La Cámara de los Comunes de Canadá ha votado unánimemente para prohibir las llamadas terapia de conversión que se aplican a las personas LGBTI. Esas que aún tratan de obligar a una persona a ser lo que no es, a dejar de ser lo que se es, y que se pasean en anuncios y clínicas de medio mundo.
La legislación declarará ilegal que un niño se someta a estas prácticas o que se fuerce a un adulto a hacerlo sin que sea su voluntad.
Los liberales del primer ministro Justin Trudeau propusieron la medida, aunque su aprobación provocó aplausos en ambos lados del pasillo.
El proyecto de ley ahora debe ser aprobado por la Cámara alta del parlamento, el Senado, donde no se esperan problemas.
La terapia de conversión, que pretende cambiar la sexualidad o la identidad de género de las personas, ha sido ampliamente desacreditada en Canadá. La Cámara aprobó ya una versión anterior del proyecto de ley en junio, pero no la aprobó el Senado antes de que Trudeau convocara elecciones en septiembre.
Se han vivido escenas muy emotivas en el plenario, con los parlamentarios liberales cruzando el pasillo que les separa de la oposición para estrechar la mano de los diputados e incluso abrazar a sus homólogos del partido más conservador, informa CBC News. En la sala se vio mucho multicolor en banderas, bufandas, pañuelos...
El líder conservador Erin O’Toole permitió que su caucus tuviera un voto libre sobre el tema, pero el apoyo unánime al proyecto de ley cogió por sorpresa a la otra parte, según el parlamentario liberal Seamus O’Regan. Toda la Cámara pensando igual en un asunto de raíz.
El ministro de Turismo, Randy Boissonnault, quien también es asesor especial de Trudeau en asuntos LGBT, dijo: “Nadie puede consentir en la tortura (...). Es un gran día para los sobrevivientes, saber que nadie más va a pasar por lo que ellos pasaron”.
Varios parlamentarios conservadores habían expresado su preocupación de que la redacción del proyecto de ley pudiera criminalizar las conversaciones privadas sobre sexualidad o identidad de género entre niños y maestros, líderes religiosos o profesionales de la salud mental. Pero el ministro de Justicia federal, David Lametti, dijo que esas objeciones eran infundadas.
En San Salvador, éste es el segundo año que se celebra la Marcha del Orgullo Gay. En la fotografía, una persona ondea la bandera del arcoíris en la capital de El Salvador.