De qué va esta 'no' campaña
Cataluña, la exhumación de Franco, el estancamiento del PSOE, la subida de PP y Vox...
El jueves por la noche todos tenemos una cita. Las tiendas están cubiertas de telarañas, los niños preparan sus trajes de esqueletos y brujas. Las falsas calabazas han colonizado España. El consumismo mortuorio made in USA es ya tradición aquí. ¿Vas a alguna fiesta de Halloween?
Pero no… No estamos hablando de eso. A pesar de que no haya banderolas por las calles, a partir de esa medianoche que da comienzo al viernes los partidos ya podrán pedirte oficialmente el voto. Y van cuatro veces en cuatro años. Arranca la campaña más corta, inédita y hasta ahora desapercibida que habrá vivido el país. Huele a 10-N.
Y con las urnas hemos topado. Los ciudadanos llegan a esta nueva cita hastiados, muchos enfadados porque los partidos no hayan sabido ponerse de acuerdo tras abril. Y esa una de las incógnitas que más preocupa: la participación. En los partidos se intuye un desplome después de que en abril se lograra superar el 75%, la cifra más alta desde las elecciones de 2004 que ganó José Luis Rodríguez Zapatero. Y los datos arrojan que una menor movilización siempre beneficia a la derecha.
Pero, sobre todo, esta campaña viene marcada por Cataluña. La sentencia del procés se ha engullido todos los mítines, y especialmente la reacción violenta en las calles de Barcelona. Se esperaba una movilización masiva, pero en los cuarteles generales de los partidos no se imaginaron, para nada, esas fotografías con fuego y barricadas en zonas tan emblemáticas como Urquinaona, Las Ramblas o Via Laietana.
Abriendo telediarios y portadas, a excepción del jueves y el viernes, cuando se produjo el otro hito que va a marcar estas elecciones: la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. 44 años más tarde, el dictador ha sido trasladado del conjunto monumental en el que estaba enterrado junto a miles de sus víctimas. Era una de las grandes promesas que hizo Pedro Sánchez al llegar a La Moncloa, pero el culebrón judicial ha llevado a que se produzca apenas dos semanas antes de que los españoles vuelvan a poner la papeleta. Y los socialistas esperan que sirva para movilizar a un electorado de izquierdas decepcionado por no alcanzar un pacto con Unidas Podemos.
Estos días vuelven también las coletillas de “no miramos las encuestas, son fotografías de un instante, están manipuladas para marcar tendencias”. Pero sí, todos los políticos desayunan con los sondeos -de medios e internos- y escrutan todos sus datos para ver dónde pueden rascar. ¿Y qué nos dicen? Todas reflejan que el PSOE volverá a ganar las elecciones, pero en el mejor de los escenarios repetiría el resultado del 28-A (123 diputados).
Lejos quedan aquellos días en los que en La Moncloa se hablaba de lograr en una repetición hasta 140 asientos en el Congreso. El tema catalán no se ha convertido en el factor que diera más respaldo a Sánchez con su relato de la estabilidad y, además, la gestión no está suponiendo un revulsivo electoral. No puede aplicar por ahora medidas contundentes como el 155 al no haber traspasado la ilegalidad la Generalitat y las imágenes de descontrol en las calles le perjudican en el resto del país. En varias federaciones del PSOE empieza a preocupar el resultado y que no se logre ese objetivo de una gran victoria de la “mayoría cautelosa”, como dicen los gurús de Sánchez.
El subidón del PP y Vox
En los sondeos hay un partido que consigue una subida espectacular: el PP. Respeto al 28-A, ahora estaría en torno a los cien diputados -hace seis meses solo logró 66-. Con un Pablo Casado que ha cambiado totalmente su estrategia respecto a aquellos comicios y que se ha dejado hasta barba para presentar un perfil más institucional. El líder de Nuevas Generaciones se hace hombre y además empieza a no airear temas que le quitan votos por polémicos como el aborto. La máxima de Génova 13 estos días: más economía, menos ideología.
Y… atención. En varias de las últimas encuestas se denota también la subida hasta la tercera posición de la ultraderecha. Vox, que irrumpió como quinta fuerza en abril con 24 diputados, aparece en algunos sondeos ya como tercer partido y superando los treinta escaños. Todo ello debido a varios factores: Cataluña y la exhumación de Franco le dan fuerza entre el electorado más extremo. Además, ha desaparecido parte del miedo que dominó la anterior campaña en torno a Santiago Abascal una vez PP y Cs han pactado con ellos en varias comunidades y ayuntamientos -Madrid o Murcia, por ejemplo-.
El terror de Rivera
Unos que suben, otros que bajan. Cs fue el tercer partido en abril y se quedó a apenas 9 diputados para el sorpasso para el PP. Ahora sus dirigentes tienen pesadillas: pueden pasar a ser quintos, a tenor de las encuestas, con unos veinte diputados. Todo ello por el desconcierto provocado entre muchos de sus votantes de no haber logrado algún tipo de pacto o haber facilitado la formación de Gobierno -hoy resuenan con fuerza las dimisiones y marchas de Toni Roldán, Paco de la Torre, Javier Nart y Francesc de Carreras-. Albert Rivera volverá a darlo todo de manera personalista (así es Cs hoy en día) en la que puede ser su última oportunidad... y a lo lejos se abre una Sucession (con Inés Arrimadas de gran favorita).
Bandazo a la izquierda. Unidas Podemos también está a la baja en escaños, pero aspira a ser la tercera fuerza -ahí está compitiendo con Vox-. Los de Pablo Iglesias se afanan en quitarse el traje de que no hubo pacto por sus aspiraciones celestiales por puestos en la Administración. Su mensaje: el PSOE no quiso pactar porque prefiere un giro de guión con un Ejecutivo con Cs o una abstención del PP. Su aspiración es que haya un Gobierno de coalición progresista y su líder no renuncia a ser vicepresidente.
Éramos pocos… y llegó Íñigo Errejón. Más Madrid se ha convertido en Más País, estaba llamado a revolucionar las encuestas y a llevarse a miles de votantes de izquierdas decepcionados con Sánchez e Iglesias. Todo empezó con mucha fuerza, ilusión, expectativas. Pero los sondeos tampoco les sonríen y hablan de entre cinco y siete escaños. El tema catalán no les beneficia en absoluto y han notado muy rápidamente lo que es no tener implantación estructural.
La lucha de bloques
A partir del 10-N volverá a surgir el problema que en un principio debía centrar esta campaña: la inestabilidad y la suma para una investidura. Ninguno de los dos bloques está en condiciones de sacar adelante ese paso, con la diferencia del que la derecha se acerca más ahora a la izquierda que en abril.
Además, cada día se aleja más la posibilidad de que Sánchez pudiera armar una mayoría con la izquierda y otros partidos, tal y como está ahora la situación con los independentistas. El presidente del Gobierno ni coge el teléfono a Quim Torra y considera que no ha condenado tajantemente la violencia en las calles de Barcelona. Cataluña y Cataluña. Y otra novedad: por primera vez se presenta a unas elecciones generales la CUP, que condiciona mucho al resto de partidos en esta comunidad.
Tampoco benefician al Gobierno actual los nubarrones negros económicos que empiezan a asomarse por una esquina. En estos días ha habido hasta un tirón de orejas de Bruselas por los presupuestos enviados por Nadia Calviño y María Jesús Montero. Por cierto, Cristóbal Montoro sigue muy presente en la vida de los españoles, pues son una nueva prórroga de los que dejó antes de la moción de censura.
Otro de los factores que podían pesar era el Brexit, que podía llevar a los españoles a apostar por la tranquilidad y estabilidad huyendo del modelo de desorden en el Reino Unidos. Pero hasta eso se ha pospuesto y no habrá una salida de Londres de la UE el próximo 31 de octubre.
La batalla se libra en cada esquina del país, pero los estrategas del PP y del PSOE -empeñados en recuperar el bipartidismo imperfecto- andan obsesionados estos días con los votos de la España interior y de las circunscripciones con en torno a cinco diputados. La victoria puede residir en arrebatar a Cs los escaños que logró en autonomías como Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Empieza la película Terror en las urnas. ¿Qué haces el jueves? ¿Te vas a una fiesta de Halloween o a un mitin? ¿Truco o trato?