Así será el cargador único europeo: un modelo para todos los dispositivos y con huella ecológica
La Eurocámara ha aprobado definitivamente la armonización en la que la UE lleva trabajando una década. A partir de otoño de 2024, los dispositivos electrónicos deberán llevar integrado el puerto USB-C. Los eurodiputados españoles valoran una medida histórica para el mercado común.
-Estrasburgo. Luz verde definitiva a una de esas medidas comunitarias que sí ‘conectan’ con la mayoría de la población. El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado la adopción de un cargador único de dispositivos electrónicos para todos los países de la Unión. La propuesta legislativa que partió de la Comisión a finales de septiembre del año pasado ha sido ratificada este martes por una amplia mayoría de todos los grupos en el Hemiciclo europeo, con 602 votos a favor, 13 en contra y 8 abstenciones.
Desde otoño de 2024, los usuarios de smartphones adquiridos a partir de esa fecha verán desaparecer de un plumazo escenas cotidianas como la de levantar la mano para preguntar: ”¿Alguien tiene cargador para este móvil?”. Con toda probabilidad, el que responda tendrá uno de estos dispositivos con la entrada denominada USB-C.
Atrás queda cerca de una década de trabajos a escala comunitaria para lograr un objetivo que, además de simplificar la vida a los consumidores, también tendrá una importante huella ecológica.
¿A qué dispositivos afectará en concreto la directiva?
Aunque el teléfono móvil ha acaparado gran parte de la atención en el debate, la clave de la directiva comunitaria es el rango de su alcance. Una vez entre en vigor, la armonización del USB-C llegará a todos los dispositivos electrónicos de mediano y pequeño formato. Independientemente del fabricante, se aplicará a las tabletas, auriculares, cámaras digitales, libros electrónicos, pero también ratones, altavoces y teclados e incluso vídeo consolas. Y más tarde, a los ordenadores portátiles. Con todo, es necesario destacar que la medida solo afectará a los artículos que se comercialicen una vez entrada en vigor esta armonización, quedando los anteriores no sujetos a la norma.
¿Cuándo se materializará completamente?
Una vez recibido el visto bueno definitivo del Parlamento Europeo, la pelota está ahora en el tejado del Consejo, que deberá aprobar la directiva para su posterior publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. Su entrada en vigor se materializará 20 días después. A partir de ese momento, los Veintisiete dispondrán de un año para incorporarlas a las legislaciones domésticas y, de otro plazo de un año, para iniciar su aplicación.
No obstante, habrá que esperar a la primavera de 2026 para que esta obligación se implante también en los ordenadores portátiles. En este caso, se ha apostado por dar un mayor tiempo de adaptación a los fabricantes.
¿Qué es el USB-C?
Este modelo de conector está caracterizado por su sistema de 24 pines y se diferencia del resto por su doble reversibilidad simétrica de rotación, es decir, que no importa la forma en que se introduzca en el dispositivo, a diferencia de sus antecesores. Se trata a su vez de un modelo que optimiza la carga de los dispositivos portátiles y la transferencia de datos.
¿Cómo afecta a la tecnología de carga rápida? ¿Y a la inalámbrica?
La directiva es clara. Aquellos dispositivos que cuentan con esta tecnología que acelera la carga deberán contar con la misma velocidad para no generar diferencias que inclinen al usuario a decantarse por un dispositivo u otro.
El fleco pendiente es el de los cargadores inalámbricos -sistema consistente en la carga por inducción, sin conexión-, un modelo en constante expansión y acompasado con la incorporación de este sistema en distintos productos electrónicos. Para finales de 2024, Bruselas tendrá que armonizar los requisitos de interoperabilidad. Se trata de una medida que también está prevista para evitar el denominado “bloqueo tecnológico”, es decir, impedir que un consumidor se vea “cautivo”, obligado a apostar por una marca concreta cuando compra uno de sus artículos.
En la práctica, la UE se cubre las espaldas ante la posibilidad de que los fabricantes acaben eliminando el puerto de entrada (el USB-C al que estarán obligados) y apuesten únicamente por el sistema de carga inalámbrica.
¿Habrá que adquirir un nuevo cargador? ¿Lo cobrarán?
Otra de las claves de la directiva ratificada por el Parlamento Europeo se encuentra en el etiquetado. Todos los dispositivos tendrán que incorporar etiquetas con información sobre las características de la carga. El objetivo está íntimamente ligado a una decisión que deberá tomar el consumidor. Comprobar, de forma fácil y visible, si cuando compren un nuevo producto electrónico también se harán con un cargador, algo que no tendría sentido si ya cuentan con uno de antes. Se trata de una elección que queda en la mano del comprador.
¿Qué supondrá la medida en el plano ecológico?
Más allá de la comodidad que traerá aparejada esta medida, la directiva está enmarcada en el ADN de las políticas de economía circular de la UE con un claro acento ecológico. Según los datos expuestos en los informes elaborados, se estima que los consumidores se ahorrarán cada año un total de 250 millones de euros en compras innecesarias de distintos cargadores. Mas no solo eso. Cada año se generan unas 11.000 toneladas de residuos electrónicos en toda la Unión. Esta medida ayudará a reducir progresivamente ese tasa.
¿Qué datos avalan la necesidad del cargador único?
La importancia de reducir la huella contaminante que acompaña a la amalgama de cargadores en la Unión está respaldada por tres datos más que significativos. Solo en 2020, se vendieron más de 420 millones de dispositivos electrónicos en el cómputo global de los Veintisiete, una cifra nada desdeñable. Además, cada europeo cuenta con una media de tres cargadores, de los que usa habitualmente dos. Y, si quedaba duda alguna de la problemática que supone para los usuarios, el 38% de los ciudadanos consultados ha admitido tener dificultades para cargar sus móviles a causa de incompatibilidades con el cargador.
Detrás de la armonización que desembocará en 2024 en un cargador único europeo se halla cerca de una década de esfuerzos, negociaciones y trabajos para llevar a cabo una medida que refuerza el mercado único. “Hemos esperado más de diez años para esta ley, pero la plétora de cargadores actuales será pronto cosa del pasado”, ha señalado el encargado de la ponencia, el eurodiputado maltés Alex Agius Saliba (S&D).
Agius no ha obviado en su intervención la principal característica con la que ha salido adelante esta iniciativa, su amplio consenso: “Es un tiempo complicado para la política, pero hemos demostrado que la UE no se ha quedado sin ideas ni soluciones para mejorar las vidas de millones de europeos y animar a otras regiones a hacer lo propio”.
Y es que lo que también ha quedado patente es que el camino ha sido complicado, sobre todo por la reticencia del gigante tecnológico Apple, pero el frente común en las instituciones comunitarias se ha impuesto finalmente. Una cuestión que queda avalada por los eurodiputados españoles integrados en la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor de la Eurocámara que han estado inmersos en esta iniciativa y que relatan a El HuffPost las claves del proceso para convertirla el realidad.
“Es una medida que acerca Europa a la gente”, señala la eurodiputada del PSOE Adriana Maldonado (S&D) destacando que “el objetivo principal es que los consumidores no paguen más cada vez que compran un teléfono, porque si ya tenemos en casa cinco cargadores, ¿por qué cada vez que compramos un nuevo dispositivo tiene que venir un cargador más por defecto?”.
El eurodiputado popular Pablo Arias (PPE) también explica lo que supondrá la llegada del cargador único europeo. Lo hace con una imagen que ilustra a la perfección la situación que viven numerosos ciudadanos, al mostrar una caja repleta de cables y cargadores que pasarán a formar parte del pasado. “Es una muestra”, indica, porque en su interior hay una decena de los más de 30 que se han llegado a utilizar.
“Es un hito muy importante y vuelve a poner a la Unión Europea a la vanguardia mundial en cuanto a sostenibilidad” subraya Arias, poniendo el foco en que se “acercan al ciudadano las iniciativas que se llevan a cabo en el Parlamento Europeo”. Una iniciativa que se lleva gestando desde 2019 y que no echará a andar hasta dentro de dos años, ante un necesario plazo de adaptación.
“Tenemos que tener en cuenta a la industria y no buscar un perjuicio en favor de la ciudadanía”, advierte el popular sin desviar la vista de que se trata de que el cargador único ha contado con una “mayoría abrumadora” de los grupos, puesto que “no es una cuestión ideológica, sino de sentido común”.
Ambos eurodiputados recuerdan que todavía quedan asuntos pendientes de desarrollo, como la estandarización de la carga inalámbrica que requerirá de una norma propia antes de 2026, año en el que entrará en vigor también para los cargadores de portátiles.
“El sector tecnológico va a años luz por delante de la regulación. Aunque somos conscientes de que esta norma llega tarde, en primer lugar llega y en segundo, tenemos que empezar a mirar ya el siguiente avance”, precisa Maldonado de esa segunda fase para armonizar la carga de inducción.
También queda pendiente el rediseño de otro componente del cargador, si ahora se ha homogeneizado el puerto, después le llegará el turno a la parte encargada de transformar la corriente -la que lleva el enchufe-. “Habrá que ver cómo se regula la entrada al transformador o al cargador en un futuro, pero insisto, todo ello va dentro de la estrategia de economía circular y green deal que está interconectado con la cuestión digital”, profundiza Arias de un objetivo mayor aún que el de hacer más sencilla la vida al ciudadano europeo.
Del fin del ‘roaming’ al cargador único
Para ejemplificar el calado que tendrá el cargador único europeo, ambos políticos apuntan al caso de otra medida que acabó teniendo gran acogida en la UE en el pasado. “El precedente más fácil que podemos explicar es la derogación del roaming -el extra que se pagaba en las tarifas telefónicas y de datos entre los estados miembros-, creemos que hay una similitud muy interesante”, rememora de una medida que llegó con dilataciones en el tiempo, pero que ha calado en la población europea.
“Lo comparo con un éxito similar al de roaming que hubo en el año 2015, es una de esas propuestas blancas a las que prácticamente nadie se opone”, apunta la eurodiputada socialista de una “política en positivo” que tiene “un impacto real y efectivo y la gente ve que hay un cambio”.
Por otra parte, la gran duda que ha generado la obligación del cargador único es qué ocurrirá con el coste del producto que se venda sin cargador. O en otras palabras: ¿continuará valiendo lo mismo que si no lo incluye? “Luego tendremos que ver si eso redunda en una reducción del precio, porque nosotros ahí no tenemos competencia para intervenir, pero, si fuesen éticos a nivel social, las tecnológicas tendrían que bajar el precio porque el coste va a ser menor”, reflexiona Adriana Maldonado.
El tira y afloja con Apple
En la suerte de batalla librada en los últimos años ha sido crucial el argumentario esgrimido por Apple y sus quejas de que con la imposición del cargador único europeo se estaría coartando la innovación. Tanto Arias como Maldonado rechazan de plano este supuesto.
“Hay consenso en que es una medida positiva [entre los fabricantes], excepto Apple que es la que ha lanzado el grito al cielo. ¿Por qué? Porque tiene una obligatoriedad de rediseñar sus dispositivos y, por tanto, no entra dentro de la estrategia de la compañía o le supone un sobrecoste a la hora de rediseñar”, desgrana el eurodiputado popular de la apuesta de Apple por su conector propio, el lightning.
“Esto se lleva trabajando desde el 2009, año en el que la Comisión planteó unos acuerdos voluntarios por parte de la industria para reducir de 30 a tres los cargadores que había en el mercado”, explica Arias, señalando a que desde la firma de Cupertino “han hecho un lobby muy importante y muy potente para intentar que esta norma no viera la luz o retrasarla lo más posible”.
“El sector, al final, ha visto que era un tsunami muy basado en la política medioambiental y de ahorro por parte de los consumidores y ha visto que al final no se podía escorar a un lado”, sentencia Maldonado, anotando que Apple entró en la negociación e incluso ha llegado a adaptar su propio conector al USB-C: “Se han dado cuenta de que esto iba a llegar y lo que han hecho ha sido sumarse más que echarse atrás, lo que es positivo”.