¿Cada cuánto deberías lavarte la cara?
Aunque el número de veces al día que debes lavarte la cara es el mismo para toda clase de pieles, la forma de limpiarla será diferente.
Además de la protección solar, lavarse la cara es fundamental para el cuidado de la piel, independientemente del tipo de piel que tengas. Ya sea seca o grasa, mixta o sensible, quitarte la suciedad es un primer paso esencial en cualquier rutina de cuidado de la piel. Para muchos, la pregunta sigue siendo: ¿con qué frecuencia? ¿Cómo saber si te estás lavando demasiado? ¿Es posible no lavarse bien la piel?
A continuación, los expertos hablan de la frecuencia óptima para lavarse la cara.
Hay que tener en cuenta varias cosas a la hora de seguir una rutina de limpieza (el tipo de piel, las condiciones ambientales y el nivel de actividad física), pero, en general, la mayoría de los expertos recomiendan lavarse la cara una vez por la mañana y otra por la noche. En concreto, la dermatóloga Geeta Yadav recomienda una limpieza ligera por la mañana y una limpieza a fondo por la noche.
¿Y en cuanto al tipo de piel? Está claro que influye en la rutina de limpieza. “Para quienes tienen una piel muy grasa o con tendencia al acné, el dermatólogo te puede recomendar una limpieza dos veces al día (o incluso más), especialmente si te han recetado un limpiador con ingredientes como el peróxido de benzoilo”, explica Yadav. “A las pieles más secas les va mejor una limpieza menos frecuente. Una limpieza por la mañana y otra por la noche probablemente serán suficientes”.
Las condiciones meteorológicas pueden provocar cambios en la piel, pero no necesariamente influyen en la frecuencia de los lavados. La esteticista Shani Darden afirma que los climas secos y fríos, combinados con el uso de calefactores y agua caliente durante el invierno, pueden provocar que la piel se reseque, lo que puede hacer que sea mejor limpiarte con menos frecuencia. Sin embargo, sigue recomendando usar un limpiador suave por la mañana y por la noche, incluso en los meses secos de invierno. Es fundamental tener en cuenta la temperatura del agua, así como evitar los limpiadores innecesariamente fuertes que despojan a la piel de sus aceites naturales, que son esenciales para mantener la barrera de hidratación, sobre todo en los climas secos.
Durante el verano o en climas muy cálidos y húmedos, Yadav recomienda limpiarse con más frecuencia, ya que “el sudor, la grasa y otros tipos de suciedad se acumulan más rápidamente en la piel, lo que podría obstruir los poros y favorecer la aparición de manchas”, afirma. Intenta intensificar tu rutina de limpieza a tres veces al día si notas que tu piel se pone muy grasa.
Aunque el número de veces al día que debes lavarte la cara es el mismo para toda clase de pieles, la forma de limpiarla será diferente.
La limpieza de por la mañana debe ser suave y delicada. “Recomiendo usar agua micelar por la mañana, siempre que te hayas hecho una limpieza y una rutina de cuidado de la piel la noche anterior”, resume Yadav. “La piel puede acumular bacterias mientras duermes, sobre todo si la funda de la almohada no está limpia, pero el agua micelar debería ser suficiente para limpiar esa clase de suciedad, así como el exceso de grasa que tu piel pueda haber producido mientras dormías”.
Tu limpieza matutina también ayudará a que los siguientes productos de cuidado de la piel hagan mejor su trabajo. “Si no empiezas el día con la piel limpia, la eficacia de tus sueros y de tu protector solar quizás no sea la óptima”, advierte Darden. “Además, no eliminar el exceso de grasa e impurezas que se acumulan durante la noche puede provocar la obstrucción de los poros”.
Aunque la limpieza matutina ayuda a tener un buen lienzo en el que utilizar los siguientes productos, la limpieza de la noche es fundamental para eliminar la suciedad, la grasa y las impurezas que hayas acumulado durante el día, aunque no uses maquillaje.
“La noche es el momento más importante del día para limpiar la piel, independientemente de si te has maquillado o no”, dice Yadav. “El maquillaje puede saturar la piel, pero también el protector solar (que deberías usar a diario), el exceso de grasa y los contaminantes atmosféricos que pueden acumularse en la superficie de tu piel a lo largo del día”.
Al igual que la limpieza de la mañana, la de la noche permitirá que los productos de cuidado facial penetren mejor en la piel antes de dormir. Esto es crucial porque tu cuerpo (y tu piel) se regenera mientras duermes, y tener una piel limpia ayudará a mejorar este proceso regenerativo, sostiene Yadav.
Si te notas la piel muy seca después de la limpieza, quizás te hayas pasado con la limpieza. Esto no quiere decir que te hayas lavado con demasiada frecuencia; puede ser simplemente que has usado un producto demasiado agresivo. Si es el caso, notarás cierta sensación de tirantez e incluso zonas descamadas.
Si sientes que estás produciendo un exceso de grasa, Yadav advierte que también puede ser una señal de exceso de lavado, ya que puede ser tu piel intentando compensar la pérdida de sus aceites naturales.
Aunque es posible lavar en exceso la piel si utilizas un limpiador inadecuado para tu tipo de piel, puede haber ciertos momentos en los que sí convenga aumentar la frecuencia de la limpieza. Como ha señalado Yadav, puede ser el caso si tienes una piel con tendencia al acné o si produces un exceso de grasa en verano.
También deberías limpiar tu piel después de hacer ejercicio, ya que es importante eliminar la suciedad, el sudor, la grasa e incluso el protector solar, ya que los químicos de las cremas pueden obstruir los poros en algunos tipos de piel, señala Yadav.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.