Cómo, cuánto y por qué hay que beber agua: las claves para mantenerse bien hidratado
Es tan importante como comer o hacer ejercicio para tener un buen estado de salud.
Una simple búsqueda en internet sobre hábitos saludables arroja miles de resultados sobre cómo mejorar la alimentación, el estilo de vida, el ejercicio que hacemos o incluso la forma en la que dormimos.
Sin embargo, existe muy poca información en general sobre la importancia de mantener un buen nivel de hidratación y cómo conseguirlo. Teniendo en cuenta que el agua es el componente principal del cuerpo humano, descuidar lo que se bebe influye en todas las funciones del organismo, desde las capacidades cognitivas hasta el rendimiento físico.
Para compensar esta carencia de información el Instituto de Investigación Agua y Salud acaba de lanzar la Guía de Hidratación. Se trata de asentar la idea de que beber la suficiente cantidad de agua es tan importante como seguir una dieta saludable y hacer ejercicio para disfrutar de un buen estado de salud.
Estas son las recomendaciones básicas de la guía:
Hay que beber de 2 a 2,5 litros de agua al día. Esa es la cantidad de líquido que se pierde a diario. Como el cuerpo no tiene capacidad de almacenar agua, es necesario restablecerla.
No se puede vivir sin beber. Aunque se puede sobrevivir ocho semanas sin comer, sin agua solo se puede estar entre tres y cinco días.
Hay que beber antes de tener sed. Cuando se siente sed ya hemos perdido un 1% del peso corporal en agua.
La sed indica que ya es tarde. Es un síntoma de alerta del organismo, es subjetiva y puede estar distorsionada. Por lo que no es fiable. La deshidratación puede pasar inadvertida.
El agua influye en el funcionamiento del cuerpo. Una deshidratación del 1% afecta al rendimiento físico, a las capacidades cognitivas y al estado de ánimo.
Los hombres tienen que beber más que las mujeres. Las mujeres deben beber entre 2 y 2,5 listros al día. Los hombres de 2,5 a 3. Con más de 38ºC de temperatura ambiente o con un 50% de humedad hay que aumentar la cantidad al menos 400 ml.
Hay que tener especial cuidado con los niños y las personas mayores. Los niños no son capaces de controlar el mecanismo de la sed y el cuerpo de las personas mayores pierde la capacidad de detectar la deshidratación.
A más deporte o más calor, mayor ingesta de agua. Hay que aumentar la cantidad 600 ml por cada hora de ejercicio y 500 ml por cada grado de calor por encima de los 38 grados. La cantidad de agua necesaria puede aumentar a los cuatro o seis litros con clima adverso (calor o humedad), actividad física o trabajo corporal intenso.