Canarias/RUPs, uniendo Europa... en su diversidad
La dimensión regional de la UE es, sin duda alguna, clásica seña de identidad de la complejidad poliédrica de una Unión.
Que la construcción europea se ha hecho a partir de sus crisis, reponiéndose a sus crisis, a través de sus crisis y aprendiendo de ellas es uno de los más repetidos mantras de la literatura europeísta. Desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa (TL) y la Carta de Derechos Fundamentales de la UE (CDFUE), la UE ha remontado las que seguramente son las turbulencias más intensas y profundas de su historia, desde la Gran Recesión que arrancó en 2008 hasta la guerra de Putin contra Ucrania, con su impacto humanitario y su secuela de estragos energéticos a los que está haciendo frente la ciudadanía europea, el calibre de la respuesta ante los acontecimientos ha probado su resiliencia —palabro oficializado— y desafiado la imaginación y la voluntad de los actores políticos, sociales y económicos.
La dimensión regional de la UE —política territorial de cohesión y vertebración de las oportunidades— es, sin duda alguna, clásica seña de identidad de la complejidad poliédrica de una Unión que integra a 27 Estados miembros (EEMM) —algunos de ellos particularmente extensos, plurales y descentralizados— con 450 millones de ciudadan@s. Como es distintiva asimismo la posición que ocupan las Regiones Ultraperiféricas, (RUPs) —6 francesas, 2 portuguesas y una española, Canarias—, por ser territorios fragmentados (todos insulares, salvo Guyana francesa) y alejados del espacio de realización de las cuatro libertades que conforman el Mercado Interior.
Esa singularidad es la que explica su base jurídica única —art. 349 TFUE— para exceptuarlas, cuando sea oportuno, de la aplicación de la legislación europea (buscando modalidades distintivas de trato y adaptación), y para adoptar actos legislativos especializados para sus características. Ejemplo de esa exigencia de tratamiento singular es la especialización (excepción) del régimen de adaptación de los transportes aéreos y marítimos (conectividad) con y desde las RUPs en la Estrategia de Sostenibilidad (Green Deal) que la jerga europea conoce como “Fit x 55” (compromiso reducción de un 55% de gases invernadero en 2030 y un 100% en 2050), votada en el Parlamento Europeo (PE) con el impulso decisivo de l@s eurodiputad@s RUPs, entre los que me cuento.
La Comisión Europea que preside Von der Leyen (VDL) en esta Legislatura 2019/2024 ha decidido actualizar su Estrategia para las RUPs 2021/2027, con una doble orientación: a) de un lado, diversificar sus economías tradicionalmente centradas en la agricultura y la pesca artesanal, un limitado sector industrial con crecientes extensiones en el sector servicios (RUPs francesas) así como en en el turismo (RUPs portuguesas —Azores y Madeira— y española, Canarias), b) de otro, complementariamente, apostar por la digitalización e innovación en economía verde, azul, y circular y por algunos ámbitos de oportunidad altamente selectivos como es el aeroespacial, la biología marina y los observatorios astronómicos, tan punteros en Canarias (La Palma).
La pandemia del covid y las medidas de emergencia hicieron especial daño en Canarias, altamente dependiente de una afluencia masiva de turismo no estacional (a todo lo largo del año, aprovechando la ventaja competitiva de su clima benigno) que se habituó a la referencia de los 15 millones de visitas al año (alcanzando 18 millones en sus momentos álgidos). El derrumbamiento a plomo de la conectividad hizo que el sector hostelero y de servicios asociados al turismo (33% del PIB regional, más del 36% del empleo) sufriesen pérdidas y angustias desconocidas hasta entonces. La respuesta protectora de los poderes públicos (Fondos UE de Recuperación y REACT, escudo social del Gobierno de España y grandes Pactos propiciados por el Gobierno de Canarias) no solo contribuyeron a paliar daños y rearmar los ánimos y las perspectivas del sector, sino que han propiciado una recuperación más rápida y efectiva —hasta rozar lo increíble— de la experimentada en anteriores episodios de erosión o quebranto de las macromagnitudes (así, en la Gran Recesión). Es este un estimulante ejemplo práctico de esa resiliencia capaz de aprender las lecciones de las más duras experiencias para que no se repitan, mejorando la capacidad de hacerle frente al futuro.
La próxima presidencia española de la UE, prevista para la segunda mitad de 2023, ha incorporado a su ambiciosa agenda de actos y foros programados dos citas de particular significación en Canarias: a)— de un lado, un Consejo ministerial de Alto Nivel de la OCDE (que integra a 37 EEMM) de Economía e Innovación Digital; b)— De otro, la celebración en Canarias, y bajo su presidencia, de la periodizada (anual) Conferencia UE de RUPs.
En un contexto tan extraordinario de oportunidad y de futuro, el sector turístico canario acomete una ocasión innovadora en la que puede, una vez más, reinventarse y adaptarse para cumplir simultáneamente objetivos de una envergadura difícilmente cuantificable: a)— mantener en incrementar su rentabilidad y su contribución al PIB regional y al empleo sin que resulte inexorable el paralelo (e irrefrenable) número de turistas/año: incrementando el gasto por turista/día puede reequilibrarse la balanza con un amejoramiento de su sostenibilidad; b)— potenciar la innovación y la inversión en la participación de energías renovables en todos los eslabones de la cadena de valor (conectividad, planta alojativa, suministros energéticos); c)— relanzar, con tanto éxito como en etapas anteriores, la imagen internacional de Canarias en los más exigentes medios y mercados globales como un inmejorable destino y referente turístico global.
La colaboración público-privada (Gobiernos de España y de Canarias/Consejería de Turismo y Excelcan), en un constructivo ejemplo de asociación y partenariado estratégico, pueden situar a Canarias en el centro del debate para la organización —a través de una conferencia— de una Convención de Islas Turísticas Europeas (objeto este, por cierto, de la presentación que tuvo lugar por parte de la Consejera regional del ramo, Yaiza Castillo, en la Delegación del Gobierno de Canarias en Bruselas). La candidatura canaria a la futura Agencia UE del Turismo (uno de los horizontes de ampliación de competencias y ambiciones europeas resultante de las lecciones aprendidas en la lucha contra el covid desde la unidad europea), sumada a su perfil indiscutible como sede de la Agencia Espacial Española y del Centro Español de Vulcanología (que comprenda y dimensione los esfuerzos hasta ahora concentrados en Canarias), amplían y perfeccionan el promisorio horizonte de una Canarias/RUP plenamente consciente de cuánto puede aportar —y, por tanto, no ya sólo reclamar o demandar— a la realización del lema de la construcción europea a escala supranacional: “Unidos...en la diversidad”.