Cómo conservar la cerveza
A veces compramos alguna cerveza especial con el ánimo de descubrir nuevas sensaciones. Sin embargo, puede que la encontremos en mal estado cuando vayamos a tomarla. No hace falta ser un experto para darse cuenta de que una cerveza se ha echado a perder ¿Por qué ocurre esto? Veamos la mejor manera de almacenar sin complicaciones nuestro preciado elixir.
La tendencia actual de las microcerveceras pasa por ofrecer un producto sin filtrar ni pasteurizar. Aunque esta práctica repercute en las cualidades organolépticas de la cerveza, no es menos cierto que también la convierte en un caldo de cultivo. Filtrar la cerveza sirve para retirar la mayor parte de levadura. Si la levadura permanece viva dentro de la cerveza, puede causar una refermentación que generará gas y alterará las propiedades del producto. Asimismo, la pasteurización permite esterilizar el líquido.
Como la cerveza no es un alimento estable, hemos de tener cuidado al guardarla. Lo ideal es que no sufra cambios drásticos de temperatura. Conservar la cerveza en la nevera suele ser la mejor opción, pero también podemos almacenarla fuera si tomamos una serie de precauciones. No debemos guardar la cerveza cerca de las fuentes de calor. Además, en el caso de las botellas, hemos de evitar que la luz incida en la cerveza. El lúpulo es fotosensible, por lo que emite una serie de compuestos que degradan el sabor y el aroma cuando se deteriora.
Llegados a este punto, nos asalta la duda: ¿Qué formato permite conservar mejor la cerveza? Para consumir en el hogar, entre lata y vidrio, elegimos la lata. No, la lata no transmite ningún gusto metálico a la cerveza. Al contrario, preserva su sabor original frente a las contaminaciones exteriores. La lata impide que la luz y el oxígeno entren en contacto con la cerveza, dado que es un formato opaco y hermético.
En cualquier caso, conviene guardar la cerveza en vertical. Si la guardamos tumbada, una mayor superficie del líquido entrará en contacto con el aire, lo que provocará su oxidación. Además, si las almacenamos de pie, no removeremos los sedimentos de levadura que precipitan al fondo del recipiente. Igual que la gaseosa, es mejor no agitarla.
No todos los estilos de cerveza se conservan igual. Las cervezas muy lupuladas como, por ejemplo, las India Pale Ale soportan mal el paso del tiempo. Conviene consumir este tipo de cervezas nada más adquirirlas. Sin embargo, como sucede con los vinos, sí podemos envejecer algunas. Los estilos que mejor toleran la guarda y que incluso mejoran con los años son las cervezas con maltas tostadas, muy alcohólicas o ahumadas.
¿Cómo guardo yo mis cervezas? Por una parte, meto en la nevera aquellas que tienen poco alcohol, mucho lúpulo o cuya fecha de consumo preferente está próxima. Por otra parte, tengo en el garaje varias cajas de cartón donde deposito las cervezas que quiero añejar o que por las características que hemos mencionado antes aguantan bien a una temperatura fresca, siempre lejos de la luz. Como ves, no tiene mayor complicación.