Frente a frente: Casado reivindica ante Aznar su proyecto y dice que la situación no es como en 1996
Se muestra orgulloso de liderar el partido y pide tiempo: "Pinchan en hueso aquellos que pretenden dividir nuestra generación con nuestros predecesores".
Frente a frente. El padrino y el pupilo, José María Aznar y Pablo Casado. El pasado (no tan pasado) y el presente (no tan presente) del Partido Popular, con motivo del 25 aniversario de la primera victoria de los populares en una generales. Y no precisamente con buen rollo precedente: el sorpasso de Vox en Cataluña y las palabras del expresidente ante Jordi Évole de que el partido no vive su mejor momento.
Los dos han protagonizado un diálogo, titulado “España, Constitución y Libertad”, organizado por el Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico de Gobierno, en el que también han participado Manuel Pizaro, Isabel Estapé y Manuel Álvarez Tardío. Con muchos gestos serios y varios mensajes.
El moderador del acto, Ignacio Camacho, ha reconocido el “morbo político” del encuentro. En su primeras palabras, Casado ha querido mandar varios mensajes, pero principalmente reivindicar delante de Aznar el actual proyecto del PP y remarcar las diferencias de los actuales tiempos políticos con los de 1996. No ha habido malas palabras, pero la distancia fría entre los dos era kilométrica.
Tras una primera y breve intervención de Aznar en la que ha enfatizado el supuesto milagro económico durante su etapa, le ha tocado el primer turno a Casado que ha dicho que él sí quería celebrar esos 25 años de la victoria (antes el expresidente dijo que prefería reflexionar).
Casado se ha mostrado “orgulloso” de liderar el PP y ha hecho esta advertencia: “Pinchan en hueso aquellos que pretenden dividir nuestra generación con nuestros predecesores”. Esto es “compatible”, ha indicado, con eliminar conductas no ejemplares con el partido.
Pero Casado ha mandado un mensaje muy importante también delante de Aznar: los actuales tiempos políticos son totalmente diferentes a los de 1996. Por eso ha pedido “tiempo” y “confianza”, convencido de que llegará a gobernar. Y ha dejado el recadito: sale a ganar en 2023 pero puede pasar como en 1993 o 2008 (cuando Aznar y Rajoy perdieron sus segundas elecciones). Y ha dicho que es injusto cuando se dice que él no tiene un proyecto político.
Casado ha elogiado las legislaturas tanto de Aznar como de Rajoy, que, a su juicio, dejaron el país mejor de lo que lo encontraron. Pero ha recordado que el propio Aznar le dijo cuando cogió el partido que lo tenía más complicado que Fraga o que los dos expresidentes.
Por eso, el actual líder se ha esmerado en hacer unas reflexiones sobre aquellas épocas y las actuales, empezando por ese momento a principios de los noventa en los que la “socialdemocracia se avergonzaba”. Según el líder de la oposición, Aznar tuvo que llevar al partido hacia la mayoría centrada: “Moverlo hacia la mayoría de la sociedad”.
Ahora “es lo contrario”, ha proseguido Casado, que ha expresado que ahora él tiene que tratar de mover a la mayoría social hacia la centralidad y la moderación del partido en una “España polarizada”. No se trata, ha argumentado, de “tocar la corneta” dentro de la formación, sino la “campana” para que esa mayoría silenciosa “pero polarizada” vuelva al PP y se resista ante los “cantos de sirena” de Vox.
A lo largo del diálogo, ha añadido Casado más diferencias: internamente en el partido en la época de Aznar se venía del “ni tutelas ni tu tías”. “Nosotros hemos sido elegido por primarias, no queremos emanciparnos”. “Nos desligamos de lo malo, no de lo bueno”, ha apostillado, para lanzar: “No hay que volver a hacer el Partido Popular, sino hacer popular al partido”.
Para Casado, otras de las grandes diferencias es que ya no existe el bipartidismo con antes (aunque Aznar ha replicado que el bipartidismo no existió hasta 1993). Y ha incidido en la “fatiga de materiales” (cuando ganó el PP en el 96 llevaba 14 años Felipe González) y que él cogió el PP con un Pedro Sánchez con dos meses sólo en La Moncloa.
Aznar evita consejos y le desea “suerte”
Aznar no ha querido entrar de lleno en las interioridades del partido y en el rumbo actual después de la entrevista bomba con Jordi Évole. Ha querido defender su legado y especialmente el pasado económico. Ha pasado muy por encima, a diferencia de en La Sexta, y ha hecho alusiones a reunir el centro derecha y a no caer en la indefinición.
Justo al final del encuentro, el presentador le ha preguntado al expresidente si quería darle un consejo a Casado aprovechando que estaban juntos. Se ha limitado a desearle suerte y ha sostenido que hace reflexiones en voz alta como las que hace en voz baja. Ha recordado que al nuevo líder le corresponde marcar el camino y definir la estrategia, además de tomar las decisiones. “Le deseo muchísima suerte”, ha repetido.
Aplausos del público... pero el frío cortaba entre los dos. Con un Aznar que apenas ha mirado a su sucesor. La familia no pasa un buen momento.