Cómo ayudar a un hermano que padece una enfermedad mental

Cómo ayudar a un hermano que padece una enfermedad mental

Los expertos aconsejan qué hacer para cuidar de tus seres queridos y para no dejar de cuidarte en el proceso.

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La hermana de Christina tenía 28 años cuando le diagnosticaron trastorno de personalidad límite, aunque Christina —que ha pedido que no se use su apellido para mantener el anonimato de su familia— asegura que desde hace años veía señales de que padecía ese trastorno.

Cuando era adolescente, la hermana de Christina, que ahora tiene 30 años, padeció trastornos alimentarios, se autolesionaba, tenía adicciones e intentó suicidarse. Y su familia tenía la sensación de que había que ir con pies de plomo con ella para no hacer nada que propiciara un cambio de humor.

De acuerdo con el Instituto Nacional Estadounidense de Salud Mental, el trastorno de personalidad límite es una enfermedad mental que causa inestabilidad en la conducta y en el estado de ánimo, lo que puede llevar a la toma de decisiones impulsivas y a la inestabilidad en las relaciones personales. Es común pasar por episodios de ira, depresión y ansiedad, además de por los comportamientos que mostraba la hermana de Christina.

Christina desempeña un papel crucial en el bienestar de su hermana, ya que hace las veces de su confidente y de su contacto de emergencia y le ofrece compasión cuando los demás no lo hacen.

Me mandó un correo de despedida en el que me decía que se había tomado un bote de pastillas. ¿Qué habría pasado si no hubiese estado despierta esa madrugada?

"Mi hermana no tiene una gran red de apoyo, ya que tiende a perder el contacto con la gente o a distanciarse. Sabe que estoy ahí para ella, incluso aunque nos hayamos peleado y no nos hablemos", explica Christina.

"Uno de los momentos más duros tuvo lugar cuando me mandó un correo electrónico de despedida a la una de la madrugada en el que me decía que se había tomado un bote de pastillas. Tuve que llamar a una ambulancia y salir corriendo a su casa para llegar a tiempo de ayudarla. Es una experiencia que no le deseo a nadie; odio cuando se me pasa por la cabeza ese pensamiento de: '¿Qué habría pasado si no hubiese estado despierta cuando me mandó el correo?", plantea.

A veces son los hermanos los que actúan de red de seguridad. Los autores de un estudio realizado en 2008 con personas que padecían esquizofrenia descubrieron que la mayoría de los participantes no estaban casados y tampoco tenían una pareja que cuidara de ellos. Como el apoyo de los padres no dura eternamente, la mayoría de los esquizofrénicos que participaron en el estudio recurrían a la ayuda de sus hermanos; y sucede lo mismo con personas que padecen enfermedades mentales de otro tipo. Teniendo en cuenta que una de cada cuatro personas padece una enfermedad mental a lo largo de su vida, podemos deducir que habrá muchos hermanos implicados en ayudarles.

Rebecca Chamaa, una escritora de 51 años residente en San Diego (Estados Unidos) que padece esquizofrenia paranoide, cuenta que recibe la ayuda de sus tres hermanos y que le resulta vital para su bienestar. Los médicos ayudan a gestionar la medicación, los efectos secundarios, las terapias y los tratamientos cuando se producen los episodios más graves, pero hay muchas enfermedades que requieren un tipo de ayuda distinto: apoyo y compasión a diario.

La enfermedad de Rebecca suele manifestarse en forma de pensamientos paranoicos relacionados con la comida. A veces piensa que puede estar envenenada, en mal estado o que no es comestible. Como sus hermanos entienden por lo que está pasando, siempre están dispuestos a convencerla de que la comida está en buen estado.

Hay muchas enfermedades que requieren un tipo de ayuda distinto: apoyo y compasión a diario.

Rebecca reconoce que tener una enfermedad mental puede ser agotador y dar miedo, y que también puede provocar falta de motivación. Así que recomienda a los hermanos de los enfermos que lo estén pasando mal y tengan intención de ayudar que traten de entender e informarse sobre los síntomas de la enfermedad que padecen sus hermanos para no frustrarse.

Christina ha buscado mucha información sobre el trastorno de personalidad límite y ha hecho exactamente lo que describe Rebecca. Los expertos están de acuerdo en que comprender el diagnóstico de un miembro de la familia puede ser útil a la hora de cuidar de él y para ser más compasivo.

Con esa idea, la edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con varios expertos para descubrir qué hay que hacer para ayudar a un hermano que padece una enfermedad mental y para no descuidarse a uno mismo:

Según recuerda Rebecca, después de contarle a sus familiares que le habían diagnosticado esquizofrenia paranoide, mostraban más amabilidad con respecto a ciertos comportamientos suyos que antes les parecían raros, como que tuviera que marcharse de repente para descansar o dormir (un efecto secundario de la medicación que estaba tomando). "Tenía más margen para ser yo misma", explica. El hecho de poder hablar abiertamente sobre su enfermedad mental contribuyó a que su familia fuera un mejor apoyo.

Florence Leighton, una enfermera especializada en psiquiatría residente en Nueva York, añade que comprender el diagnóstico de un hermano y las razones por las que se dan ciertas conductas es fundamental para ser compasivo.

"Que tenga lugar algún incidente no implica que tu hermano sea mala persona; simplemente quiere decir que todavía le cuesta gestionar la enfermedad", dice. "Al normalizar estas conductas y separar a la persona de sus acciones, los hermanos pueden ser muy comprensivos y aliviar la sensación de culpabilidad y de vergüenza que suele sentir una persona con ansiedad después de un incidente".

Como describe Rebecca, las personas que padecen una enfermedad mental pueden estar desmotivadas; cosas como salir de la cama, ducharse, cambiarse de ropa o salir de casa les pueden parecer imposibles. Por esta razón, la psicoterapeuta Carolyn Cole recomienda fijarse en este tipo de conductas si tu hermano empieza a aislarse.

Las conductas que se asocian con las enfermedades mentales pueden resultar frustrantes a las personas que cuidan de los enfermos, pero es importante separar a la persona de la enfermedad y recordar que no siempre tiene el control de su comportamiento. Según Carolyn, es fundamental saber que nadie es culpable de tener una enfermedad mental y que es algo más que "estar triste".

"Muchas veces oigo a los pacientes quejarse de que sus familiares les dicen cosas como 'Supéralo', 'Recupérate' o 'Piensa en cosas alegres", asegura. "En algunas ocasiones, es mucho más útil preguntar: '¿Cómo te puedo ayudar?' o '¿Qué necesitarías que hiciera por ti ahora mismo?".

En cambio, si tu hermano sufre una crisis mientras estáis fuera, Carolyn explica que es importante intentar suavizar la situación.

"Tienes que ser consciente del tono con el que hablas a tu hermano, ya que un tono cortante puede agravar la situación", apunta. "Si las cosas están fuera de control, y especialmente si corre peligro la integridad física de alguien, siempre se puede llamar al teléfono de emergencias".

En parte es útil que te informes de la enfermedad que tiene tu hermano porque eso te permitirá deshacerte de las expectativas en cuanto a la conducta que debería tener de acuerdo con las normas sociales. Kristen Bomas, terapeuta, escritora y oradora, indica que tener expectativas —y querer que tu hermano, que tiene una enfermedad mental, las cumpla— genera estrés en la relación y puede agravar sus síntomas.

"Las expectativas se basan en las influencias externas. Y las influencias externas se basan en las críticas de los demás", afirma. "Por lo tanto, no se puede alimentar una relación fraternal de compasión" cuando hay expectativas de por medio.

Muchas veces, ciertas enfermedades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la ansiedad, la depresión o el autismo también forman parte de la infancia. Si tienes dos hijos y uno tiene una enfermedad mental y el otro no, habla con el segundo para explicarle la enfermedad que padece su hermano utilizando palabras sencillas y adecuadas a su edad.

"Se pueden decir cosas como: 'Tu hermana tiene una enfermedad y eso significa que a veces a su cerebro le cuestan más algunas cosas. No es contagioso, pero los médicos le están ayudando a encontrarse mejor", sugiere Eleanor Mackey, psicóloga del Children's National Health System de Estados Unidos. Y añade que los padres deberían proporcionar recursos a sus hijos sin enfermedades mentales y sacar tiempo para ellos, ya que es probable que estén creciendo en un entorno estresante.

Además, los padres pueden fomentar la cultura de la comprensión en la familia y animar a sus hijos a expresar cariño y a apoyar a sus hermanos de la forma apropiada para su nivel de desarrollo. Eleanor recomienda que los niños le escriban una carta o le hagan un dibujo a su hermano para demostrarle que se preocupan por él; también le pueden regalar uno de sus juguetes favoritos o poner una canción que le guste a su hermano para que se sienta cómodo.

"La empatía por un hermano y por la familia al completo es un apoyo muy importante para un niño que padece una enfermedad mental", apunta.

A causa de los incidentes relacionados con el trastorno de personalidad límite de su hermana, Christina padece síntomas de ansiedad y de trastorno de estrés postraumático, y va a terapia para, entre otras cosas, lidiar con las consecuencias de intentar que su hermana no monopolice su vida. Ella aconseja a los hermanos de personas con problemas de salud mental que busquen ayuda profesional también.

"Con la ayuda de un psicólogo, me he dado cuenta de que experimento sentimientos parecidos a los propios del luto. Es como si estuviera de luto por la vida que me gustaría que mi hermana hubiera llevado si su enfermedad mental no la debilitara tanto. Me cuesta mucho sentirme bien al cien por cien por mi propia vida personal porque sé que ella no está viviendo lo mismo", explica. "Yo recomiendo buscar grupos de apoyo y asistir a terapia personal".

Carolyn señala que aunque es posible que los hermanos se sientan culpables al principio por establecer límites, es algo que hay que hacer desde el papel de cuidador. Si no fijas límites y no te cuidas, es posible que te enfades o te muestres resentido con tu hermano, y eso sí que no beneficia a nadie.

"Define con tu hermano el significado de la palabra 'crisis' para que ambos tengáis claro qué implica una crisis, cómo te hará saber que está teniendo una (para distinguirla de una llamada simplemente para charlar) y a quién puede llamar en caso de que no logre localizarte en algún momento", recomienda.

Leighton añade que los recursos comunitarios, como los trabajadores sociales, los centros de día y los transportes "pueden ayudar a rebajar algunas de las cargas relacionadas con tener un hermano que padece una enfermedad mental".

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.

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