La pandemia del chándal
La moda deportiva está en auge desde hace años y el confinamiento ha consolidado su reinado.
Decía Karl Lagerfeld que comprarse un chándal era señal de que uno había perdido el control de su vida. Pues bien, este año lo ha perdido media España.
La ropa deportiva lleva años colándose en los armarios y ya no es patrimonio exclusivo de gimnasios o domingos vagos de sofá, pero el confinamiento y la necesidad de pasar más tiempo en casa ha hecho que el chándal se convierta en la prenda del otoño-invierno. Las marcas han sabido sacar tajada y sus colecciones están plagadas de prendas cómodas y deportivas.
Este jueves Zara lanzaba una nueva colección con el chándal como protagonista. Los hay en todos los colores, para todos los gustos y con multitud de siluetas. Además del clásico pantalón de cintura elástica y la sudadera, la colección, que está hecha en colaboración con Pantone, incluye prendas como faldas, tops de escote halter, jersey, mallas y hasta vestidos.
Dos días antes Mango ponía a la venta Active, una línea de moda deportiva encaminada a vestir tanto para hacer deporte como estar en casa o salir a la calle. La marca ya intentó sin buenos resultados en 2013 hacerse un hueco en el mundo del deporte y aprovecha ahora el momento para darle otra oportunidad.
Todas las prendas están fabricadas en tejidos como algodón, elástico y punto y en la colección priman tonos empolvados como el rosa, el verde o el malva. También hay hueco para negro y beige.
Más allá de estas colecciones, las firmas low-cost llevan meses produciendo ropa cómoda. No se ciñen estrictamente al chándal, también están fabricando a destajo prendas fluidas y dando una segunda vida al punto, llevándolo más allá de cárdigans y jerseys.
Ahora todas las marcas tienen una pestaña dedicada a este tipo de prendas. En Mango, además de la nueva línea Active cuentan con la sección Comfy Collection y en H&M hacen lo propio con The Comfort Zone. Pull&Bear puso a la venta esta semana su colección estrella de la temporada inspirada en la pintura moderna y contemporánea de la Tate Modern (Londres) con piezas estampadas con cuadros de Turner, Kandinsky o Malevich. ¿Qué prenda es la estrella de la línea? El chándal.
Cómo llevarlo en la calle
El definitivo auge del chándal viene por la necesidad de pasar más tiempo en casa, pero su uso no se limita estrictamente al hogar. En 2020 se lleva para salir a la calle y combinándolo con todo tipo de prendas, también algunas que le aportan un aire más sofisticado.
Es lo que propone Mango, que en su web conjunta el chándal con chaquetas desestructuradas, o lo que ha puesto en práctica la actriz Katie Holmes, a la que hemos visto en las calles de Nueva York con pantalón de chándal beige, americana de cuadros y bolso saco de piel negra. La influencer Chiara Ferragni lo ha combinado de todas las formas posibles, desde cazadora de cuero negra con botas militares hasta deportivas y bolso acolchado de Chanel.
Cuando aprieta el frío, la apuesta ganadora es combinarlo con una abrigo largo. La tendencia ya se empezó a ver el pasado enero y todo apunta a que este invierno será una plaga. La modelo Hailey Baldwin y la actriz Úrsula Corberó son buenos ejemplos de cómo vestir bien esta combinación.
Kendall Jenner también se ha atrevido, aunque en su caso no es un chándal tan abultado sino uno más ajustado al cuerpo y elástico, tipo mallas. En febrero lo combinó con un abrigo de cuero negro al más puro estilo Matrix.
El imperio de las deportivas
Y si el chándal despega, las deportivas ya están más que aterrizadas. Cuando las grandes marcas de lujo las empezaron a subir a la pasarela muchos se escandalizaron, y ahora se han elevado a la categoría de objeto de deseo, en muchos casos por encima de bolsos y otros complementos.
No hay más que ver el resurgir de la marca Fila, cuyas deportivas con plataforma arrasan en las tiendas, o la locura con las Air Jordan después del estreno del documental de Netflix sobre el mítico jugador de baloncesto Michael Jordan. Algunos modelos de segunda mano se llegaron a vender por más de 2.000 euros.
Las deportivas también se han convertido en el accesorio de lujo más clonado por las marcas low cost, y un buen ejemplo son las zapatillas de Gucci de 1.200 euros que llevó Blanca Suárez en el Festival de San Sebastián. Hasta Victoria Beckham, conocida por no bajarse de sus tacones de 12 centímetros, se ha animado con este calzado. Tampoco existen límites a la hora de combinarlas con diferentes prendas: es una apuesta ganadora con vestidos camiseros y un elemento ideal para quitar seriedad al traje.