La vuelta al cole en Moncloa: Casado rechaza los presupuestos de Sánchez y se abre la vía Arrimadas
Las diez horas en las que el PP tumbó renovar los órganos constitucionales y Cs materializó su giro de centro.
La rentrée política arranca fuerte. Pedro Sánchez sentado en La Moncloa (por separado y con mascarillas) con Pablo Casado e Inés Arrimadas. Y dos mundos diferentes en mitad de esta segunda ola y con una complicadísima situación económica azotando el país. Final del capítulo: Cs negociará los presupuestos, mientras que el PP ha dado un sonoro portazo.
Clima cordial, buenos modales... pero choque entre Sánchez y Casado y vía abierta con Arrimadas. Sánchez se acuesta este miércoles con el camino bastante allanado con Cs, que está dispuesto a negociar de manera “firme” unos presupuestos “moderados y sensatos” que no estén condicionados “por Rufián y Otegi”. El fantasma de Albert Rivera ha desaparecido, vuelven los naranjas más de centro y con espíritu de Estado.
Un dato que dice mucho: Arrimadas y Sánchez han estado más tiempo reunidos por la tarde (superaron las dos horas) que por la mañana con Casado (que no llegó a las dos horas). El reloj sí marca las horas, y mucho, en política.
Una nueva etapa entre Cs y el PSOE, que arrancó con las prórrogas del estado de alarma. La nueva líder naranja ha sido muy crítica dentro de la reunión con la gestión de Sánchez, pero ha mostrado su disposición a negociar esas cuentas. El momento, ha confesado ella misma, es tan excepcional que está dispuesta a apoyar al Gobierno, aunque esté Unidas Podemos en la foto. Y con la intención de que la impronta sea ‘naranja’ con medidas como bajadas de impuestos y de apoyo a autónomos y pymes.
El argumento de Arrimadas es que es el momento de “hacer excepciones” y ha exigido al Gobierno y a todos los actores políticos una “tregua política”. No cree que sentarse con los socialistas vaya a enturbiar su relación con el PP y hasta ha señalado que personalmente se lleva muy bien con Casado.
Arrimadas ha salido satisfecha de la reunión, ha visto a un Sánchez dispuesto a negociar con ellos, aunque no le ha aclarado si optará por la vía naranja o por la mayoría de la investidura (aunque ERC no está muy por la labor en este momento).
No se ha concretado una reunión entre el Gobierno y Cs para empezar a hablar ya de cifras, pero los naranjas tienen un equipo preparado para interlocutar con Hacienda. El Ejecutivo ha celebrado que hay puntos de acuerdo para que finalmente pueda Arrimadas apoyar las cuentas. Los contactos serán en “breve”, ha puntualizado luego Moncloa.
La posición de Cs es complicada dentro de su espectro electoral, con apenas diez diputados y con una derecha popular compitiendo con Vox. Arrimadas ha decidido este giro y su obsesión es que se vea como un partido útil (y además en una pandemia global). Una formación “seria y responsable”, ha defendido.
Casado vende un acuerdo secundario... y rechaza grandes pactos
Una postura totalmente diferente a la de Génova 13. El líder del PP se ha opuesto frontalmente a los dos objetivos principales que tenía el presidente antes de la reunión de este miércoles: la renovación de los órganos constitucionales (Poder Judicial, RTVE, Defensor del Pueblo y Tribunal Constitucional) y los presupuestos generales del Estado.
Casado ha llegado sin ningún papel y ha vendido unos supuestos principios de acuerdo con Sánchez para una agencia de reconstrucción económica, reformas legales para limitar la movilidad y un pacto por la Sanidad. Sin nada concreto. Pero lo ha envuelto como si fuera política de Estado.
Pero ha dicho ‘no’ a los grandes acuerdos que persigue Sánchez. La coartada de los populares es que Unidas Podemos está en el Gobierno y no pueden permitir pactar las reformas pendientes de los órganos constitucionales mientras estén en el Ejecutivo los “comunistas”, los ‘blanqueadores’ de Bildu y los apoyos de Maduro de España.
Y Casado además ha dejado claro que no piensa llegar a acuerdos mientras dure la legislatura, aunque el Poder Judicial lo presione para que se lleve a cabo la reforma pendiente. “Indignante”, esa es la sensación en La Moncloa con la postura del Partido Popular. La propia ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, de manera airada se lo ha afeado a Casado: “frentismo” y “obstruccionismo”.
Los supuestos principios de acuerdo que ha avanzando Casado son para el Gobierno meros temas “instrumentales” y “secundarios”. El PP dice que cree que el Gobierno ya tiene atados los votos para los presupuestos, pero desde La Moncloa apuntan que todavía no, que están negociando con todos los partidos y que aspiran a sacar este otoño la ley estrella. Y es que España sigue bajo la batuta de las cuentas públicas aprobadas por Cristóbal Montoro en 2018. Para el Ejecutivo no se puede gobernar la actual situación con ese diseño presupuestario y además debe adecuarse al fondo europeo de 140.000 millones.
Casado no ha llevado ningún documento e incluso ha basado alguna de sus reformas en una ley derogada por el Partido Popular. Le ha pedido posteriormente a su jefe de gabinete, Pablo Hispán, que le mande las ideas en documentos a Iván Redondo.
A pesar de los “noes” dentro de la sala no ha habido mucha tensión. Clima cordial, según el Gobierno. E incluso Casado le ha hecho algunos comentarios como que el pacto por la Sanidad, que quiere llamar Cajal, podría firmarse en Alcalá de Henares (con alcalde socialista) y llamarse el pacto de Alcalá.
Casado sigue obsesionado, a pesar de la dramática situación, en no apoyar nada en lo que esté Unidas Podemos (o es su excusa). Su idea principal, la Agencia Nacional para la Reconstrucción, conllevaría que la dirigiera algún exgobernador del Banco de España o excomisario europeo. Su intención pasaría por que el control fuera en el Congreso del fondo europeo y no por parte de La Moncloa.
El propio Gobierno ha salido a defender la legitimidad de la coalición y Montero ha rechazado los intentos de desestabilización de Casado. Es un Ejecutivo, ha subrayado la ministra, elegido por la soberanía nacional. Todo esto en mitad de las tensiones entre los propios socios por los presupuestos, aunque se están resolviendo en reuniones entre Hacienda y la Vicepresidencia de Iglesias.
Una extenuante jornada en Moncloa, donde Arrimadas gana cada día más puntos. Y Casado los pierde... pensado que así está más carca de ser el anfitrión en el futuro.