El chocolate podría tener los días contados y otras curiosidades sobre este alimento
Historias que no conocías sobre el chocolate en su Día Internacional.
El chocolate es probablemente el alimento con más amantes del mundo. Seguro que todos conocemos a alguien que se declara ´chocoadicto`, esa persona que asegura no poder vivir sin él.
Cualquier amante del chocolate sabe que todos los 13 de septiembre desde 1955 se celebra el Día Internacional del Chocolate. La fecha elegida no es casual. De hecho, coincide con los cumpleaños de Roald Dahl, autor de la obra ´Charlie y la fábrica de chocolate`, y de Milton Hersheys, el fundador de una de las marcas de chocolates más famosas de Estados Unidos y del mundo: Hershey`s.
Lo que seguramente muchos no saben es que el chocolate tiene también una gran historia detrás. Hay muchas curiosidades en torno a este producto que la mayoría de gente desconoce. Si eres un chocoadicto presta atención. Aquí van algunas de ellas:
Beneficios menos conocidos del chocolate
El chocolate siempre fue objeto de polémicas y falsos mitos. Aunque, por suerte para los amantes de este dulce, cada vez son más las noticias que hablan de los beneficios que aporta a la salud un consumo moderado.
Hablamos del chocolate negro, ya que es más puro y contiene menos azúcar que las tabletas de chocolate con leche. Ni siquiera hace falta comerlo para aprovechar las características que ofrece. Su aroma sirve como relajante para el cerebro, lo cual va directamente unido a un aumento de la creatividad.
Si eres de los que no se resiste a darle un bocado, debes saber que el chocolate negro no produce caries. Aunque casi siempre se han relacionado los problemas bucodentales con un alto consumo de dulces, incluyendo el chocolate, cabe decir que el negro no se incluye en esta lista. La razón es que apenas tiene azúcar, de hecho, algunos estudios afirman que algunos productos químicos presentes en el chocolate puro pueden combatir las bacterias nocivas en la boca.
También ayuda a retrasar los efectos visibles de la vejez, gracias a la gran cantidad de sustancias antioxidantes que presenta.
El chocolate se usó como moneda
En América, en la época prehispánica, los indígenas de la zona utilizaban algunos productos exóticos como moneda de cambio. Entre esos productos se encontraba el cacao, considerado para estas culturas como un objeto extraño y precioso. No todo el mundo tenía acceso a estas semillas. En primer lugar, porque las condiciones de cultivo eran específicas y complicadas. En segundo lugar, porque las mejores semillas (las aptas para consumir) eran exclusivas de la alta sociedad, mientras que las no validas se usaban como moneda para el pueblo.
Cuando los españoles llegaron a América se dieron cuenta de esto. Tal era la importancia del cacao en la región que los nativos de la zona rechazaron incluso las monedas de plata que los españoles les ofrecían a cambio de estas semillas.
El chocolate NO es dulce
El cacao no es dulce. De hecho, todo lo contrario. Las almendras del cacao tienen un sabor amargo, incluso poco agradable para el paladar. Sin embargo, la pulpa del interior de las vainas que rodea a las semillas sí que ofrece un sabor más amable.
Sería su llegada a España, alrededor del siglo XVII, lo que cambiaría su sabor. Aquí, el cacao se endulzó con azúcar de caña y comenzó a popularizarse entre la población. Con el tiempo, la receta fue evolucionando. Actualmente, la gran mayoría de tabletas cuenta entre sus ingredientes con aditivos lácteos, lo que otorga un sabor dulzón característico y una textura cremosa. Por su parte, el chocolate negro ofrece un sabor más natural, más cercano al sabor original. Al no contar con leche (o un porcentaje muy pequeño) su textura cambia a una más seca y su sabor se vuelve más amargo.
El chocolate blanco no es chocolate
Así es. Muchas personas creen que el chocolate blanco es como el chocolate con leche pero con más cantidad láctea. Realmente no. Este tipo de tabletas se preparan con leche condensada y azúcar, pero aunque tenga pasta de cacao entre sus ingredientes, no tiene sólidos de cacao.
Su color se debe precisamente a la gran cantidad de leche y al propio color de la manteca. La primera tableta conocida de este tipo data de 1930, cuando Nestle presentó una barrita llamada Galek.
El chocolate se bebía, no se comía
Durante mucho tiempo, este dulce se consumió en forma líquida. No sería hasta 1842 cuando se comenzó a ofrecer en su forma sólida. Sobre finales de este siglo y comienzos del XX, surgieron los primeros bombones y pralinés, gracias a mejoras en la manipulación y elaboración del cacao.
Hasta estos momentos, el chocolate caliente en taza era un símbolo de estatus social. El cacao triunfó especialmente entre las familias de la aristocracia, quienes ofrecían esta bebida a sus visitas. El chocolate en taza se extendió por toda Europa, aunque se adaptó de manera diferente en cada país. En España o Italia, la bebida era espesa. Por su parte, en Francia y en la gran mayoría de países, el chocolate adquirió una textura más suave.
El microondas nació por “culpa” del chocolate
Este electrodoméstico visible en cualquier casa nació por casualidad gracias a este dulce. En 1945, Percy Spencer, un científico que se encontraba investigando la forma de mejorar el funcionamiento de un radar, descubrió como la barra de chocolate que tenía en el bolsillo se había derretido.
Esto se debió a que Spencer se encontraba trabajando rodeado de magnetones, unos dispositivos que transformaban la energía eléctrica en microondas electromagnéticas. Al acercar una comida al magnetón, ésta se calentaba. En el caso del chocolate, se derretía.
El chocolate podría tener los días contados
El cambio climático podría estar detrás del fin del chocolate. Así lo afirma un informe de la National Oceanic and Atmospheric Administration. El aumento de la temperatura pone en riesgo el cultivo de cacao. Tampoco ayudan las posibles sequías que se prevén si la situación global sigue así. Por ello, establecen como fecha final del cacao el año 2050.
Esta agencia ofrece como solución utilizar un sistema de cultivo conocido como cabruca, que consiste en plantar árboles adicionales en la selva que den sombra a los árboles de cacao. En ningún caso, la supervivencia del chocolate está asegurada.