Carlos Tarque: "Los jóvenes quieren ser como alguien que solamente está en las redes sociales haciendo nada"

Carlos Tarque: "Los jóvenes quieren ser como alguien que solamente está en las redes sociales haciendo nada"

M-Clan vuelve con 'Petit comité', barun disco en directo en el que repasan algunos de sus éxitos.

Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez en el cocierto de 'En petit comité'.xaviTorrent/Cortesía de Warner Music

Hablar de rock en España es hablar de M-Clan y de su líder, Carlos Tarque. El cantante y el guitarrista Ricardo Ruipérez han escrito parte de la historia del género en España con éxitos como Quédate a dormir, Miedo o, por supuesto, Carolina. Todos ellos se incluyen en su último trabajo En petit comité, publicado este 10 de junio, un disco en directo grabado en acústico en la sala Barts en unos conciertos realizados tras el parón de la pandemia por el coronavirus.

Precisamente, después de tanto tiempo sin poder girar, Tarque pone en valor la música en directo y señala que el “streaming no le llega ni a tocar la fibra”. Asegura estar saturado de tanta información y que eso hace que la sociedad y los músicos no estén tan comprometidos con el mensaje político. En contra de la censura y el tachar canciones o películas por cuestiones como el machismo, Tarque prefiere mantenerse en lo underground que ser un fenómeno de masas como Bad Bunny y no augura que el rock tenga ningún gran heredero.

Aprovechando el título del disco...¿cómo es Carlos Tarque en ‘petit comité’ y cómo es en el escenario?

Pues es una pregunta complicada... Carlos Tarque es una persona normal, soy normal, o sea, no tengo nada así... Es verdad que en el escenario soy muy energético, pero es verdad que es un coñazo hablar de mí mismo, no te sé contestar (risas). Soy una persona normal, es verdad que soy bastante hiperactivo y tengo arranques así, un poco como en el escenario, pero tendría que describirlo otra persona.

El disco recuerda un poco al mítico Sin enchufe (2001), ¿cómo habéis cambiad desde entonces?

El mundo es muy diferente, hay personas que incluso ya no están en este mundo, de ahí de esa formación. Han pasado muchas muchas cosas. Eso fue en el 2001 y ha pasado 20 o 21 años. Pero básicamente yo creo que el gran cambio ha sido la digitalización de todo, que ahora mismo nuestra comunicación sea a través de una pantalla e internet, que por aquel entonces ya existía, pero no era lo que es ahora. ¡Qué antiguo suena usar la palabra internet! Parece que estás hablando de una cosa como si fuera, no sé, la revolución industrial (risas). Pero es verdad que nosotros crecimos en la era en la que no había redes sociales, se ponían carteles por la calle... Muy diferente. Pero lo importante, al final de todo, es que un concierto, la comunicación de la música tiene que ser en ese formato en su máximo esplendor, en un concierto en directo.

Ninguna pantalla ni ningún streaming... Eso del streaming no me llega ni a tocar la fibra, vaya. Es verdad que en la pandemia se generalizó porque no había otra opción, pero vamos. Eso de ver a un grupo con una pantalla, como que no. Eso es lo importante, que la música sigue siendo un valor y un elemento que nos hace recapacitar, ser, comunicar. Eso sigue intacto. Lo demás, el mundo, si miras en Wikipedia verás los cambios que ha habido. Ya no vas a de viaje a la aventura, ya vas a través de la pantalla del teléfono que te dice dónde hay un bar, dónde hay un concierto. Que eso es bueno por un lado, pero por otro lado, pierdes intuición, pero el mundo evoluciona para bien y para mal.

Si Bad Bunny es lo que triunfa, quiero seguir siendo underground

¿Os veis como músicos obligados a seguir el ritmo del streaming?

Bueno, uno se tiene que adaptar un poco a las necesidades, pero en nuestro caso es un poco la compañía discográfica la que tiene un poco el plan de marketing de cómo ir administrando. Al final no es algo tan diferente a lo que se hacía antes cuando se sacaba un single de adelanto, incluso cuando eran vinilos. Es marketing. La gran diferencia que yo creo que hay en el mundo es la velocidad de consumo de las cosas, sobre todo de la cultura, porque la trampa que es tenerlo todo gratis, entre comillas gratis, porque al final estás pagando a Telefónica o Más Móvil o lo que sea. Ese tenerlo todo te hace que no puedas abarcarlo. Que no, por supuesto que no puedes abarcarlo todo, pero que lo que consumes lo haces con la voracidad que yo creo que te hace empacharte. Ya no se digieren las cosas igual ahora que antes. Tenemos tanta información y tanta velocidad que no sé si eso será muy bueno para poder analizar las cosas.

E incluso la guerra ya ha pasado de moda... Yo soy víctima también de eso. Y a la música por ejemplo, pues, no sé. Hay demasiada información.

Estamos sobrepasados, ¿no?

Creo que sí. Pero bueno, lo que sí que el momento de ir a ver un concierto si te gusta una canción... Pero te tiras la mitad del concierto grabando vídeos. Bueno, hay gente que no. Los más puretas como yo no, pero los demás haces un vídeo y tienes que colgarlo en Instagram porque tienen que ver que te lo estás pasando guay, porque toda esa mierda... Es verdad que yo también lo hago.C reo que va a a venir una época —no sé cuál será, voy de Nostradamus— en la que todo eso nos ha sobrepasado tanto que se vuelve un poco a la restricción de la información. Porque yo ya, por ejemplo, no pongo el telediario, llevo toda la mañana mirando las noticias en internet, pongo el telediario y me explota la cabeza. Necesito vivir la vida que tengo. Me voy a la compra o hago lo que sea.

Es demasiado, además es muy frustrante porque tú ves las cosas y ves que no puedes hacer nada. No podemos hacer nada sobre el mundo. Eso no ha cambiado. Los que dirigen, dirigen... Pues al final casi es casi mejor no saber. En fin, es poco de filosofar.

Pero es verdad que tenemos esa corriente ahora de las redes sociales. Yo creo que mucha gente que ya se está pasando a cansarse, que ya como todo, como una relación que lleva dos años y llega un momento que dicen bueno, pues ya la cosa que como muta a otra cosa, cómo voy estar toda mi vida poniendo aquí “qué feliz soy” cuando habitualmente no es así. Creo que va a haber una regularización de todo.

¿Y cómo crees que va a afectar eso a la música? Crees que por ejemplo, la gente va a dejar de grabar en los conciertos o los artistas va a salir de ellos como hacía Robe, prohibir que la gente grabe.

Prohibir, ¿qué tontería es esa? Puedes decir que no, pero no puedes prohibir a la gente que grabe. No sé, cada uno que haga lo que sienta. A mí me parece bien, pero claro, es todo el mundo todo el rato a través de una pantalla. Pero bueno, es la nueva manera de vivirlo. Pero es verdad que al final tú tienes que ir al concierto. Pero bueno, estamos un poco en esa revolución de las pantallas. Estamos más de la mitad del día mirando pantallas.

  Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez en el camerino.@charliebalibrea-14/Cortesía de Warner Music

En este disco habéis incluido vuestros grandes éxitos como Llamando a la Tierra, Carolina, Miedo... ¿Os cansáis de tocar alguna?

Hay que ser respetuoso con lo que quiere el público. Te mentiría si dijera que siempre me apetece cantar una canción, pero no una, sino varias. Hostias, es que es rutinario, pero también es verdad que hay otro día que tienes una sensación muy buena. Eso es como todo, en tu trabajo, pues te cansas de algunas cosas. Eso no quiere decir que se le tenga asco. Me encantaría no tocar algunos temas a veces, pero es verdad que para el público que va a verlo, es su primera vez. Tú vas a tocar un concierto número 35 de una gira, pero para el que ha venido es su primera vez.

Tienes que hacer el ejercicio mental y respetuoso de pensar y empatizar con esa persona, que ha pagado una entrada o que no, pero que va a verlo y tienes que dar lo mejor de ti. Puede decir “hostia, como ya estoy cansado de esta canción...”, es inevitable que tengas esos signos de rutina.

Imagino que Carolina os sigue persiguiendo en bolos y entrevistas más de 20 años... 

Bueno, Carolina, Llamando a la tierra, Maggie despierta, Quédate a dormir, Roto por dentro...  O sea, no es Carolina. De hecho, no es la canción que más en los conciertos, fíjate. O sea, hay canciones que le han sobrepasado. Quédate a dormir mucho más, por el ritmo de la canción. Maggie despierta, Miedo, incluso, es esa canción que canta todo el mundo. Ya no somos ese grupo de Carolina, por suerte, somos un grupo de 10 o 12 canciones que esa no es la que más cantan, aunque sea la más famosa.

Escribes un libro en el que hay una violación. ¿Quiere decir que seas un violador? O que haya un asesinato. ¿Hay que creer que seas un asesino? Está hablando de una ficción

¿Cómo vivisteis la polémica de Carolina y que fuera calificada como machista?

Sí, la incluyeron en un artículo de canciones que son machistas. Lo primero que hay que decir es que la canción es una ficción, como El Quijote o un poema. Luego no es una canción que haga apología, que diga “hay que coger y hay que hacer tal”. No, esta es una canción que cuenta una historia que sí que es verdad, que tiene una connotación ilegal, por así decirlo eso de “No tiene edad para hacer el amor”. Pero si vamos a hablar de legalidad en las ficciones que se prohíba todas las películas de mafiosos prohíbe todas las película de asesinatos...

Entiendo que ahora hay una sensibilidad especial en la que somos los primeros que estamos a favor, pero tú no puedes ponerle tantas cortapisas a las canciones. Escribes un libro en el que hay una violación. ¿Quiere decir que seas un violador? O que haya un asesinato. ¿Hay que creer que seas un asesino? Está hablando de una ficción, punto número uno. Luego ya entramos en el debate de la de la libertad de expresión, etc. Claro, no todo nos puede agradar a todos. Hay cosas que no me gustan y me las tengo que comer porque hay una cosa que se llama libertad de expresión. Es complicado este debate.

En todo caso, Carolina es una canción que se compuso hace 20 años, que es cierto que a veces me siento raro cantando esto con 52. Pero es una canción del aquel entonces, no le voy a cambiar la letra porque no quiero.

Aparte también era ilegal, tenía yo 30 tacos ya, pero me parece que es necesario porque el machismo está en el planeta, en el mundo, no solo en las canciones. Poco a poco tendrá que ir cambiando de la manera de ver las cosas, pero es una cosa que es un problema social, de mujeres, de comportamientos y de todo. Se da entre todos y tenemos que ir luchando por pequeños signos para ir erradicándolo, pero de ahí a erradicar una canción. Bueno, el que tenga su opinión que la dé también pero me parece que no está bien, porque entonces se erradicaría el 90% de la literatura, de las películas  porque en todos lados hay situaciones machistas, porque es un problema social. Pero dentro de 70 años podamos hablar de otras cosas, pero no sólo del machismo, sino de un montón de injusticias que este mundo.

 ¿Y se ha perdido la filosofía del sexo, drogas y rock and roll?

Pues hombre, habrá quien la mantenga. Yo la he perdido bastante, la verdad. Porque ya me tocaba. Los tópicos son tópicos porque son verdaderos o porque vienen de otra cosa, que las cosas no salen de la nada. Pero es verdad que bueno, cuando has estado en algo mucho, te puedes llegar a aburrir.  En este sentido todos tenemos épocas y temporadas de nuestra vida en la que cambiamos, hacemos otra cosa. Estoy muy relajado en ese sentido, a mí lo que me interesa es la música. Aunque no puedo decir que no haya algo de eso en algún momento.

¿Los jóvenes de ahora quieren ser rockeros?

Creo que no. No sé, el mundo evoluciona. La estrella del rock ya no es lo que era. Pero cuando yo cuando era joven tampoco, antes más que ahora, pero siempre he sido futbolista. El rock era una cosa que a algunos nos sentía porque era como la imagen un poco del de la rebeldía. El rock ya no es tan rebelde, sigue siendo un poco porque siguen saliendo bandas y reivindicando, pero la lucha ya no sólo política, sino a nivel de rebelarse contra las cosas. Eso está muy bien, pero también en otros géneros, como a lo mejor el trap, no sé.

Pero no sé, es cierto que, cuando nosotros éramos más jóvenes, queríamos ser alguien que hacía algo como vocalista o un cantante o un actor. Ahora no, ahora quieren ser como alguien que solamente está en las redes sociales haciendo nada. Eso es un poco raro.

Una tía que es muy guapa, un tío que está muy bueno. La gente quiere ser así, pero en realidad no tienen ningún talento. Tendrán para poner tuits o yo que sé.

Esta última semana han pasado por España los Rolling Stones, Guns and Roses, Red Hot Chili Peppers... Siempre los mismos nombres llenando estadios, ¿hay relevo para estos grupos?

Creo que no, yo por ahora no lo he visto. Para mí el último gran grupo de rock fueron los Red Hot Chili Peppers o los Foo Fighters porque un grupo de rock que haya llegado a todo el mundo, aunque no sea rockero, para mí esa es la finalidad, que tu música esté por encima de un género, como pasó con Nirvana, etc. Eso no sucede ya. Ya no salen grupos de rock que lleguen a todo el mundo. Necesitas una muy buena canción... Y que no creo que haya una canción de rock ahora sonando en las emisoras comerciales. Es complicado, pero no tengo ningún problema con esto. O sea, ya saldrá claro. Porque ahora ¿quién es el artista más escuchado?

Según las listas de éxitos, Bad Bunny.

Será eso, el rock es una música antigua. Yo la verdad es que si Bad Bunny es lo que triunfa, quiero seguir siendo underground. No me gusta esa música.

¿Falta más garra en la música, más reivindicación política?

Creo que en general la gente, la democracia, que tiene ya muchos años, estamos un poco cansados, ya no de la extrema derecha, sino de todo, de ver cómo la política al final es un juego en el que es muy difícil encontrar gente honesta, que ya ves política por la tele y no ves gente que quiera hacer algo bueno sino que quieren desacreditar al otro. Unas cosas que dices “hostias, ¿y esta la gente que tiene el poder?”. Yo no quiero una sociedad así, en la que el insulto sea todo. Quiero gente que quiera hacer las cosas bien, que quiera hablar, que aunque tenga ideas diferentes, quiera hablar, pero distintas. Entonces esa radicalización y esas porquerías es lo que hace que estemos un poco cansados, desencantados.

Entonces en la música, por desgracia, siempre va a haber cosas por reivindicar. Pero es verdad que está un poco vacía de este mensaje político, pero no sé si es por desencanto, porque la gente lo que quiere es olvidarse, que también es lícito. Cuando salió la música disco en los años 70, se le acusaba de que era una música que no tenía mensaje, que no quería reivindicar nada más que la fiesta y pasarlo bien. Y digo pues me parece bien, porque al final tienes que estar encabronado por todo lo que pasa. Por lo menos que tengas algo que te saque de ahí, te saque de esa burbuja de frustración.

Quiero gente que quiera hacer las cosas bien, que quiera hablar, que aunque tenga ideas diferentes

Me acuerdo de la letra de Las calles están ardiendo, también incluida en Petit comité, que sí que tenía un mensaje de lo que pasaba en las calles.

Las calles están ardiendo es una canción que viene de un poema mío y no es tanto de lo que se viva en la calle, sino de lo que está viviendo y se vive desde siempre, pues que hay un peligro ahí, hay peleas, hay violencia, hay guerras, hay movidas. Y es una tristeza que el mundo tengamos que seguir asistiendo a estas cosas. Es decir, no tenemos cómo remediarlo. Es verdad que cuando hicimos el disco con Enrique Villarreal El Drogas le dio un toque un poco más reivindicativo, republicano, español, en contra del fascismo, de la derecha y de la Iglesia. Ese no era el leit motiv principal del tema, sino que él se lo dio. Pero bueno, nos encantó esa versión

¿Cómo compaginas el regreso de M-Clan con tus otros proyectos como la banda Gran Cañón con Leiva, entre otros músicos, o tu carrera en solitario? ¿Qué priorizas a futuro?

Gran Cañón es un grupo que de manera así un poco espontánea surgió como amigos a los que nos gusta la música, Leiva, Julián Maeso... Y ahora es verdad que ahora estamos todos con trabajo y giras y es algo que volverá a surgir de manera natural cuando podamos. Hay mucha gente que me pregunta ”¿cuándo vais a girar?” y no lo sé porque yo no sé qué tiene que hacer Leiva, no estamos esperando a parar para volver hacerlo. Tiene que surgir de manera natura y si no surge, pues habrá sido bonito. Por otra parte, acabo de hacer un disco en solitario como tal que saldrá para el 2023, espero. Y ahora pues estar en los conciertos de M-Clan.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es

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