Carme Chaparro: "Me parece muy grave que se borre a mujeres de un mural y haya quien lo aplauda en redes"

Carme Chaparro: "Me parece muy grave que se borre a mujeres de un mural y haya quien lo aplauda en redes"

La periodista regresa a la televisión con 'Mujeres al poder', un programa que "es un regalo".

Carme Chaparro en la presentación de 'Mujeres al poder'MEDIASET

El día que Carme Chaparro (Barcelona, 1973)  se despidió del programa Cuatro al día, por decisión de la cadena, para pasar el testigo a Joaquín Prat, ya trabajaba en un nuevo proyecto que le permitiría moverse en un territorio en el que se encuentra como pez en el agua. Lleva años volcada en dar visibilidad a las mujeres y por ello recibió un premio del Observatorio contra la Violencia Doméstica en 2018.

Un año y tres meses después, pandemia mediante, la periodista y escritora ha reaparecido este jueves en Cuatro con un nueva edición de  Mujeres al poder —la primera fue conducida por Ana Rosa Quintana—. Un programa “de emociones, de logro, de lucha”, asegura, que a pesar de los datos de audiencia —competía en esa hora con La isla de las tentaciones— puede presumir de haber sido acogido con entusiasmo y satisfacción por sus espectadores.

Sólo unas horas antes del estreno, Carme Chaparro se reservó un ratito para charlar de su programa con El HuffPost, pero también sobre otras mujeres y de igualdad.

Un año sin verte por la tele... ¿Nerviosa?

Sí, lo estoy porque es un gran cambio para mí que siempre he hecho programas en directo. Nunca me he enfrentado a verme en la tele al mismo tiempo que todo el mundo.

Llevamos un año trabajando en Mujeres al poder y, claro, ya lo he visto todo, pero hoy me siento con mi marido y no sé si me tendré que irme a otra habitación, como hago con algunos partidos de fútbol. No me gusta nada verme y esto me viene bien porque hasta ahora trataba de evitarlo. Era mi marido, que también trabaja en  televisión, el que me obligaba a verme después para corregir cosas, para aprender...

Pero también estoy muy, muy ilusionada porque son 26 mujeres que tienen una vida ejemplar, en el sentido de que son muy luchadoras y tienen gran tesón. Necesitamos este tipo de referentes en la sociedad, hombres y mujeres.

Carme, ¿es un programa de mujeres hablando de mujeres para que lo vean otras mujeres?

¡Qué va! Es un programa de mujeres, hombres, niños, abuelos… Salen mujeres porque las mujeres son menos visibles y, precisamente, queríamos dar a conocer esas historias. Pero es un programa que va a emocionar a muchos hombres y en el que salen muchos: parejas, compañeros, hijos... En el caso de Teresa Busto, directora de la factoría de Airbus en Illescas, fue el marido el que se quedó cuidando de la familia cuando ella se marchó a Toulouse. El también tiene un alto cargo y en el programa confiesa que era más drama la hora del baño con los niños que cualquier junta directiva. 

Es un programa que te viene que ni al pelo, ¿no? 

Sí, sí. Me lo propuso Vasile cuando le llevé las galeradas de Calladita estás más guapa, mi ensayo feminista. Le dije: “Oye, Paolo, he sacado nuevo libro…” Me contestó: ”¿Ya has escrito una nueva novela? ¿No? Pues fíjate, he pensado una cosa para ti y me viene genial que me traigas este libro”. Y entonces me habló del proyecto. Ha sido un regalo poder visibilizar la historia de estas mujeres maravillosas y luchadoras, y darles el lugar que se merecen.

Más que una voz del feminismo, me considero una voz por la igualdad

¿Te ha traído muchos disgustos ser una de las voces del feminismo en nuestro país?

Más que una voz del feminismo, me considero una voz por la igualdad. Y sí, te disgustas al principio, pero aprendes a no hacer caso.  Al final no se trata de que yo lleve la razón, se trata de que no puedo dejar de entender el mundo sin igualdad de derechos para las personas, sin igualdad de oportunidades, sin considerar a todo el mundo por igual sin importar el color de la piel, el género o la clase social.

Tengo una carrera universitaria pero no me considero superior a nadie. Mi familia se pudo permitir que yo estudiara, pero hay mucha gente que no tuvo esa oportunidad y yo soy igual que ellos. El feminismo se enmarca en eso. Somos iguales ante la ley pero en la práctica no lo somos. Un último estudio ha revelado que la presencia femenina en los libros de texto se reduce a un 9% —91% para la masculina—, las estadísticas demuestran que la carga mental de las mujeres, en el hogar y en la familia, es mucho mayor que la de los hombres...  El feminismo visibiliza todo esto. Pero además no es un movimiento sólo de mujeres, también es de hombres. Queremos dejarles a nuestros hijos el mejor mundo posible y eso se consigue cuando todos trabajamos a la vez.

Tienes dos niñas pequeñas, ¿crees que es mejor el contexto de igualdad en el que están creciendo tus hijas que en el que creciste tú?

Jo, pues creo que en algunas cosas se ha dado un paso atrás. No lo digo por mis hijas, que son muy pequeñas. Pero sí por las adolescentes y jóvenes. Hay chicas que ceden a la petición de su novio y les dan la contraseña del móvil, para que las tengan controladas, porque creen en el amor romántico. Las chicas jóvenes están muy polarizadas: a unas las ves en las manifestaciones creyendo firmemente en la igualdad y luego están esas otras que están muy perdidas. Creo que esto tiene mucho que ver con la polarización de la sociedad entre los adultos, que han sido o siguen siendo sus referentes y modelos.

¿Crees que tiene algo que ver en esto la influencia que las redes sociales ejercen en estas chicas?

¡Pues claro! Mira, ayer colgué en Instagram una foto mía después de hacer gimnasia. Sudada, después de una hora de ejercicio, pero era una foto con buena luz, en la que aparecía tirada en el suelo y con las arrugas estiradas por estar tumbada. Pues acabo de recibir un mensaje: “Pero si tiene la cara super estirada”.  Y esto es de lo más bonito que te pueden decir. Pues mira, no la tengo, pero no voy a perder el tiempo dándote explicaciones, ¿para qué?

Cuando alguien no tiene argumentos contra una persona, pues decide que es mejor llamarte gorda, fea, vieja, botulímica… Y siempre contras las mujeres. Noostras en redes sociales recibimos una tremenda cantidad de insultos por nuestro físico. No sé cómo no nos hemos borrado todas de las redes sociales. ¡Qué capacidad de aguante! Cuesta pasar de esos comentarios, cuesta mucho y a veces hay que hacer terapia con tu entorno para aliviar.

Carme, ¿cuál es la mayor urgencia por resolver en lo que al movimiento feminista se refiere?

Creo que lo más grave es el asesinato de mujeres y de niñas. Lo urgente es acabar con esto, pero no va a terminar hasta que no haya un cambio estructural de la sociedad: visibilizar a las mujeres, denunciar los micromachismos, desterrar el mito del amor romántico... Por ejemplo, el hecho de que no haya pasado nada porque hayan pintado a una Nobel de la Paz, a una astronauta y a la activista de 14 años Rosa Parks... Las han borrado con pintura negra de un mural que las homenajea y hay gente que lo ha aplaudido en redes sociales. ¡Esto me parece tan grave! Y que no haya consecuencias, indica que el problema es estructural y hay que trabajar en todos los frentes.

Cuando este tipo de cosas se visibilizan y se denuncian tenemos un extremo tensando la cuerda y dando a entender que eso es de lo más normal… ¡Qué hay personas que desde la tribuna política han dicho que eso esta bien y alientan a hacerlo! Eso envalentona a mucha gente. En eso, también debemos trabajar.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es