Carla Antonelli, sobre el texto "tránsfobo" del PSOE: "Va en contra de nuestro programa y de nuestro pacto con Podemos"
La diputada del PSOE y primera mujer trans en un Parlamento español analiza un documento firmado por miembros de su partido: "Soy mujer. Y me matan por ser mujer y además por ser trans".
A principios de los años 90, una mujer trans fue invitada por el movimiento feminista a encabezar una de las manifestaciones por los derechos de la mujer. 20 años más tarde, esa misma mujer, Carla Antonelli, se convirtió en la primera diputada trans en un parlamento español de la mano del PSOE en 2011. Pero su recorrido es largo: ante el rechazo de su familia, se fue de casa con 17 años a trabajar de bailarina, pero allá por los años 70 era continuo el rechazo social, las palizas o las persecuciones policiales. Es ahí cuando comenzó su activismo.
Actualmente tiene 60 años y es diputada de la formación liderada por Pedro Sánchez en la Asamblea de Madrid. Este miércoles, parte de la dirección su partido ha difundido un argumentario interno que niega la despatologización de la transexualidad y que, “envuelto en seda”, afirma que las mujeres trans no son mujeres. Antonelli fue de las primeras en reaccionar cuando el documento, firmado entre otros por Carmen Calvo y José Luis Ábalos, se hizo público. Lo tachó en su cuenta de Twitter de “panfleto tránsfobo” y defendió, una vez más tras 60 años repitiéndolo, que las mujeres trans son mujeres.
El argumentario no ha sido aprobado en ningún congreso del partido y, como dice la diputada “va en contra del ideario de la formación y del pacto de Gobierno con Unidas Podemos”. El documento viene a indicar que la autodeterminación sexual —o el hecho de que las mujeres trans se autodenominen mujeres y los hombres trans se autodenominen hombres— supone el borrado de las mujeres. Se trata de un debate que durante las últimas semanas se ha recuperado en una parte del feminismo, considerado transexcluyente.
En el documento se formulan una serie de preguntas: ”¿Cómo afecta a la ley de violencia de género? ¿Podría un hombre maltratador señalar que se siente mujer y por tanto no poder ser juzgado por este delito? ¿Cómo afecta a las políticas de paridad y de representación equilibrada?”.
“Todos estos argumentos los viví hace 13 años, cuando se aprobó la Ley de Identidad de Género y ¿pasó algo? no. Hacer de la singularidad lo general es lo mismo que cuando los machistas dicen que hay mujeres que también asesinan a hombres”, explica Antonelli.
Ella se encontró con cuatro páginas redactadas por miembros de su propio partido que niegan su propia identidad y sus derechos fundamentales: “Hasta ahora, las personas trans teníamos que pasar por un médico o un psiquiatra para poder ser jurídicamente quienes somos. Pero hace dos años, la OMS sentenció por fin que la transexualidad no es una enfermedad, igual que se hizo hace mucho con la homosexualidad. Esto quiere decir que no tiene que venir un psiquiatra o un médico a decirme quién soy”.
Su tono denota dolor, pero se declara una “mujer de partido”. “Del PSOE de Pedro Sánchez, de José Luis Rodríguez Zapatero, de Pedro Zerolo, el de los derechos civiles y el que garantiza los derechos al colectivo LGTB...” e incide en que este documento no es una posición general y socava derechos “garantizados por el mismo partido socialista”. De hecho, el mismo presidente de la asociación ultraconservadora HazteOír, Ignacio Arsuaga, celebró en Twitter que “tres años después, hayan dado la razón a nuestro autobús”.
El documento, dice Antonelli, no se “sustenta en el partido”: “Las posturas oficiales de los partidos solo emanan de los congresos y las conferencias políticas”. Además, señala, “ese mismo texto contraviene lo resuelto en otras conferencias”.“A mí, desde luego, no me representa. Y no se ha contado con las personas trans del partido para elaborarlo”, lamenta.
“En 2007 fue el PSOE el que creó la Ley de Identidad de Género, el Tribunal Constitucional el año pasado no sólo dijo que esa ley era constitucional, sino que además mandó ampliar a menores el derecho al cambio de nombre y de los documentos por su identidad sexual o de género”, explica. Añade, que hace dos años la OMS también despatologizó la transexualidad y por eso dice haberse quedado en “shock” con el argumentario.
De hecho, en el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, se comprometen a la aprobación de “una Ley trans que trabaje de forma efectiva para erradicar todas las formas de discriminación hacia las personas trans en todos los ámbitos”. Es más: Sánchez verbalizó en su discurso durante el debate de investidura su compromiso con la aprobación de una ley estatal para el colectivo.
“Todas somos mujeres”
Antonelli repite algo que lleva repitiendo décadas: “Todas somos mujeres. A mí me matan por ser mujer y, además por ser trans. Eso no se le escapa a nadie. Si vives en un país que te lapida por ser mujer, también te lapidan por ser trans”.
Le sorprende que estas ideas vengan de mujeres que se autodenominan feministas: “Los movimientos de liberación de la mujer querían desprenderse de la idea de que las mujeres habían llegado para reproducirse. Y ahora eso mismo se usa para ver qué grado de mujer somos, si somos completas o no.... Es una manera de volver al principio, de donde partimos”.
“No me representa”
Concretamente, el argumentario señala que “para contar con efectos jurídicos plenos, tiene que darse una “situación estable de transexualidad” debidamente acreditada”. Pero Antonelli asegura que ella no es una “ficción jurídica”. “Fuimos catalogadas así en una sentencia de 1987”, explica. Pero a partir de ese año pudieron cambiar su nombre del DNI si estaban operados: “En las primeras sentencias había una parte en la que ponía ‘ficción de hembra’ y eso supone un señalamiento a las personas trans”. Teme volver a esa sensación: “Yo no tengo un sentimiento, yo soy yo. No me representa este argumentario porque atenta contra mi humanidad. No soy una especie de mujer y no soy una ficción. En 1987 era una ficcion y ahora es ‘sexo legal mujer’ y no por la gracia de Dios, sino por el Tribunal Constitucional y por el PSOE”.
Esto no sólo lo asegura Antonelli y “no es un problema baladí”: “Hablamos de cientos y miles de personas entre las que hay niñas y niños y donde,por si no tuviésemos suficiente con el rechazo que ya cargamos, ahora se crea una corriente de diferenciación”.
De momento, entre las múltiples reacciones que ha tenido el documento, la de la Fundación Triángulo y la FELGTB ha sido pedir una reunión urgente con el presidente Pedro Sánchez y la ministra de Igualdad Irene Montero para aclarar la situación.