Qué es la bronquiolitis, la enfermedad de los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero
Leo y Manuel, de dos años, ingresados en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid por una infección respiratoria.
Leo y Manuel, los mellizos de dos años de Pablo Iglesias e Irene Montero, están ingresados en el hospital a causa de una bronquiolitis. Los pequeños se encuentran en el Gregorio Marañón de Madrid, donde nacieron de forma prematura (con solo seis meses de gestación) el 3 de julio de 2018. Sobre su evolución ha informado La Vanguardia y ha avanzado que se encuentran mejor, aunque los médicos recomiendan que permanezcan en observación al menos 48 horas más.
¿Qué es la bronquiolitis?
Es una infección respiratoria ocasionada por un virus, normalmente el virus sinictal respiratorio (VRS). Afecta principalmente a bebés y niños pequeños. Los bronquiolos (vías respiratorias del pulmón) se inflaman y se llenan de mucosidad, lo que suele dificultar la respiración.
¿Cómo se manifiesta?
Lo habitual es que se presente con síntomas catarrales, de resfriado común, como congestión nasal, moqueo y tos. Estos síntomas duran uno o dos días, y suelen derivar en dificultad respiratoria. En caso de que la infección vaya a más, el niño puede presentar más tos, respiración sibilante (con pitidos) y a veces también pérdida de apetito y fiebre.
Los padres deben estar atentos, sobre todo, a la dificultad respiratoria observando el movimiento del tórax. Si se da tiraje intercostal —los músculos entre las costillas tiran hacia dentro—, es imprescindible llamar al médico porque esto significa que las vías respiratorias están bloqueadas.
¿En qué grupo de edad es más habitual?
Es una enfermedad frecuente en bebés y niños pequeños. De hecho se calcula que aproximadamente un 20% de los niños tendrá un episodio de bronquiolitis en su primer año de vida.
En España se producen cada año alrededor de 100.000 episodios de bronquiolitis en menores de 2 años, siendo la principal causa de hospitalización en pediatría.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) calcula que cada año ingresan por esta motivo entre 12.000 y 14.000 menores de un año, y estima que el riesgo de ingreso hospitalario el primer año de vida es de 4 a 6 veces mayor que el segundo.
¿Cuándo suele agravarse?
Lo normal es que sea leve, pero se complica en ciertos casos. Kids Health enumera tres:
- Niños que han nacido de forma prematura,
- Niños con enfermedades pulmonares o cardíacas crónicas
- Niños con un sistema inmunitario debilitado por enfermedades o medicamentos
¿En qué época del año es más frecuente?
Es una enfermedad típica de la temporada otoño-invierno, aunque la mayor incidencia está entre los meses de diciembre y enero.
¿Es contagiosa?
Sí. Al ser una infección vírica, la bronquiolitis se transmite por contacto con las secreciones respiratorias de personas que ya están infectadas o por objetos contaminados.
¿Se puede evitar?
Más que evitar, SEPAR apunta que se pueden reducir riesgos adoptando ciertas medidas preventivas al tratar a los bebés:
- Evitar acercarse al bebé si se está resfriado.
- En caso necesario o si quien está resfriado es el padre o la madre, lavarse antes las manos e, incluso, ponerse una mascarilla.
- En general, lavarse siempre las manos antes de coger o tocar al bebé.
- Utilizar pañuelos de papel desechables, lavarse las manos después de usarlos y tirarlos.
- Toser hacia otro lado tapándose la boca con el antebrazo.
- Evitar fumar tanto dentro de casa como en el coche, puesto que el tabaco hace que las vías respiratorias estén más sensibles al daño originado por los virus.
- Lavar con agua y jabón los objetos que tocan los bebés, sobre todo si alguien resfriado los ha tocado.
- Intentar mantener separados a los niños más pequeños de los bebés.
- Tener en cuenta que los besos también pueden transmitir los virus respiratorios.
¿Cuánto dura la bronquiolitis?
Según Kids Health, la bronquiolitis suele durar alrededor de 12 días, aunque los casos más graves pueden prolongarse durante semanas.
¿Cómo se trata?
Como ocurre con todos los virus, la bronquiolitis no tiene un tratamiento específico con antibióticos. Lo que se recomienda es que el niño esté hidratado, tenga despejadas las vías respiratorias altas a base de lavados nasales y aspiración de las secreciones y que duerma en una postura semincorporada. También es importante que se mantenga una buena temperatura en la casa y se evita fumar en su presencia. Si con estas medidas el niño no mejora, sería necesario su ingreso.