Cae un meteorito en Canadá y aterriza en la almohada de una mujer
“Dios mío, hay una roca en mi cama”.
Lo ocurrido en casa de Ruth Hamilton en Columbia Británica, Canadá, probablemente no lo olvidará nunca. La mujer estaba profundamente dormida cuando los ladridos de su perro le avisaron de que algo estaba pasando. Segundos después un estruendo le alertó, se levantó rápidamente y encendió la luz: había un agujero en su techo.
Eran las 11:35 pm cuando todo ocurrió, Hamilton pensó en un primer momento que un árbol habría caído sobre su casa, pero no parecía que faltara ningún árbol cercano. La mujer de 66 años decidió llamar a emergencias para explicar lo ocurrido y fue mientras hablaba con un operador cuando se dio cuenta de lo que había pasado.
“Dios mío”, dijo al teléfono, “hay una roca en mi cama”. Hamilton se dio cuenta de que había un objeto grisáceo en medio de sus dos almohadas florales. La roca pesaba 1,27 kilos y rozó la cabeza de la mujer mientras ella estaba durmiendo, más tarde pudo observar que tenía “restos de yeso por toda la cara”.
A pesar de lo surrealista de la situación, Ruth salió ilesa, aunque aturdida, y la inusual noticia consiguió cautivar a internet además de dar a los científicos una oportunidad para estudiar la roca espacial con profundidad. “Es que parece surrealista”, explicó la mujer en una entrevista. “Luego entro y miro en la habitación y, sí, todavía hay un agujero en el techo. Sí, eso pasó”.
La noche en la que aquel meteorito aterrizó en casa de Hamilton, varios canadienses aseguran haber escuchado dos fuertes estruendos y ver una bola de fuego cruzar el cielo. Cuando los agentes entraron en casa de Hamilton, en un primer momento pensaron que podía tratarse de una explosión de una obra cercana, pero los trabajadores no habían realizado ninguna explosión esa noche.
Fue entonces cuando el oficial planteó otra alternativa: “Creo que tiene un meteorito en su cama”. Hamilton apenas pudo pegar ojo esa noche, aún aturdida por lo que acababa de ocurrir. Más tarde los investigadores de la Universidad de Western Ontario fueron informados de la noticia y el profesor Peter Brown confirmó que efectivamente se trataba de un meteorito “procedente de un asteroide”.
“Ahora mis nietas pueden decir que a su abuela casi la mata un meteorito en su propia cama”, bromeó Hamilton. Las probabilidades de que un meteorito entre en casa de alguien y caiga en su cama son de 100.000 millones, según asegura el profesor Brown.
“No me lastimé, viví esta experiencia, y nunca tuve ni siquiera un rasguño. Lo único que tuve que hacer fue darme una ducha y lavarme el polvo de los paneles de yeso”, comenta Hamilton, agradecida por haber salido ilesa de esta inusual situación.