Cárdenas, lo vintage, la suerte y la oratoria
Nuestro personaje invitado de hoy es Javier Cárdenas. Y vamos a empezar con este tuit, que a mí me pareció especialmente elegante, a la par que jocoso. Y que creo que resume un sentimiento generalizado:
Advierto una cosa. Este post a él no le va a gustar, lo sé, pero eso ahora no importa, a mí me importa que os guste a vosotros. Solo os pido que, si empieza a machacarme, me enviéis flores o algo...
¿Cuándo conocimos a Cárdenas? Cuando apareció en el programa Crónicas Marcianas, donde tenía una sección en la que se reía de los frikis, de los mendigos, de los personajes suburbiales que poblaban ese tipo de espacios.
Se reía incluso de los discapacitados, (aunque siempre se use esa frase hecha de "nos reímos con ellos y no de ellos". Me parto). Un ejemplo, el joven Joaquin, un periodista canario al que se le notaba claramente que no estaba para participar en esa pantomima basuril que se montaba Cárdenas en antena.
Aquí es donde los Cárdenas del mundo dicen cosas como: nunca obligamos a Joaquin a participar. O esa otra aún más patética: le hicimos feliz.
Los padres del joven llevaron el uso y el abuso de la débil figura de su hijo antes los tribunales y hace unos años, el TC reconoció que el programa había vulnerado el derecho al honor de ese joven.
Todo muy edificante.
Hecha esta introducción, vamos al lío:
¿Qué hace ahora Cárdenas?
¿Diríamos que todo el dinero que ha ganado lo ha invertido en logopedas? No, no lo diríamos.
¿Diríamos que su dicción, no precisamente paradigmática, le ha cerrado puertas en los medios de comunicación? Tampoco.
(Dato: nunca haría este chascarrillo sobre la manera de hablar de nadie si ese alguien se hubiera ganado el derecho a que no lo hiciera. No es el caso.)
A Cárdenas, pese a que se come las sílabas y es imposible entender una frase completa sin hiperventilar, pese a su pasado casposo en televisión, no le va nada nada mal. Tiene:
1) Un programa de radio que se llama Levántate y Cárdenas. Lo siento mucho, la vida es así, no la he inventado yo. En ese espacio, que dirige y presenta, hace bromas, pone música y luego toca temas espinosos y de actualidad de los que no suele salir vivo. Vamos con tres ejemplos al azar: un día dijo de Hitler: "Dictador no, porque recordemos que fue elegido por el pueblo". Por supuesto, y siguiendo con los tópicos, Twiter ardió. Otro día, que también se montó la marimorena, dijo que le parecía bien que un profesor reprendiese a una alumna por llevar escote, al considerar que "podría distraer a sus compañeros". Por cierto, el audio de esa parte del programa fue eliminado del podcast que se subió a la web del programa. Pero yo tengo su perorata exacta, que voy a compartir con todos vosotros:
El audio no está, pero los once minutos que se cascó para protestar por las críticas, SÍ. Hay que estar atento, eh, porque no están todas las sílabas, ya me entendéis:
2) Un programa en TVE, denostado, sin la suficiente audiencia como para defenderlo e ininteligible (en todos los sentidos). Se llama Hora punta. Lo dirige, lo presenta y lo produce (que eso son tres sueldecitos ¿eh?, que vosotros no los ganáis). Tiene un presupuesto diario de 40.000 euros que TVE le abona a su productora, Joue Consultans SL, desde que rompió con Gestmusic. Cárdenas bramó contra ellos porque, dijo, "no me daban una grúa ni una steady y no pagaban la calefacción, y el equipo tenía que ir con bufanda". Y eso, lo de gente pasando frío, es una cosa que no está bien, Gestmusic.
Por lo demás, una ve el programa y dice: Javier, querido, para lo que haces, ¿pa' qué quieres una grúa?. Pero al grano. La tele pública aceptó sus nuevas condiciones y le dio el programa en su totalidad.¿Le gusta a alguien en Prado del Rey, entre el equipo de profesionales, digo? NO. ¿Se sabe bien quién es exactamente su valedor en la cúpula para tener tantas prebendas? TAMPOCO. Lo que sí sabemos es que el director de la cadena, Eladio Jareño, lo defiende en el Consejo de Administración contra viendo y marea...
Como vosotros no estáis en ese 8% de audiencia que ve el programa, no sabéis qué cuenta. Pero yo a veces me lo he tragado entero, ENTERO, para poder contarlo aquí y hablar con propiedad en las sobremesas de mi vida, que la gente es muy pesada. En el programa toca temas como:
a. El mal carácter y los amoríos lésbicos de Encarna Sánchez, que los millennials (vosotros y vuestra ya proverbial incultura) no sabéis quién es, pero que fue un personajazo patrio de hace 675 años, más o menos.
b. La colaboración entre los videntes y la policía, que es un tema súper de tele pública y súper candente.
c. Una entrevista a Marcos, el hombre lobo.
(El momento de Marcos arranca en el minuto 7:05. Y basta con unos segundos para hacernos una idea del nivel). Marcos, por cierto, podría perfectamente estar en aquellos programas de los 90 que él hacía, que es la época a la que nos recuerda Hora punta, como muy acertadamente resaltó Buenafuente en uno de sus ácidos monólogos (del minuto 9:53 hasta el final).
Por cierto, sobre Andreu cayó toda la ira de dios que tenía en ese momento Cárdenas.
Visto hasta aquí, ¿diríamos que tiene prestigio el programa? No
¿Diríamos que tiene una audiencia alta? Tampoco. No suele ni superar la media de la tele pública.
¿Diríamos que eso se le penaliza? NOOOOO, porque....
3) Tiene otro espacio en ciernes, que también le ha dado TVE, y que también va a producir con su propia productora. Va de magia. Se llama Por arte de magia. Y también va a presentarlo.
4) También tiene mucha capacidad para ser TT: nunca por nada bonito, por cierto.
El último fue por decir en su programa de radio una estupidez: relacionar el aumento de los casos de autismo con las vacunas infantiles. Cuando asociaciones de padres de niños autistas, textos científicos varios, pediatras como Lucía -cuya carta fue viral- y médicos le replicaron en las redes, llamándole al orden y diciéndole, básicamente, Cárdenas, CÁLLATE, él se sintió megaofendido, pero en lugar de responder en el programa de radio, aprovechó la tele pública, su programa, para elevar su queja. Yo entendí bien lo que estaba diciendo, porque, afortunadamente, en la web de TVE sale todo rotulado, y eso facilita las cosas al tratarse de Cárdenas.
Otra cosa que he empezado a entender ahora es algo que me contaron hace unos meses colegas de TVE: el programa no se atrevieron a hacerlo en directo al principio para poder cortar sus barbaridades, sus salidas de tono, porque nuestro personaje invitado no tiene filtro. Él lo llama ser valiente, rebelde, un espíritu libre. En la tele tenían otro criterio: cortaron algunos contenidos que consideraron inapropiados.
Pero hemos de estar contentos: nos habíamos quedado huérfanos de comentarios estrafalarios tras la marcha de la tele pública de Mariló Montero, pero ha venido a salvarnos Javier Cárdenas.
Y este último chascarrillo, que no está nada mal.