Canarias traerá la renta básica más valiente de España
Finalmente pasó. Las candidaturas de PSOE, Sí Podemos, Nueva Canarias y Agrupación Socialista Gomera (ASG) consiguieron entenderse para repartir un programa común de gobierno, con seis consejeras, cuatro consejeros y un presidente.
El archipiélago canario nunca había experimentado nada parecido. Entre 1983 y 1987 las islas vivieron un Gobierno del PSOE en solitario, apoyado desde fuera por los pocos representantes de la izquierda comunista y nacionalista. Más adelante, entre 1991 y 1993, volvió el PSOE al poder, pero esta vez formando Gobierno con representantes del extraño AIC; el partido Agrupaciones Independientes de Canarias, formado por líderes de la disuelta UCD.
Fue en ese momento, en 1993, en el que el vicepresidente del Gobierno; Manuel Hermoso, exalcalde de Santa Cruz de Tenerife con la UCD, y líder de las AIC, promovió una moción de censura contra el PSOE, obteniendo los apoyos del CDS, el PCE, Asamblea Canaria, Asamblea Majorera, Partido Independiente de Lanzarote y Agrupación Herreña Independiente para formar Gobierno, y de Alianza Popular desde fuera. Un grupo de gente extraña que consiguió llegar al poder y mantenerse en él durante 26 años, aunque con deserciones continuas por el camino.
¿Cómo se logra la estabilidad con partidos tan diferentes? Con ganas, e islas. En cada isla predominaba uno de los partidos, de diferente ideología, produciendo que quienes estaban en una no se preocupasen de lo que pasaba en otra. Nacionalistas de izquierdas en Gran Canaria y centristas insularistas en Tenerife, mar de por medio y gobierno estable.
Cómo digo, el pacto que ha conseguido darse en Canarias es novedoso, y responde a la imperiosa necesidad que tiene el archipiélago macaronésico de novedades. Está presidido por Ángel Víctor Torres, del PSOE, y tiene a importantes referentes del progresismo canario dentro, como Noemí Santana, en la cartera de Derechos Sociales e Igualdad, o Román Rodríguez, histórico nacionalista canario, comandando la cartera de Hacienda y Asuntos Europeos.
Dentro del programa de Gobierno común que quieren llevar a cabo los nuevos líderes de Canarias, hay aportaciones importantes de los socios del PSOE en el pacto.
Podemos se asegurará de que las inversiones en cultura, medioambiente y derechos sociales sean certeras, aumentando el presupuesto de cultura al 1,5 por ciento del total de la comunidad, promoviendo una ecotasa por pernoctación hotelera (Canarias tiene 43 millones de pernoctaciones al año) en la línea de Cataluña o Italia, y haciendo posible la renta básica más ancha e incluyente del Estado, con un proyecto que pretende llegar a más de 90.000 personas en tres supuestos de situación: personas excluídas y sin ingresos, pensionistas que no llegan el SMI y ciudadanos con ingresos que no consiguen llegar a una cuantía mínima que les excluya de la pobreza, a los que se les dará un “complemento a sus ingresos”, para asegurar lo que el mercado laboral no consigue hacer posible.
La situación social de Canarias es muy complicada con una sociedad dividida en tres tercios y con los porcentajes de pobreza severa más altos del país, sólo equiparable a la Comunidad de Madrid, cercano al 10 por ciento.
El resto de socios, Nueva Canarias y ASG, aportan al pacto medidas relativas al respeto de las peculiaridades de las islas con menos población, a la mejora de la movilidad entre islas, al perfeccionamiento de las peculiaridades fiscales de Canarias y al afianzamiento de los derechos del archipiélago en la Unión Europea. Cabe destacar, que el apoyo de los socialistas gomeros está muy marcado por la capacidad que tienen como interlocutores con el ministro de Fomento, José Luis Ávalos, de cara a dar pie a las infraestructuras que el Cabildo de La Gomera, presidido por Casimiro Curbelo, considera fundamentales para el futuro de su isla.
Las líneas marco del nuevo Gobierno de Canarias son compartidas por los cuatro partidos políticos que lo forman, pero hay diferencias importantes en temas cruciales, como por ejemplo: hasta donde debe llegar la protección medioambiental del territorio, cuál debe ser el tratamiento del suelo agrario en desuso, qué modelo turístico debe imperar o cuáles deben ser los criterios rectores de la futura Ley Electoral Canaria.
El esfuerzo por pactar lo han hecho todas las formaciones, con especial mención a los negociadores de PSOE y Podemos, Aarón Afonso y Juan Márquez, que han tenido que batallar y convencer a Nueva Canarias y ASG en que un pacto a cuatro por la izquierda podía ser la mejor opción para el futuro del archipiélago. Los debates en el Consejo de Gobierno se prevén entretenidos, con muchos retos por delante, diferentes voces, y sólo cuatro años para demostrar a la sociedad canaria que la política no es lo que Coalición Canaria decía y hacía.
No fue sencillo, hubo fobias y miedos en todos los actores, donde se plantearon diferentes alternativas para sacar a CC del poder. Las fuentes que hablaban de un pacto entre PSOE, PP y Ciudadanos fueron diseminadas por García Egea y Albert Rivera en Madrid, qué con cierta miopía, no entendieron lo positivo que hubiese sido un pacto así para sus formaciones en el archipiélago.
Así Cs y PP quedan en la oposición, con varios problemas internos, y plegados a una agenda contra el Gobierno que se basará previsiblemente en reparos en la inversión social, así como a la creación de nuevas figuras impositivas o a la financiación de la Ley de Memoria Histórica. Respecto a Coalición Canaria y su futuro político después de salir del poder, poco se sabe, y es todo un misterio, dado que su capacidad política estaba mucho más participada por su poder institucional que por tener sólidas bases ideológicas que justificaran su hacer político.
Hoy Canarias representa el octavo PIB nacional, y tiene el mérito de aportar más de un tercio de los turistas que visitan el país cada año. El nuevo Gobierno tiene el reto de hacer que la mayoría de la sociedad canaria note en sus vidas cotidianas esos buenos números.