El Libro de Familia desaparece
Adiós, cuadernillo azul, adiós.
El Libro de Familia desaparece. O, al menos, ese cuadernillo azul que guardan todos los padres de España y con el que nos hemos sacado el DNI, matriculado en el colegio o inscrito en el médico.
A partir de este viernes, 30 de abril, dejará de expedirse en formato físico y la tecnología sustituirá al papel, ya que se verá reemplazado por una base de datos virtual. Sin embargo, los Libros de Familia que tenemos no perderán su validez y seguirán siendo un documento oficial válido.
El día 30 se publicará en el BOE y entrará finalmente en vigor la Ley 20/2011, de 21 de julio, del Registro Civil, una norma que desde el año 2011 ya preveía la no expedición de este documento. Así, la sustitución de los libros físicos por una base de datos digital permitirá realizar trámites en cualquier oficina del Estado y obtener certificaciones telemáticas.
Según apunta el BOE, “el Libro de Familia pierde sentido dentro del modelo moderno que se ha configurado” por lo que en cada registro individual constará una hoja o extracto en la que figuren “los datos personales de la vida del individuo”.
De ese modo, toda la ciudadanía tendrá asignado un código personal: “La Ley suprime el tradicional sistema de división del Registro Civil en Secciones -nacimientos, matrimonios, defunciones, tutelas y representaciones legales- y crea un registro individual para cada persona a la que desde la primera inscripción que se practique se le asigna un código persona”.
El Ministerio de Gracia y Justicia de Alfonso XIII concedió por primera vez este archivo familiar el 15 de noviembre de 1915. El principal fin de este libreto era recoger la relación de parentesco entre cónyuges, padres e hijos, así como las defunciones, aunque más tarde también se añadirían en el mismo tanto las adopciones como las separaciones o divorcios.