Christiane Amanpour destroza a Trump ante su queja de fraude electoral
La corresponsal de la CNN, considerada la mejor periodista del mundo, compara la situación con la de Irán en 2009, una república enemiga de EEUU.
La corresponsal estrella de la CNN, histórica, considerada por muchos mejor periodista del mundo, Christiane Amanpour, ha destrozado al presidente de EEUU, Donald Trump, apenas con un mensaje de Twitter. Tras las quejas del republicano de que las elecciones del martes han sido un fraude y su amenaza de que no va a reconocer el recuento (contar todos los votos es “robar”, sostiene), la reportera ha lanzado una “reflexión” que ha conquistado las redes sociales.
Dice así: “El último presidente que cubrí que se negó a aceptar el recuento de votos en una elección fue Mahmoud Ahmadinejad en Irán, 2009”.
Amanpour ha dado donde más duele, citándole al aún presidente a uno de los líderes mundiales símbolo del antiamericanismo, líder de un país considerado como el peor enemigo de Washington, contra el que Trump ha endurecido notablemente su política en su primer (y aún no sabemos si único) mandato.
Ahmadinejad fue presidente de Irán entre 2005 y 2013. En las elecciones del 12 de junio de 2009, según los datos oficiales, obtuvo un 62,63% de los votos escrutados, frente a apenas un 33% de su principal rival, Mir Hosein Musaví. En los días posteriores a la cita electoral, los seguidores de los otros tres candidatos cuestionaron la regularidad del escrutinio, produciéndose manifestaciones, además altercados, en las calles de Teherán y otras ciudades del país, que se repitieron durante meses. La exigencia: transparencia en las urnas, reformas políticas y mayores libertades en el país. Fue llamada “la Marea Verde”. Así que la comparación de Amanpour es un auténtico mazazo.
Irán, una república islámica donde hay elecciones pero donde el sistema apenas acoge a los templados, controlado como está todo por el régimen de los ayatolás, ha visto cómo Trump abandonaba el acuerdo sobre actividades nucleares alcanzado en 2015, mandaba a su ejército a la zona del Golfo para amedrentar y y hasta mataba a sus generales.
Resistencia total
Con su último discurso, Trump, ha planteado un desafío sin precedentes contra la democracia de su país y ha deslegitimado el proceso electoral, además de abonar el terreno para no reconocer un resultado que favorezca a su rival, el demócrata Joe Biden, y pone una transición pacífica del poder contra las cuerdas.
Abatido como pocas veces se le ha visto, Trump dio un discurso el jueves triunfalista con semblante de perdedor. Desde la sala de prensa de la Casa Blanca presumió de haber desdicho a todos los que predecían su amplia derrota, acusó de fraude electoral a los estados gobernados por demócratas con pruebas falsas que circulan por internet y mandó un mensaje velado a los legisladores republicanos y al Tribunal Supremo para que no le abandonen.
El mandatario rechazó leyes electorales estatales tan básicas como el deber de aceptar votos enviados por correo que tengan en el matasellos la fecha anterior al día de las elecciones, aunque lleguen después de la jornada de los comicios.