Catherine Deneuve firma un manifiesto contra el "puritanismo" tras el caso Weinstein
"Defendemos una libertad de importunar, indispensable para la libertad sexual".
"La violación es un crimen. Pero el coqueteo insistente o torpe no es un delito, ni la caballerosidad una agresión machista", escribe un colectivo de 100 mujeres francesas en Le Monde este 9 de enero de 2018. En esta tribuna, las mujeres se preocupan por que la "liberación de la palabra" que ha surgido tras el escándalo Harvey Weinstein "se vuelva ahora en su contra: nos ordenan hablar bien, callar lo que incomoda, y las que se niegan a plegarse a tales mandatos son miradas como traidoras, como cómplices".
Es "propio del puritanismo utilizar, en nombre del supuesto bien general, los argumentos de la protección de las mujeres y de su emancipación para encajarlas mejor en un estatus de eternas víctimas, de pobrecitas bajo la influencia de demonios falócratas, como en los viejos tiempos de la brujería", prosigue el manifiesto.
Entre las firmantes de esta columna se encuentran las actrices Catherine Deneuve y Catherine Robbe-Grillet, las escritoras Catherine Millet y Abnousse Shalmani (que compara el feminismo con el estalinismo), la filósofa Peggy Sastre (que quiere "acabar con el feminismo" y es autora del libro La domination masculine n'existe pas [La dominación masculina no existe]), o Elisabeth Lévy, directora del periódico onlineCauseur, que habla de "acoso feminista" hacia los hombres.
No es la primera vez que Catherine Deneuve se muestra en contra del movimiento Me Too contra el acoso sexual o, más concretamente, contra su equivalente francés, #BalanceTonPorc [Delata a tu cerdo]. A finales de octubre, ya expresó su incomprensión: "No creo que esta sea la forma más justa de hacer que cambien las cosas. ¿Después qué será? ¿Delata a tu puta? Creo que son términos muy excesivos. Y, sobre todo, creo que eso no resuelve el problema".
La inquietud de estas mujeres tiene que ver con la "indispensable libertad de ofender" y "de importunar", algo que, según ellas, hay que defender. Asimismo, las firmantes se rebelan contra ese feminismo que "adopta la forma de un odio hacia los hombres y hacia la sexualidad". Ellas entienden, por ejemplo, que una mujer "pueda velar por que su salario sea igual al de un hombre, pero no sentirse traumatizada de por vida por un sobón en el metro, aunque eso se considere un delito. La mujer puede incluso contemplarlo como la expresión de una gran miseria sexual, como algo que no es un acontecimiento".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Francia y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano