La revista satírica francesa Charlie Hebdo ha vuelto a responder a los ataques contra Francia y a generar controversia con su número de esta semana. Otra vez, haciendo gala de su acidez y de su libertad. En esta ocasión, lo hace con una caricatura en calzoncillos del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en la que el mandatario levanta la túnica a una mujer velada y deja al aire sus nalgas y sus piernas, mientras dice: ”¡Ouh, el profeta!”.
El semanario, que publicará su nueva edición este miércoles, ha adelantado en Twitter la portada este martes por la tarde y ha tenido una enorme repercusión en las redes, tanto a favor como en contra. “En privado, es divertido”, es el texto que acompaña a la imagen en referencia al mandatario turco, que en el dibujo aparece sentado en un sillón y con una lata en la mano.
Erdogan : dans le privé, il est très drôle !
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Turquía ya ha condenado la caricatura, que califica de “repugnante”. El portavoz de la Presidencia, Fahrettin Altun, ha señalado que la portada es un esfuerzo de la publicación “para difundir su racismo y odio cultural”, antes de manifestar que los dibujos “carecen de cualquier sentido real de la decencia humana”.
“Es claramente el producto de un entorno cultural xenófobo, islamófobo e intolerante que el liderazgo francés parece querer para su país”, ha afeado Altun en una serie de mensajes publicados en su cuenta de la red social Twitter.
En este contexto, ha recordado que Turquía “ha dejado claro” que se opone “a cualquier acto de violencia contra civiles y a cualquier acto de terrorismo en nombre del islam”, aunque el país “no se quedará callado” ante “los repugnantes ataques a nuestra cultura y religión, sin importar de dónde vengan”, ha advertido.
Alta tensión
Esta ilustración llega tras las críticas del presidente turco a principios de septiembre a la republicación por parte de la revista de las caricaturas de Mahoma que desataron una ola de disturbios en países de mayoría musulmana en 2005 y 2006.
Ve la luz también justo después de que Erdogan haya animado a boicotear los productos franceses, tras la defensa del presidente galo, Emmanuel Macron, de la libertad de expresión, tras el asesinato del profesor Samuel Paty a manos de un islamista radical checheno.
El dirigente turco, además de desincentivar la compra de productos franceses, comparó la islamofobia, que “se expande en Europa como una peste”, con la situación de “los judíos hace 80 años”, antes del Holocausto perpetrado por los nazis, que exterminó a la mayoría de la población hebrea del continente.