Estos son los candidatos a reemplazar a Boris Johnson como primer ministro británico
Su dimisión como líder conservador es ya inminente, aunque probablemente no dejará el puesto de 'premier' hasta otoño.
Boris Johnson tiene unos cuantos problemas, y parece que ya se ha decidido a atajarlos. Según ha anunciado la BBC, Johnson dimitirá este mismo jueves como líder del Partido Conservador, y hará lo propio como primer ministro británico en octubre, coincidiendo con la convención de su partido.
Tras una ciencuentena de dimisiones de diputados tories, y otras tantas de ministros del Ejecutivo, Johnson ha quedado definitivamente acorralado, en una crisis que comenzó con el escándalo del Partygate y no ha dejado de crecer.
Estos son los posibles candidatos a sustituir al premier:
La ministra de Asuntos Exteriores es probablemente la principal candidata. Dominic Cummings, exasesor jefe de Boris Johnson, cree que sería “incluso peor” que Johnson, pero dado que Cummings no es precisamente el hombre más popular entre los tories, esa crítica podría ayudarla más que perjudicarla.
Truss es una especie de superviviente, ya que ha servido en el gabinete desde 2014, con David Cameron, Theresa May y Boris Johnson. Ha sido secretaria de Medio Ambiente, secretaria de Justicia, secretaria del Tesoro, secretaria de Comercio Internacional y ahora secretaria de Asuntos Exteriores. Su periodo en el Ministerio de Justicia no fue un gran éxito, pero se repuso y ahora podría llamar a la puerta del número 10.
Esta mujer de 46 años hizo campaña a favor de permanecer en la UE, pero después del referéndum, cambió de opinión y se convirtió en una entusiasta partidaria del Brexit, área política de la que ahora está a cargo. Su periodo como secretaria de Comercio Internacional también le ayudó a ganar apoyos entre los miembros del partido del Brexit, que será quien, en última instancia, decidirá quién toma el relevo de Johnson. Actualmente ocupa el cuarto lugar en la clasificación del gabinete de ConservativeHome, votada por los propios tories.
Uno de los principales argumentos de Johnson por los que no sería “responsable” echarle de Downing Street es la guerra en curso en Ucrania. Como secretaria de Asuntos Exteriores, Truss podría argumentar que tiene experiencia y está al tanto de todos los detalles de la guerra.
En asuntos domésticos, Truss se ha ganado una reputación como defensora del libre mercado, y argumenta que los jóvenes abrazan la naturaleza cambiante del trabajo. “Esta generación es de #Uber-riding #Airbnb-ing #Deliveroo-eating #freedomfighters”, tuiteó en 2018.
El Partido Conservador bajo Johnson ha pivotado hacia una guerra cultural contra los laboristas. Truss, que también es ministra de Igualdad, ha atacado el movimiento woke. En 2020 pronunció un discurso sobre educación en el que dijo que sus profesores en la escuela se centraron demasiado en el racismo y el sexismo y no lo suficiente en “asegurarse de que todo el mundo supiera leer y escribir”.
Este martes, cuando anunciaron su dimisión los ministros Javid y Sunak, Truss se apresuró a mostrar su apoyo a Johnson.
Ministro de Economía hasta este martes, muchos creen que el hecho de haber sido uno de los primeros en dar un paso al lado podría beneficiarle a la hora de la sucesión. Desde hace meses, las quinielas dan a Sunak como uno de los favoritos para reemplazar a Johnson.
Después de haber repartido miles de millones durante la pandemia junto con unas hábiles relaciones públicas personales, el ascenso de este hombre de 42 años parecía casi imparable.
Pero la crisis del coste de la vida y las recientes revelaciones sobre sus finanzas personales han dañado su marca. Ahora ocupa el cuarto lugar por abajo de la clasificación de ConservativeHome.
Al igual que Johnson, Sunak ha sido multado por la Policía por infringir las restricciones por coronavirus, ya que estuvo presente en una de las fiestas del Partygate. La noticia de la multa ha llegado en medio de una época turbulenta para el canciller, que también se ha visto sometido a fuertes presiones por las revelaciones de que su mujer tenía el estatus fiscal de no residente y de que él tenía una tarjeta de residencia estadounidense mientras servía en el 11 de Downing Street.
Su insuficiente presupuesto de marzo también provocó múltiples críticas que advertían que no hacía lo suficiente para ayudar a la gente contra el aumento del coste de la vida. En mayo, Sunak respondió a esas críticas con un paquete de medidas de 21.000 millones de libras para ayudar a los ciudadanos a pagar las facturas de la luz y el gas. Si bien esto satisfizo a algunos miembros de su partido, enfureció a aquellos que se oponen a la subida de impuestos y a los préstamos.
Sunak se ha presentado como un partidario de la bajada de impuestos, una posición necesaria para cualquier aspirante a líder tory. Sin embargo, podría resultarle difícil cuadrar ese círculo con los diputados y miembros tories, dado que la actual presión fiscal es la más alta desde finales de la década de los 40.
Sunak también ha realizado críticas sutiles a Johnson, como la de decir en una rueda de prensa que él “no habría” intentado culpar a Keir Starmer por no lograr la condena por abusos sexuales del expresentador Jimmy Savile, como hizo el primer ministro.
A pesar de ocupar el segundo cargo más importante del Estado, Sunak sigue siendo una cara relativamente nueva. No es casualidad que los laboristas gasten tanta energía en atacarle.
Este exmilitar y actual secretario de Defensa es, con diferencia, el ministro del gabinete más popular entre las bases del partido. Y eso cuenta mucho. En febrero declaró en The Sun que “no le atraía nada más” que su actual trabajo en el Ministerio de Defensa. Pero eso fue hace tiempo.
Se considera que Wallace está a la vanguardia de los movimientos contra la invasión rusa de Ucrania. Al igual que Truss, podría rebatir fácilmente cualquier argumento de que no está preparado para ocupar el número 10 en medio de la guerra. Y, a diferencia de Sunak, no está manchado personalmente por el Partygate.
El hombre de 52 años también ha sido públicamente leal a Johnson. Con bastante dureza. Y ha sobrevivido a los rumores de reestructuración. Cuando Michael Gove se mostró muy en contra de Johnson en la carrera por el liderazgo tory en 2016, Wallace dijo que Gove se convertiría en “Theon Greyjoy” de Juego de Tronos. (A Greyjoy le cortaron el pene).
Sin embargo, aunque Wallace estaría bien visto en asuntos exteriores, aún no ha mostrado su capacidad en una agenda doméstica como Truss y Sunak.
El ex ministro del gabinete se presentó a la dirección en 2019. Fue derrotado cómodamente por Johnson. Ahora presidente del Comité de Salud de los Comunes, Hunt no ha ocultado su intención de presentarse a cualquier elección de liderazgo. “No lo descarto”, declaró en el New Statesman hace unas semanas, lo que básicamente significa anunciar que te presentas. No es la primera entrevista en la que no lo descarta.
Tras la agitación de la época de Johnson en el cargo, es probable que el principal argumento de Hunt ante los diputados y los miembros del partido se base simplemente en ser menos caótico. Un adulto.
Hunt, una de las principales caras del gobierno de Cameron, fue secretario de Sanidad durante seis años. Es probable que aproveche esa experiencia tras la pandemia de coronavirus, sobre todo teniendo en cuenta que el Servicio Nacional de Salud suele ser un campo de batalla fiable en las elecciones generales. Hunt también ha escrito recientemente un libro en el que detalla su creencia de que el servicio de salud británico actual es un “sistema corrupto” que necesita una reforma, una posición que probablemente será bien recibida entre los parlamentarios tories.
Bajo el mandato de Theresa May, Hunt fue secretario de Asuntos Exteriores. Este periodo le permitirá, al igual que a Truss, refutar el argumento de que no está preparado para asumir el cargo de primer ministro en medio de una guerra en Europa.
Como secretario de Cultura a principios de la década de 2010, en la época de la investigación Leveson, Hunt negó haberse “escondido detrás de un árbol” para evitar a los periodistas.
Hunt, por cierto, se opuso al Brexit.
Zahawi es nuevo novísimo en el Gobierno, hasta el punto de que fue nombrado esta semana como sustituto de Sunak, al frente del Departamento de Economía.
Zahawi nació en Irak y se mudó al Reino Unido con su familia a los nueve años, en 1976. Fue cofundador del gigante de las encuestas YouGov antes de convertirse en diputado en 2010.
Se le considera muy hábil ante los medios de comunicación y nunca ha descartado la posibilidad de aspirar al máximo cargo. Entre la población es popular.
“Creo que todos los parlamentarios deben sentir que en algún momento pueden presentarse para liderar su partido y su país. Es un privilegio”, dijo hace sólo unas semanas.
El propio Zahawi ha remitido una carta al primer ministro este jueves en la que le decía: “No es sostenible”. Ha advertido a Johnson de que aferrarse al puesto era peor para él, para el Partido Conservador y, sobre todo, “para todo el país”. “Tienes que hacer lo correcto e irte”, zanajaba. Minutos después, se ha conocido la decisión de Johnson.
Penny Mordaunt
Mordaunt es una firme defensora del Brexit con ideología socioliberal (partidaria de la comunidad LGTBI), que también podría poner de acuerdo a los parlamentarios tories.
Mordaunt fue secretaria de Defensa bajo el mandato de Theresa May, pero fue despedida del gabinete cuando Johnson asumió el cargo. Apoyó a Jeremy Hunt en la carrera por el liderazgo de 2019, a pesar de ser ella misma una probable candidata.
El paso de esta mujer de 49 años por el Ministerio de Defensa, al igual que Wallace y Truss, le permite argumentar que tiene la experiencia necesaria para ser primera ministra durante la invasión rusa de Ucrania. Y en su actual cargo ha promocionado su trabajo en Estados Unidos y ha forjado vínculos comerciales tras el Brexit.
En una entrevista con City AM, Mordaunt dijo que los votantes querían “profesionalidad y competencia” en el Gobierno. El Partygate, ha dicho, fue “vergonzoso”.
El hasta hace unas horas ministro de Sanidad lleva mucho tiempo siendo considerado como futuro primer ministro. Ya en 2014, David Cameron dijo: “Algún día quiero oír ese título de primer ministro seguido de un nombre británico-asiático” (en referencia a Javid), para después añadir: “Pero aún no, si no te importa”.
Javid se presentó como candidato en 2019. En 2016 se convirtió en canciller bajo el mandato de Johnson, pero renunció en febrero de 2020 en medio de una lucha de poder con Dominic Cummings.
Antes de volver al Gobierno en junio de 2021 tras la dimisión de Matt Hancock, Javid pasó un tiempo entre bambalinas preparando sus credenciales como defensor del libre mercado.
“Debemos resistir la llamada a abandonar nuestro modelo económico de libre empresa y libre comercio”, dijo en abril de 2020. “Debemos combinarlo con impuestos bajos y una regulación sensata”.
Este mensaje económico podría funcionar bien entre muchos diputados y miembros tories. Como ministro de Sanidad, Javid también se posicionó retóricamente como menos partidario de las restricciones por coronavirus que su predecesor. Una vez más, esto habrá sido bien recibido por aquellos que que estaban ansiosos por levantar lo antes posible las restricciones.
El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de los Comunes, que no es partidario de Johnson, ya ha declarado que presentarse como candidato al liderazgo sería un “enorme privilegio”.
Ex oficial del ejército, el diputado por Tonbridge y Malling ha sido durante mucho tiempo una espina para Johnson. Por ejemplo, refiriéndose a la crisis del coste de la vida, ha insistido en que el país necesita “seriedad” en la cúpula del Gobierno. Tugendhat también criticó duramente la forma en que el Gobierno gestionó la retirada del Reino Unido de Afganistán, calificándola de “vergonzosa”.
Aunque tiene experiencia en asuntos exteriores, sus opiniones sobre política interior no son tan conocidas. Al no haber servido en el Gobierno, podría argumentar que no le salpica ni el Partygate ni otros escándalos. Sin embargo, quizás sería un salto demasiado grande pasar de no formar parte del Gobierno a ocupar directamente el cargo en el número 10.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.