Las películas clásicas acaparan la cartelera ante la ausencia de estrenos
La estrategia para luchar contra la ruina de las salas vacías por la pandemia.
Está claro que si los cines quieren sobrevivir a la crisis derivada de la pandemia, deben buscar algún recurso que al menos haga menos doloroso el golpe económico por la falta de público. El coronavirus ha hecho caer a la taquilla española un 72% en 2020, con pérdidas que superan los 445 millones de euros.
Unos datos más que desesperanzadores que se unen a la decisión de algunas majors que han dispuesto que sus películas lleguen directamente al streaming, como Disney o HBO Max. Solución: tirar de joyas del pasado.
Los exhibidores han optado por recurrir a títulos ya estrenados, pero que le otorgan la seguridad de que la gente los verá, aunque sea por octava vez. Si todo el mundo se engancha constantemente a Titanic, Harry Potter o Pretty Woman en televisión, ¿por qué no E.T. El extraterrestre en gran pantalla?
Así es como títulos clásicos pueden, sino salvar el negocio, poner su granito de arena. La falta de estrenos en cartelera y los constantes retrasos de películas que están llamadas a ser taquillazos ha hecho que los programadores de las salas recurran a esos clásicos.
De hecho, como señala David Mitjans, responsable de adquisiciones de A Contracorriente Films, en declaraciones recogidas por laSexta, “en estos tiempos, que no hay tantos títulos, estos estrenos lucen mucho más (...) y puede que haya una generación de jóvenes que descubran estas películas en pantalla grande”.
Si Charles Chaplin arrancó carcajadas con Charlot, películas como El chico (1921), su primer largometraje como director, ha arrancado alguna sonrisa: ha vuelto a exhibirse 100 años después en 89 salas españolas en versión restaurada, de la misma forma que lo hizo La Dolce Vita (1960) de Fellini en 2020, coincidiendo con su centenario.
Una de las primeras películas en cartelera cuando acabó el estado de alarma en junio de 2020 fue Cinema Paradiso (1988) de Giuseppe Tornatore, que regresó a 150 salas. Fue una forma de celebrar la reapertura de los cines y atrajo a más de 15.000 espectadores, posicionándose en el Top 10 de la taquilla, mientras que los autocines reabrieron con Grease (1978). También se pudo ver nuevamente El laberinto del fauno (2006), la película hispana más taquillera de la historia de Estados Unidos.
Que los cines recurran a los clásicos no les libra de hacer una cierta inversión, puesto que hay que restaurarlos en 4K —para mejorar la resolución de la imagen— y pagar los derechos y los materiales. Y todo ello sin tener en cuenta que algunas salas exhiben con un equipo que también tienen que pagar a modo de alquiler.
España ha sabido hacia dónde mirar. En verano de 2020, El imperio contraataca conquistó el número uno de la taquilla de Estados Unidos al programarse de nuevo 40 años después de su estreno. Títulos como Los cazafantasmas, Los Goonies, Gremlins o Tiburón siguieron esa estela, aunque no con un éxito tan brutal, y apelando a la nostalgia.
Así es como el cine, casi en sus orígenes, ayuda a impulsar el cine de hoy y, de paso, se acerca a un público nuevo.