Casado se va con la "conciencia tranquila" y apoyando a Feijóo: lamenta lo que haya hecho mal y "la reacción que no merezco"
Se despide de la Junta Directiva Nacional
Ha sido el discurso más difícil de su vida. De despedida tras días de silencio, ante la cúpula del partido que lo ha aniquilado en los últimos días. Y lo ha hecho leyendo, algo que no es habitual en él. El todavía líder del Partido Popular, ha señalado que se va con la conciencia tranquila y prometiendo su “lealtad y amistad” a Alberto Núñez Feijóo.
Casado, en su discurso ante la Junta Directiva Nacional, ha proclamado que lamento lo que haya podido hacer mal, pero también la reacción “inédita” en democracia contra él: “Creo que no me lo merezco”.
Casado ha reunido a la Junta Directiva para convocar oficialmente el cónclave del que saldrá su sucesor. Esta vez no ha sido en la calle Génova, sino en un hotel de lujo de cinco estrellas en uno de los rascacielos de la zona de la Cuatro Torres, al norte de la capital.
Ha arrancado de esta manera: “La Junta Directiva Nacional se reúne hoy para convocar nuestro congreso extraordinario, para dar la voz a nuestros afiliados tal y como marcan nuestros estatutos, y abrir una nueva etapa en el Partido Popular”.
“Hace casi cuatro años me elegisteis presidente nacional en las primeras
elecciones primarias de nuestra historia, en medio de una situación muy compleja: con el partido conmocionado por la moción de censura, el espacio de centro derecha fracturado y cuando estábamos en tercera posición en las encuestas”, ha enfatizado ante los suyos.
Para lanzar esta idea además: “Entre tanto, las elecciones autonómicas y municipales lanzaron a una nueva hornada de políticos con unos gobiernos de la libertad que tuvimos que negociar desde la dirección nacional por exigencia de nuestros rivales”.
“Su gran labor y la del resto de presidentes, alcaldes y concejales me hace sentir muy orgulloso”, ha subrayado, para mirar a su posible sucesor: “Muy en especial la de Alberto Núñez Feijoo que siempre me ha brindado su lealtad
y amistad, las mismas que él recibirá de mí para lo que decida hacer en un futuro”.
Ha hecho un dibujo de esta etapa y el contexto complicado, a su juicio, al que se ha enfrentado: “Estos años, no hemos tenido ni un trimestre de tranquilidad para centrarnos en trasladar nuestro proyecto nacional, porque, a esas tres elecciones en solo un año, les siguieron las elecciones gallegas, vascas, catalanas, madrileñas, castellanas y leonesas, con varias mociones de censura y ataques a nuestra estabilidad entre medias”.
Para reivindicarse acto seguido: “A pesar de las dificultades, en este tiempo nos hemos volcado en defender el mandato del congreso nacional: devolver la ilusión a los militantes, renovar la organización sumando a los que se habían ido y defender la unidad interna para dar a todos su sitio, fueran conservadores, liberales o democratacristianos. Esa es nuestra gran familia política”.
Siempre señalando a los ‘malos’ del Ejecutivo PSOE-UP. “No es fácil tener en frente a un gobierno que ha usado todo el poder del Estado contra la oposición y los consensos democráticos de la Transición y la Constitución. Nunca habíamos tenido unos adversarios tan radicales”, ha soltado delante de los suyos, los mismos que lo han devorado delante de toda España.
Ha querido encarnar los valores éticos ante lo suyos: “Ne he guiado en todo momento por los principios que propuse cuando me elegisteis presidente: la defensa de la libertad, de la unidad de España, del Estado de derecho, de la familia, y de la ejemplaridad pública”.
“No concibo la política sin la ética de la responsabilidad, sobre dos compromisos esenciales: la construcción de un proyecto político reformista, centrado y ganador, y la regeneración para recuperar la confianza de la sociedad en el buen nombre de nuestro partido”, ha apostillado, en una alusión velada al episodio del contrato del hermano de Ayuso.
Para recalcar al segundo: “Creo que siempre hay que anteponer la opción difícil a la cómoda y nuestros principios no sirven de nada si no nos atenemos a ellos en los momentos más complejos”.
Con el momento más duro para él al decir: “El PP pertenece a sus afiliados pero también es patrimonio de todos los españoles. Por eso lamento todo lo que haya hecho mal y la situación que han sufrido durante esta semana nuestros militantes y votantes”,
Desnudándose sentimentalmente ante la Junta Directiva: “Y también siento, tengo que decirlo, la reacción que he tenido que sufrir, que es inédita en nuestra historia democrática, y creo sinceramente que no merezco ni merecería ninguno de vosotros”.
“A pesar de todo, cada día al frente del partido ha sido un honor. He sido muy feliz representando a esta gran organización porque creo que haciéndolo estaba prestando el mejor servicio a España. Siempre he antepuesto los intereses del partido a los míos, y he intentado trabajar de forma seria, leal y constructiva”, ha sostenido en esta reunión, en la que luego pueden tomar la palabra -sin cámaras- cualquiera de los medios.
Ha resumido su marcha: “Tengo la conciencia muy tranquila, llena de agradecimiento, sin rencor ni frustración”.
Con esta idea se ha dirigido: “Me habéis permitido estar en la historia de España, al lado de Fraga, Aznar y Rajoy. Al lado de los lideres europeos y americanos de nuestra alianza política. Y sobre todo a vuestro lado.
Para recordarles: “A la mayoría de los que estáis en esta Junta Directiva os propuse como candidatos a distintas responsabilidades”.