Comienza el funeral de Estado del exprimer ministro japonés Shinzo Abe
Más de la mitad de los ciudadanos están en contra de unos fastos que no se han celebrado en el país desde 1967.
El funeral de Estado en memoria del ex primer ministro japonés Shinzo Abe comenzó este martes en Tokio con la presencia de unos 4.300 asistentes, entre ellos 700 representantes de países extranjeros y de organizaciones internacionales.
Las exequias empezaron pasadas las 14.00 hora local (siete horas menos en Madrid) en el pabellón Nippon Budokan de Tokio tras el traslado allí de la urna con las cenizas de Abe, e incluyen intervenciones en recuerdo a su figura, la celebración de un minuto de silencio, la proyección de un vídeo sobre él y ofrendas florales, entre otros actos.
El homenaje a Abe, quien fue asesinado el pasado julio, se celebra rodeado de un amplio dispositivo de seguridad y entre protestas de ciudadanos, contrarios a la celebración de un acto de carácter público para uno de los líderes más influyentes y también que más polarizó el Japón de posguerra.
El portavoz del Ejecutivo, Hirokazu Matsuno, fue el encargado de dar comienzo formal al inicio de la ceremonia en el pabellón, decorado para la ocasión con un retrato gigante de Abe y con arreglos florales que simbolizan las montañas de Japón, tras lo cual sonó el himno nacional y se observó un minuto de silencio.
El de Abe es el primer funeral de Estado que se celebra en Japón desde el del exprimer ministro Shigeru Yoshida en 1967, quien lideró la reconstrucción económica del país asiático tras la Segunda Guerra Mundial.
Abe fue tiroteado en plena calle durante un acto electoral el pasado 8 de julio, por un hombre que fue detenido tras cometer el atentado y quien confesó a las autoridades que su motivación para el magnicidio fue el respaldo del político a la controvertida Iglesia de la Unificación, también conocida como los “Moonies” o la “Secta Moon”.
Cuatro días después de su asesinato ya se celebró un funeral de carácter privado en un templo budista de Tokio, al que asistieron centenares de personas entre allegados de Abe, representantes políticos y empresariales y dignatarios extranjeros. Numerosos nipones se acercaron también al templo para presentar sus respetos.
El actual primer ministro nipón, Fumio Kishida, decidió organizar un nuevo funeral financiado por las arcas públicas para permitir que representantes extranjeros y los ciudadanos pudieran rendir tributo a Abe, lo que ha generado un notable rechazo por parte de la oposición y del pueblo japonés.
Este mismo martes se han convocado varias manifestaciones en Tokio en contra del funeral y cuyo recorrido terminará cerca del pabellón donde se celebra el acto.
Según una reciente encuesta de la cadena estatal NHK, más de la mitad de los japoneses son contrarios a la celebración del funeral de Estado.