Las dos claves de la hoja de ruta de Elon Musk en Twitter
"Está jugando con la provocación y llamar la atención, pero a la vez recoge información de qué de lo que tiene en la cabeza puede funcionar peor o mejor".
“Tened en cuenta que Twitter hará muchas tonterías en los próximos meses. Mantendremos lo que funciona y cambiaremos lo que no”, tuiteó el nuevo dueño de la red social, Elon Musk, este jueves. Unos pocos caracteres que dicen mucho sobre lo que les puede esperar a los usuarios con el multimillonario llevando el timón.
En abril, cuando anunció la compra y antes de todo el lío que ha embrollado la adquisición, ya se perfilaron sus principales fijaciones: la libertad de expresión por encima de todo y la eliminación de las cuentas falsas, acompañada de la verificación de los usuarios. El multimillonario, dueño de Tesla y Space X, esbozó algunas modificaciones técnicas, como el código abierto o el botón de editar, de las que no se ha vuelto a oír demasiado.
Sin embargo, desde que se formalizó la compra, Musk ha utilizado su cuenta como una metralleta para ir anunciando cambios que tiene en mente, desde que el cobro de ocho dólares por el servicio Blue, a que las cuentas parodia tengan que llevar la palabra ‘parodia’ en el nombre, pasando por poder adjuntar textos largos a los tuits.
“Creo que lo que está haciendo es, claramente, usar su perfil a modo de declaración de intenciones. Es verdad que con un tono a veces un poco peculiar, en el que conjuga una actitud un tanto desafiante y el humor irónico, pero con el que quiere llamar la atención hacia algunas cuestiones que son la clave de las líneas maestras de hacia dónde quiere llevar Twitter”, explica Silvia Martínez, directora del Máster de Social Media: Gestión y Estrategia de la UOC.
“Está jugando con la provocación y llamar la atención, pero a la vez recoge información de qué de lo que tiene en la cabeza puede funcionar peor o mejor”, incide. Es decir, puede que lance algunos globos-sonda para estudiar cómo reaccionan los usuarios.
No hay que perder de vista que es un empresario. Según esta experta, Musk “ha hecho evidente que se trata de una adquisición y, por tanto, quiere buscar una mejor en la rentabilidad de la plataforma”. “Ya hizo esa carta para los anunciantes y también esta intentando avanzar formas de monetización para conseguir ingresos, con todo el revuelo que se ha organizado sobre ese pago a través del servicio de Blue, e incluso ha intentado hablar de esas cantidades, buscando aproximarse a algo que pudiera ser aceptable por los usuarios”, recuerda. De hecho, primero anunció que costaría 20 euros y regateó hasta los ocho tras la queja del escritor Stephen King.
Por otro lado, está intentando revitalizar algunas “líneas de negocio” o “posibles funcionalidades”, que incluirían la posible vuelta de Vine, el servicio de vídeos cortos. “Va a buscar rentabilizar”, resume Martínez. Y dentro de esto, entran también los recortes de plantilla de hasta un 75%.
Si la rentabilidad es una clave, la influencia es la otra. Aunque no sea la plataforma más usada, sí es fundamental para muchos periodistas —“para ver esos titulares, esos avisos rápidos, esa información más inmediata, seguir las tendencias y temáticas de actualidad”, señala Martínez— y muchos políticos. “Los líderes de distintos países la usan continuamente y lo que ahí sucede va rápidamente a los medios de comunicación”, subraya. “Tiene ese poder de influencia y aquí es donde él quiere trabajar”, añade Martínez.
Para esta experta en redes sociales, no hay que pasar por alto ese tuit de Musk sobre cuál es la misión de Twitter bajo su mandato: “Necesita convertirse, con diferencia, en la fuente de información más precisa del mundo”.
“Utiliza la palabra información, no habla ni de red de comunicación, ni de encuentro social, ni de entretenimiento. Creo que esto él lo tiene muy presente, la influencia que puede llegar a desarrollar Twitter, no tanto por el número de seguidores sino por lo que trasciende de toda la conversación”, destaca.
“Va a trabajar en buscar que sea un campo de información verificada”, recalca la especialista en redes sociales. A su juicio, pese a que Musk lleve el estandarte de defender la liberta de expresión, no cree que se vayan a descuidar las normas de comportamiento de Twitter, y será un aspecto en el que, aunque haya asegurado que se mantienen las actuales, “en poco tiempo veremos que se producen cambios”.
Martínez cita el ampliar las funcionalidades entre otro de los potenciales cambios: “Creo que esto tiene bastante relación con el cambio de modelo de negocio y que pasen más tiempo los usuarios en la plataforma, que comenten, que participe”.
En las últimas semanas mucho se ha hablado también de la intención del multimillonario de clonar la superapp china WeChat, una plataforma desde la que poder no solo comunicarse, sino comprar, entre otras cosas. “Adquirir Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación para todo”, tuiteó Musk a principios de octubre. Esta misma semana, insistió en que quiere que la red social llegue a ofrecer servicios de banca digital.
Otro gran misterio es si, en aras de esa libertad de expresión, Musk permitirá el regreso de Donald Trump a la que era su altavoz preferido. “Para que eso se dé primero tienen que pasar muchas cosas”, dice Martínez con cautela. Primero debería darse el mencionado cambio en las normas de comportamiento y uso.
“Creo que va a ser cuidadoso, no lo va hacer rápidamente, puede que sí a un medio o largo plazo”, apunta, aunque al ser el empresario “un personaje un tanto peculiar”, no descarta nada. “Pero una línea lógica sería primero revisar bien qué normas hay y cómo se moderará toda la conversación y, entonces ya valorar o incorporar de manera más justificada esos perfiles que cerrados en una etapa anterior”.