El clamor por la sanidad pública desborda Madrid contra la política sanitaria de Ayuso
La capital sale a la calle en masa para exigir al Gobierno regional que dé marcha atrás a su plan sanitario y solucione los problemas asistenciales.
Madrid amanecía este domingo con un cielo que amenazaba lluvia, pero al final salió el sol y las calles se inundaron de gente. El llamamiento de los sindicatos y asociaciones en defensa de la Sanidad Pública ha recibido una respuesta masiva de la ciudadanía, que ha partido desde diferentes puntos de la capital en cuatro columnas que han confluido en Cibeles.
La calle ha contestado a Isabel Díaz Ayuso por el nuevo plan de urgencias de atención primaria, basado en el reparto de los profesionales de los SAR (Servicio de Atención Rural) hacia los PAC (Puntos de Atención Continuada).
La nueva organización se estrelló antes de despegar, con numerosas quejas de profesionales y usuarios que denunciaban la falta de médicos y enfermeras en muchos de los puntos asistenciales. Una de las últimas medidas ha sido el establecimiento de “videoconsultas” de urgenca en aquellos centros donde no haya médicos. O lo que es lo mismo, la atención se hace a través de una tablet.
La manifestación estaba convocada para las doce, sin embargo, a las once y media ya había centenares de manifestantes en la Cuesta de Moyano, junto a la estación de Atocha. Al mismo tiempo, cientos de personas subían por el Paseo del Prado hacia la cabecera de la columna Sur, que partía pocos metros más abajo del Museo Nacional del Prado.
Poco a poco han llegado cada vez más personas, y a 10 minutos del mediodía el Paseo ha quedado cortado en ambos sentidos, ante el progresivo aumento en el número de manifestantes. Gritos de “Ayuso dimisión”, “La Sanidad se defiende, gobierne quien gobierne” y otros cánticos similares calentaron un ambiente cada vez más masivo.
Hasta que llegaron las doce en punto, y empezaron a sonar tambores, batucadas, aplausos, silbatos y gritos por doquier. En medio de ese clamor empezaba a moverse la marcha que ha puesto nervioso al Partido Popular, que no ha escondido esta semana su preocupación.
Los de Alberto Núñez Fejóo temen que a Ayuso se le esté yendo de las manos el problema de la Sanidad. “Replicar a alguien con una bata nunca es una buena dea”, comentaba un destacado miembro del partido a El HuffPost a princpios de esta semana.
Ya hay una huelga en curso, a la que se sumarán los médcos y pediatras de la Atención Primaria madrileña a partir del próximo 21 de noviembre. Miles de personas han marchado este domingo desde toda la Comunidad de Madrid para mostrar su rechazo a la actual situación.
Uno de ellos ha sido Felipe Escribano, mecánico jubilado de 70 años, que se ha desplazado desde Moralzarzal, un pueblo de la sierra madrileña, y ha marchado con la Columna Oeste. Se queja de que Madrid no invierte lo suficiente en Sanidad y de que las condiciones de trabajo de los profesionales son malas.
“No es racional que formemos a los médicos y después se vayan porque tienen unas condiciones pésimas”, comenta Escribano indignado. En el ambulatorio de su pueblo cuenta que están sin médico, y que cuando abre solo hay “una enfermera”.
Mari Carmen Nieto viene de Moratalaz, y cuenta que la situación en su Centro de Salud, el de Nueva Numancia, es insostenible.
“El otro día presencié cómo tenían que mandar de vuelta a una mujer que había llegado con su hijo enfermo porque no había pediatra. El médico le dio alguna indicación, pero se le veía sobrepasado, ‘tenga en cuenta que yo no soy pediatra’, le decía”, narra Nieto.
Ninguna cabecera había llegado a Cibeles a las 12:45, pero la glorieta y sus alrededores ya estaban llenas de gente, la calle de Alcalá desde la confluencia con Gran Vía hasta la propia Puerta eran un río por el los asistentes no paraban de fluir.
En esa misma calle estaban Carmen Melgar y Gema de la Fuente, ambas sanitarias de los antiguos SAR. De un día para otro les han impuesto cambios de centro y aseguran que las plantillas están desbordadas y al límite. “Es de no creer, cuando te comunican los cambios solo se te ocurre que no puede ser verdad lo que está pasando”, sostienen.
Aseguran que no es ya que no hubiera médicos para cubrir las reaperturas de las urgencias de Primaria, es que “en algunos no había ni siquiera suministros para atender a los pacientes”. Describen una situación caótica.
“Yo he solicitado una excedencia porque no aguanto más, voy a buscar trabajo en otra comunidad autónoma o de cualquier otra cosas”, Afirma Melgar, que tiene 44 años y una plaza fija que no la ha salvado de los traslados a otros centros.
“Encima te dan el aviso del cambio a las tres de la mañana para entrar a la una o a las tres de la tarde del día siguiente en otro sitio que igual ni conoces...”, denuncia De la Fuente. Ambas se muestran indignadas por las palabras de Ayuso, que ha acusado a los sanitarios de hacer un “boicot” contra el Ejecutivo regional.
La protesta ha sido transversal, con personas de todas las edades, solas o acompañadas, que se han unido al llamamiento. Gonzalo es un joven de 34 años que ha acudido con su novia y sus suegros desde Santa Eugenia.
″¿La situación? Catastrófica”. Así de rotundo se muestra este joven a la hora de expresar su punto de vista sobre lo que está ocurriendo en Madrid. “En mi pueblo, Cadalso de vidrios, no hay médico y el hospital más cercano es el de Móstoles, a 40 minutos en coche”, comenta.
“Es que muchas veces las la primera atención puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte”, aseveran sobre la cuestión de las distancias Gema y Carmen, las dos sanitarias de los SAR.
Decenas de miles de personas han saludado en Cibeles la llegada de las cabeceras de las columnas, nutridas en esos momentos por miles de personas que aún se encontraban cerca de los puntos de partida.
Se han agitado pañuelos blancos, pitado y jaleado contra presidenta madrileña, en contraste con los aplausos a los sanitarios. Madrid ha mostrado finalmente su descontento y lo ha hecho de manera rotunda. El conflicto sigue en marcha, y no tiene visos de terminar.
A juzgar por el ambiente vivido este domingo en Madrid, es probable que los temores del Partido Popular estén muy bien fundados.