Colocan una cabeza de Franco en la estatua de la Legión de Almeida: "A los asesinados por el colonialismo español"
La intervención artística reclama que el 1 de enero se proclame como el día de los asesinados por el colonialismo español.
El polémico Monumento a La Legión, inaugurado el pasado 7 de noviembre por el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida, ha amanecido este 1 de enero de 2023 con un complemento: la cabeza de Franco clavada en la bayoneta con la que posa Millán Astray, el legionario que protagonista la estatua.
Se trata de una performance realizada por un grupo anticolonialista y antiimperialista contra un monumento que consideran que representa el colonialismo. La acción coincide, además, con el día en el que se celebra el aniversario de la muerte del fundador de la Legión.
La actuación artística, no atribuida a ningún grupo ni organización concreta, se ha realizado entre varias personas y ha consistido en la colocación de una cabeza de silicona del dictador Francisco Franco en la bayoneta que sujeta la figura del legionario.
El grupo de activistas, después de clavar el busto en la estatua, ha leído un manifiesto en el que han reinaugurado la estatua con el nombre de ‘Antimonumento a los asesinados por el colonialismo español’. También han proclamado el 1 de enero como el día de los asesinados por el colonialismo español.
El nuevo nombre del momumento de La Legión viene, según los protagonistas de la acción artística, del “origen de este cuerpo de asalto militar creado hace un siglo para la intervención permanente en la ocupación colonial del Rif por parte de España. La Legión pasó a la Historia por un proceder sanguinario. Célebre es el momento en el que desfilaron con cabezas de la resistencia rifeña ensartadas en bayonetas”, han leído en el discurso de inauguración.
“Entendemos que el Ayuntamiento de Madrid, como órgano democrático y constitucionalista no puede estar celebrando y conmemorando semejantes atrocidades, que implican una clara ofensa tanto a la población rifeña en particular, como a las diferentes poblaciones racializadas del Estado español en general, así como a la memoria de los asesinados por la dictadura franquista. Esta simbología sirve para alimentar un imaginario de superioridad racial que se materializa a través del racismo institucional”, han leído en la reinauguración de la estatua ubicada en el número 80 del Paseo de la Castellana de Madrid.
Los protagonistas de esta performance pretenden ahondar en el debate sobre la Memoria Histórica “en busca del reconocimiento, la justicia y la reparación. Igual que se está haciendo en otros países a lo largo y ancho del mundo en los que hoy día se retiran monumentos colonialistas y liberticidas, mientras que en Madrid se levantan”, han apuntado desde el colectivo de activistas.
El Gobierno no cree que Almeida ensalzara a Millán Astray
El Gobierno ha recordado al alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Almeida, que el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática es ineludible y que en este tema no cabe moverse en la “ambigüedad” ni utilizar un “lenguaje calculado” y lo ha hecho al hilo de la polémica que generaron las palabras del primer edil capitalino reivindicando que el fundador de la Legión, José Millán Astray, cuente con una calle en la ciudad.
Fue el pasado mes de noviembre cuando, en la inauguración de un monumento en honor a la Legión, Martínez Almeida aseguró que “a lo largo y ancho” de la capital se rinde tributo a este cuerpo militar. Así, recordó que en Carabanchel está la calle que lleva el nombre de su fundador y que también da nombre a otra vía Baltasar Queija de la Vega, el primer legionario caído en combate en Marruecos en 1921.
El alcalde reivindicaba así la vuelta al callejero madrileño del fundador de la Legión, que en 2021, tras una sentencia judicial recuperó la vía de la que había sido despojado en 2017, bajo el mandato de Manuela Carmena, en aplicación de la entonces vigente Ley de Memoria Histórica.
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, anunció que su departamento iba a investigar si el alcalde había incurrido en un “incumplimiento de la ley”. “Los servicios jurídicos y técnicos del ministerio están trabajando, vamos a darles tiempo para que concluyan y dictaminen lo que corresponda”, comentó.
De su lado, el líder de Más País, Íñigo Errejón, se interesó por las acciones anunciadas por Bolaños y registró una pregunta en el Congreso para saber qué le parece al Gobierno que el alcalde, a su juicio se mostrarse “en total rebeldía contra la nueva Ley de Memoria Democrática”, que había entrado en vigor días antes de la polémica.
En su contestación, a la que ha tenido acceso Europa Press, Moncloa recuerda que la ley vigente dispone que se considerarán actos contrarios a la memoria democrática los realizados en público y “que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares y supongan exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra o de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron al régimen dictatorial”.
“A tal efecto, si en la celebración de un acto público de esa naturaleza se advirtieran hechos que pudieran ser constitutivos de delito, las autoridades competentes pondrán los mismos en conocimiento del Ministerio Fiscal”, apunta el Ejecutivo que no informa de que haya dado cuenta de nada al Ministerio público.
Así, explica que tiene constancia del acto de inauguración de la estatua de homenaje a la Legión, algo que no cuestiona porque es *un “cuerpo militar que forma parte de las Fuerzas Armadas españolas”, y reconoce que el alcalde “se apresuró a negar haber realizado loa alguna al general Millán Astray, habiéndose limitado a mencionar la calle” dedicada a él.
Eso sí, el Gobierno aprovecha para subrayar que “el cumplimiento de las leyes es exigible en todo caso, sin que quepa al respecto ambigüedad ni lenguaje calculado que pueda parecer que desvirtúa sus objetivos” y recuerda que el objetivo de la ley es “el fomento de la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles y españolas en torno a los principios, valores y libertades constitucionales, y la necesaria supresión de elementos de división entre la ciudadanía”.
“Este deber es aún más exigible en el caso de un responsable público”, enfatiza Moncloa como colofón a la respuesta que ha remitido al líder de Más País.