heridas”, apunta. De ahí que insista en que el tejido debe ser flexible y se adapte bien a la forma de la cara.
El tipo de tejido es también muy importante y hay que desechar siempre los de estructura de trama por no ser transpirables. Es el caso, por ejemplo, de las mascarillas de algodón, que se desaconsejan totalmente por su facilidad para humedecerse y absorber sudor.
Que sean reutilizables es sobre todo por una cuestión económica, ya que si se cumplen con las recomendaciones de asepsia del fabricante, se le pueden dar más usos y resultan más rentables. En ese caso hay que fijarse que lleve la R.
Cómo ser un runner con mascarilla
Antes de utilizar una mascarilla para hacer deporte, lo primero que hay que saber es que no hay mascarilla perfecta. El hecho de proteger contra los virus, hace que se reduzcan nuestras capacidades respiratorias y la práctica deportiva sea menos agradable.
Eso no significa que haya riesgo de hipoxia (deficiencia de oxígeno en la sangre), asegura Blasco al emplicar que esto sólo podría ocurrir con mascarillas concretas, las ETM, para simular la respiración a altitudes que van desde 914 a 5486 metros. “A día de hoy no existen evidencias de que cualquier otra mascarilla vaya a producirnos hipoxia”, apunta.
Para reducir el efecto de agobio inicial, Blasco recomienda ponerla ya en casa para ir habituándose a esta limitación. “Y en los casos de gente que ya puede coger el coche para ir a correr, llevarla puesta para acostumbrarse”, añade.
Otra forma de adaptarse es incorporarla poco a poco en nuestra rutina, en tiradas de poco tiempo, poca distancia y no mucha intensidad, y no pretender estrenarla en un entrenamiento largo ya que la sensación de ahogo puede ser muy grande. Para esas tiradas largas, lo mejor sigue siendo ir a sitios con poca gente.