Un estudio concluye que en torno al 40% de los abusos sexuales en la Iglesia fueron violaciones
La investigación no ha contado con “ninguna ayuda por parte de la iglesia, aunque se le solicitó”.
Entre un 30 y un 40 % de los abusos sexuales cometidos por representantes de la Iglesia Católica fueron con penetración, según un estudio elaborado por tres universidades españolas que incide en la “doble victimización” que han padecido estas personas al no haberles sido reconocido su sufrimiento.
Las conclusiones de la investigación, que publicará próximamente la Sociedad Aranzadi, han sido presentadas este lunes por expertos de la Univerisdad Abierta de Cataluña, la Universidad de Barcelona y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en la jornada Abusos sexuales de menores en instituciones religiosas: respuestas restaurativas desde la victimología, que se ha celebrado en San Sebastián.
El trabajo ha sido desarrollado entre 2018 y 2021 por parte de un grupo de profesionales del ámbito de la victimología que ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación y fondos europeos.
Josep María Tamarit, de la Universidad Abierta de Barcelona, ha señalado que en otros países como Estados Unidos, Alemania, Australia, Holanda o Bélgica se han hecho estudios, incluso algunos dentro de la propia Iglesia, pero “lamentablemente” en España “no ha tenido ese interés” por lo que los investigadores han tenido “limitaciones importantes”.
La mayoría de los abusados fueron “niños”
La profesora de victimología de la Universidad de Barcelona Noemí Pereda ha indicado que la parte elaborada por este centro universitario ha entrevistado a 40 víctimas. La mayoría de los abusados fueron “niños” con episodios “que se produjeron en más de una ocasión durante largos periodos de tiempo” y de carácter grave, ha indicado.
De hecho, entre un 30 y un 40% fueron con penetración, por lo tanto “esa falsa creencia” de que estos abusos fueron “menos graves no es cierta”, ha subrayado. El estudio ha evaluado las consecuencias psicológicas así como el “daño espiritual” generado por lo que las personas que han padecido estas situaciones requieren de una “reparación espiritual” que debería asumir la Iglesia “como causante del daño”.
Las denuncias se producen en la edad adulta, pero la mayoría no lo hace, por lo que los 220 casos admitidos por las autoridades eclesiásticas serán “muchos más”, ha indicado Pereda, que ha reconocido que “no se puede calcular” la cifra real “si no es con un estudio que pregunte a la totalidad de la población”.
La investigadora ha considerado “relevante” que en España la mayoría de las víctimas reportaron su caso a la Iglesia pero, al recibir una respuesta de silencio y culpabilización, para muchas de ellas esa notificación tuvo efectos negativos, ya que supuso ser nuevamente victimizadas por la institución.
Silencio por parte de la Iglesia
Pereda ha remarcado que para la investigación no han contado con “ninguna ayuda por parte de la iglesia, aunque se le solicitó”.
La doctora del Instituto Vasco de Criminología Gemma Varona ha recordado que ante las peticiones de la UPV/EHU para la apertura de los archivos eclesiásticos la Iglesia ha contestado con el silencio aunque ha agradecido a quienes “se han salido del guion” y han colaborado.
La UPV/EHU ha conseguido alrededor de 60 testimonios de víctimas en Euskadi, ninguna de las cuales está satisfecha, no solo con la falta de respuesta de las autoridades eclesiásticas sino con la ofrecida por las instituciones públicas y la sociedad. “Sí están agradecidas a la labor de los medios, que han dado un vuelco en este tema”, ha resaltado.
Mientras que en otros países como Bélgica, Irlanda o Alemania se han dado “respuestas más o menos satisfactorias”, España se ha centrado en la prevención, pero “no se puede mirar al futuro sin investigar lo que pasó”, ha advertido.
Existen protocolos de prevención y “hay que reconocer los pasos dados” por la Iglesia pero muchas veces a las víctimas “se les marea con unos procedimientos que no entienden” y “no se reconocen sus derechos como en un procedimiento penal”.
La victimización primaria que tuvo lugar cuando sucedieron los hechos “puede que no se pudiera prevenir”, pero “la secundaria sí mediante estándares internacionales de trato a las víctimas”, ha remarcado.
Los abusos en el seno de la Iglesia “han sido sistemáticos” y aunque estas situaciones se dieron también en otras instituciones “no vale” la teoría del “y tú más”, asegura Varona, quien añade que “hay que hacerse cargo del daño causado, ya que todavía persiste”.